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La Cámara de San Isidro apartó a Maroto del caso García Belsunce

Fue por un pedido de la defensa de Carrascosa, que acusa al juez de parcialidad. Maroto dice que es una “barbaridad” y apelará. La Corte investiga a Barroetaveña por todo el caso.

Por Horacio Cecchi y Raúl Kollmann

El caso García Belsunce es, en sí mismo, una caja de sorpresas. En esta ocasión, lo inédito vino por el lado de la Cámara de San Isidro. Por dos votos contra uno, tres camaristas decidieron apartar del caso a su colega, Fernando Maroto, que a su vez es presidente de la Sala I, donde se trata el caso. El fallo dividido hizo lugar, así, al pedido de la defensa del viudo Carlos Carrascosa, que acusaba a Maroto de parcialidad. Maroto, a su vez, consideró que el fallo “es una barbaridad” y aseguró que apelará ante Casación. La cuestión no termina ahí. Hasta tanto el fallo no esté firme, Maroto debería continuar en el caso. Pero nadie puede asegurar que lo dejen sus colegas, ni tampoco imaginar lo que puede suceder entre bambalinas hasta que Casación se expida. Entre tanto, la Suprema Corte bonaerense investiga la actuación del juez Diego Barroetaveña a lo largo de todo el caso. El sumario podría derivar en un jury de enjuiciamiento. En concreto, de María Marta, nada.
Aunque son muchos los que creen que el caso transparentó antiguas internas de la Justicia sanisidrense, el intríngulis en la Cámara tiene su origen directo en el debate sobre la situación de Carrascosa: si le correspondía la prisión preventiva como procesado por el homicidio de su esposa, María Marta, y, en ese caso, si la prisión debía pasarla como cualquier hijo de vecino, tras las rejas, o tomando sol en el country Carmel.
En mayo del ’93, Barroetaveña se decidió por lo primero y una semana después por lo segundo, lo que motivó la apelación del fiscal Diego Molina Pico. La Cámara dio la razón al fiscal, pero la defensa apeló. Primero, ante Casación, que sostuvo el fallo de la Cámara. Después, ante la Suprema Corte bonaerense, que el 6 de abril de este año insistió en la misma postura. Diez días después, enterado de la decisión de la Corte, Molina Pico reclamó a Barroetaveña la detención del viudo, pero el juez no lo detuvo. El caso tomó estado público. El 21 de ese mismo mes, por la tarde, Maroto envió un oficio al juez de turno, Orlando Díaz, para que se cumpliera con el voto de los camaristas, que había quedado firme por la Corte. Díaz derivó el oficio a Barroetaveña y Barroetaveña, simplemente, no lo cumplió, con el argumento de que dudaba de las pruebas en contra de Carrascosa, las mismas que en otro momento le habían dado la certeza (que hasta volcó en su fallo con citas de Hamlet) para mandarlo preso.
Mientras los comentarios y la sorpresa invadían los pasillos de los tribunales, Maroto denunciaba a Barroetaveña ante la Corte, mientras que la defensa pedía la recusación de Maroto ante la misma Cámara. La semana pasada, los camaristas Margarita Vázquez, Gustavo Herbel y Emilio Rodríguez Mainz votaron el pedido y decidieron, por dos a uno (Rodríguez Mainz votó en contra), el apartamiento de Maroto.
En su pedido, la defensa sostuvo que Maroto actuó faltando a la imparcialidad porque cuando envió el oficio a Díaz aún no tenía el expediente en sus manos y porque el oficio llevaba sólo su firma. “Es una barbaridad. De qué parcialidad están hablando. Son todas chicanas de la defensa –confesó Maroto a Página/12–. Así está la Justicia argentina. Yo, como presidente de la sala, estoy obligado a hacer cumplir una resolución firme de la misma Cámara. No puedo mirar para otro lado. Y, además, no hace falta la firma de nadie más porque no se está votando nada. Sólo hay que hacer cumplir una decisión que ya fue votada y que estaba firme.” Maroto, además, aseguró que apelará ante Casación, para lo que cuenta con 20 días. Entretanto, la decisión de apartarlo no está firme, por lo que debería continuar entendiendo en el caso, aunque nadie puede asegurar que en la práctica se lo permitan sus colegas. “Si llega a pasar eso, les meto una denuncia”, sostuvo Maroto.
Por su lado, un equipo de abogados de la Corte analiza el paso de Barroetaveña por el caso García Belsunce. “Se decidió que no se iba a sancionar o no sancionar por un detalle del caso –reveló a Página/12 una fuente del máximo tribunal provincial–. Por eso, se pidió toda la causa para abrir una instrucción sumaria sobre la actuación de Barroetaveña entodo el expediente.” El resultado podría estar para el fin de la feria judicial. Si se encuentran elementos, la Corte podría enviar el caso a la Procuración para que analice si es viable un jury para destituir al juez. También podría tomar una decisión por vía administrativa. Pero, se trata del caso García Belsunce. De seguro, habrá sorpresas.

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Maroto: “Es una barbaridad. De qué parcialidad están hablando. Son todas chicanas de la defensa”.
 
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