EL MUNDO › HABLA IYAD ALLAWI, PRIMER MINISTRO INTERINO

“Habrá pena capital limitada”

Por Angeles Espinosa *
Desde Bagdad

Seguridad, seguridad y seguridad. Cuando la periodista entra en el despacho del primer ministro iraquí, Iyad Allawi, conversa con Muafaq al-Rubai, su consejero de Seguridad Nacional. Quince minutos más tarde, quien entra en la oficina es Roush Shaways, el vicepresidente que se ocupa de asuntos de seguridad. Horas antes había recibido a una delegación de Faluja, el feudo de la resistencia y el mayor quebradero de cabeza del gobierno de transición. A sus 58 años, este ex baasista que se opuso a Saddam Hussein desde el exilio tiene ante sí el reto de convencer a los iraquíes de que el nuevo gobierno no es un instrumento de Estados Unidos, como la mayoría veía al ahora disuelto Consejo de Gobierno del que formó parte. Aunque carece de seguidores y apenas era conocido hasta ahora, Allawi se ha ganado el respeto de muchos con sus declaraciones de firmeza frente al terrorismo y de mano tendida hacia la resistencia nacionalista. No obstante, hay sectores preocupados por su intención de incorporar a los baasistas que no tengan las manos manchadas de sangre.
–Desde su nombramiento ha dejado claro que la seguridad es su primer objetivo. ¿Qué le impide anunciar la Ley de Seguridad Nacional y la amnistía que la acompaña?
–Nada me lo impide, pero quería asegurarme de que esta ley, que ha sido aprobada por el Consejo de Ministros y por el Consejo presidencial, contaba además con el respaldo de un comité judicial y otro de derechos humanos independientes. Han concluido esta mañana y la anunciaremos en las próximas horas.
–¿Presentarán la ley de amnistía al mismo tiempo?
–La amnistía se hará pública más tarde porque aún estamos trabajando en aspectos legales.
–¿Han tomado una decisión sobre la pena de muerte?
–En principio sí; estamos de acuerdo, pero una vez más estamos trabajando en ella. No sé si sabe que las leyes iraquíes, cuando Saddam estaba en el poder, condenaban a muerte incluso a los que maldecían su nombre. Queremos abolir esos extremos y limitar la pena capital a casos muy concretos y por un tiempo limitado. Estamos pensando, por ejemplo, en los casos de asesinato. Por eso, los abogados están estudiando los diferentes ángulos de la ley. Durante la era de Saddam, las leyes fueron modificadas de forma que si pertenecías a otro partido que no fuera el Baas podías ser ejecutado; si maldecías su nombre podías ser ejecutado; si hablabas con un extranjero podías ser ejecutado... Todo llevaba consigo la ejecución. No queremos eso. Queremos una pena de muerte restrictiva, por un tiempo limitado, hasta que haya elecciones y los iraquíes puedan decidir.
–¿Está influenciada la decisión de reintroducir la pena capital por el juicio a Saddam Hussein?
–No guarda relación. Está directamente vinculada con las atrocidades y asesinatos indiscriminados que los terroristas han cometido en Irak y que siguen cometiendo. Necesitamos disponer de alguna forma de disuasión dentro del estado de derecho, un instrumento que disuada a los enemigos que causan daños y desastres a nuestro país. Estamos convencidos de que si logramos tener éxito, contribuiremos a la estabilidad de la región y a hacerla más pacífica.
–¿Qué sintió cuando vio a Saddam ante el juez?
–(Reflexiona un momento antes de contestar.) Dos cosas. Lo primero, no podía imaginar que este hombre, que se estaba comportando de forma cobarde, hubiera gobernado realmente Irak durante casi 30 años. Lo segundo que se me ocurrió fue que a pesar del tiempo que llevó, a pesar delsufrimiento de los iraquíes, a pesar del sufrimiento de los vecinos de Irak, este hombre había sido finalmente presentado ante la Justicia, lo que considero una gran victoria para la Justicia.
–En el otro extremo del espectro político, el clérigo chiíta Muqtada al-Sadr ha calificado a su gobierno de “ilegítimo e ilegal”. ¿Qué tiene que decirle?
–Nada. Puede decir lo que quiera. Esto es una democracia. Estamos iniciando una democracia y puede decir lo que guste. Lo único que no vamos a permitirle es violar la ley. Eso no lo consentiremos. Pero si quiere criticar, jurar, maldecir o vengarse públicamente, siempre que lo haga de forma pacífica, bienvenido.
–Tiene seis meses hasta las elecciones. ¿Considera que puede conseguir lo que los estadounidenses no han logrado en 14?
–Por supuesto que no, pero al menos podemos poner Irak al inicio del camino del progreso.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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