EL MUNDO

“Para quebrar la indolencia de los ‘ni-ni’ en Venezuela”

El director de la miniserie Amores de barrio adentro, Román Chalbaud, dice en este reportaje que su programa busca provocar la participación política. De fondo, el referéndum (del 15 de agosto) revocatorio del mandato presidencial y la guerra de los medios.

Página/12
en Brasil
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo

“La revolución será televisada.” En la guerra mediática venezolana Hugo Chávez echó mano de un arma melodramática: el canal estatal acaba de estrenar una miniserie sobre el romance entre una joven chavista y un “ni-ni”, alguien que no es oficialista pero tampoco “escuálido” (opositor).
“Amores de barrio adentro es una historia ambientada en Caracas poco antes del golpe de Estado de 2002”, resume Román Chalbaud. Es el director de la tira que sorprende por el suceso de audiencia compitiendo con los inveterados culebrones, casi tan exportados como el petróleo.
El programa, lanzado en plena campaña por el referéndum donde se decide el futuro del gobierno, está en boca de todos: para la oposición no pasa de un “panfleto oficialista”; Chalmaud rebate: “No hago panfleto, hago realismo, algunos consideran que hago realismo sucio, creo que no hay realismo limpio”. El director, que es una celebridad del cine venezolano, no posa de neutral, se proclama chavista y admite estar en el combate propagandístico. Con Amores... se propone quebrar la indiferencia de los “ni-ni”, que en las encuestas sobre el referéndum son mayoría, y arrastrarlos hacia su causa. Durante un extenso diálogo con Página/12, en un descanso de la grabación, Chalmaud atravesó la realidad desde Chávez hasta el magnate televisivo Gustavo Cisneros, ironizó sobre la “Venezuela saudita” del pasado, consideró a Simón Bolívar un líder mediático y deploró la estética “mentirosa” de la TV privada. Pero en cada respuesta volvió al referéndum y la necesidad de aplacar las crispaciones.
–¿La fractura de la sociedad venezolana es irreversible?
–Amores de barrio adentro habla de esa sociedad polarizada, de la violencia y de la reconciliación. Es una historia que transcurre en dos mundos enfrentados pero separados por una calle. De un lado una urbanización, una villa como dicen ustedes, y enfrente un barrio de clase media alta. Aquí los chavistas, más allá los “escuálidos”, eso es algo común en Caracas. La heroína vive en la urbanización, estudia sociología y realiza una encuesta sobre amor y paz en tiempos de revolución; el muchacho es un periodista “ni-ni” que vive enfrente. El estaba haciendo un documental cuando es echado del canal por entrevistar a una chavista. Los dos discuten, él le reprocha su agresividad, ella le critica su falta de compromiso. Pero al final el amor todo lo puede (riendo).
–¿Chávez va a participar de Amores...?
–La serie tendrá 53 capítulos, recién vamos por el cuarto. Tal vez en algún momento sea convidado a participar, no lo sé aún.
–¿Y el público “escuálido”?
–Ellos reaccionaron bien, porque no hacemos un panfleto, no pintamos a todos los escuálidos como villanos, sino como seres humanos con sus problemas y sus contradicciones. La idea del autor Rodolfo Santana es no hacer una caricatura, sino una historia que permite que los venezolanos se vean a sí mismos.
–¿Hay algo de herejía en hacer espectáculo con la revolución?
–Tratamos de acompañar la estética realista con las posibilidades que da la tecnología actual, eso nos permite contar lo que nos pasa y también hacer un espectáculo. Yo soy heredero del neorrealismo italiano, me formé con Roma, ciudad abierta de Rossellini, pero también creo que se debehacer algo atractivo, mis películas y mis obras de teatro (El pez que fuma, Cangrejo) han tenido muy buena taquilla. No estoy de acuerdo con el realizador cubano García Espinosa que dice que no importa la calidad estética, sino la ideología.
–¿Usted fue un “ni-ni”?
–No soy un chavista de la primera hora. Uno siempre tuvo algún resquemor hacia los militares. Pero al ver las bajezas, las suciedades que hicieron en la oposición decidí tomar una posición a favor de este proceso.
–¿Teme que el referéndum termine en una guerra civil?
–Al contrario, estoy percibiendo más tolerancia, hay lugares del este caraqueño como Alto Prado y Colinas de Bello Monte donde los chavistas de clase media, que los hay, han puesto sus propagandas en favor del “no” y nadie los agredió como ocurría hace poco. Aunque el peligro mayor es una invasión.
–¿Es verosímil un desembarco de EE.UU.?
–Es posible una invasión norteamericana, pero para eso tendrían que matar por lo menos 500.000 personas. Hay mucha gente dispuesta a dar la vida.
–¿Usted está dispuesto?
–Por supuesto que sí, tengo 73 años y defiendo lo que se está haciendo.
–¿Una victoria abrumadora de Chávez puede degenerar en un pensamiento único de la revolución?
–No creo que exista ese riesgo. Esto todavía es un proyecto que se está gestando, hay errores como en toda gestación, pero se está construyendo una democracia participativa y no una parodia de democracia. Creo que van a fortalecerse nuevos proyectos de cine, de TV, que rompan con la estética del consumismo. Queremos contar nuestra realidad, estamos haciendo cosas divertidas. En Venevisión (TV oficial) hay varios humorísticos, La hojilla, El ojo pelao, se ironiza la realidad, nos permitimos reír de la desinformación, de las telenovelas absurdas, de una mentalidad colonizada.
–¿Una suerte de “imaginario Miami”?
–Durante años los venezolanos soñaban con Miami, nos llamaban “los indios tabarato” porque comprábamos todo. Vivíamos en una “Venezuela Saudita”, sólo se pensaba en dinero, en consumo, en centro de compras. Chávez logró algo mágico haciendo renacer las ideas, inventando un imaginario nuevo.
–¿Quién inventó a Chávez?
–Hugo Chávez es una creación de Carlos Andrés Pérez (ex presidente), de su corrupción, de su traición a los ideales. Chávez sabe comunicar al pueblo su compromiso, recuperó el latinoamericanismo, ha restaurado la historia de Simón Bolívar y de San Martín.
–¿Bolívar sería un buen político mediático?
–Sería de primera clase, sería un maravilloso comunicador. Fue terrible cómo la oposición bajó todos los símbolos bolivarianos el día del golpe. Está en preparación un programa de TV con Simón Bolívar y Simón Rodríguez caminando por la Caracas de estos días.
–¿La TV fue incluida en el guión de Amores...?
–Hay una señora de clase media alta obsesiva con la TV, que tiene cuatro aparatos y compró otro para el baño. Ella sólo ve canales de la oposición. Evidentemente en eso quisimos hacer una parábola sobre (Gustavo) Cisneros (empresario televisivo antichavista) y las TV privadas. Viendo esos canales ella descubre que la mentira estaba en su propia casa cuando ve a su marido en una marcha chavista.
–Fue peor que pescarlo con otra mujer.
–Para ella ser chavista es peor que el adulterio. En Amores... hablamos de la hipocresía de parte de la sociedad pero también de la mentira en la TV. En el golpe del 2002 la TV privada fue cómplice y ocultó la reacción popular en favor de Chávez.
–Un documental sobre el golpe se titula La revolución no será televisada. ¿Esta vez lo será?
–Creo que esta vez la revolución será televisada.

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El presidente Hugo Chávez dijo en su programa radial dominical que ganará el referéndum.
“Con un jonrón (del inglés ‘home run’) que va a llegar hasta el jardín de la Casa Blanca.”
 
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