EL MUNDO
La hora de poner más fuego bajo el hielo de la ocupación siria en Beirut
George Bush advirtió a Damasco que se retire del Líbano en dos meses. Y dijo que comenzó el “deshielo democrático” en Medio Oriente. Anteayer, hubo un acuerdo sirio-libanés de retiro parcial.
Por José Manuel Calvo *
Desde Washington
“Las perspectivas de la democracia parecían congeladas en Medio Oriente. Y, de repente, el deshielo ha comenzado.” Un optimista George W. Bush dijo ayer que la tendencia hacia la democracia en la zona es general y que “los regímenes autoritarios son el último suspiro de un pasado desprestigiado”. El presidente de EE.UU. advirtió a Siria que las próximas elecciones de mayo no deben celebrarse con soldados o espías de Damasco en el Líbano y dijo a los libaneses que “la libertad triunfará en su país” y que “los norteamericanos están de su lado”.
Bush se siente fortalecido en sus decisiones de política exterior porque atribuye buena parte del “deshielo” a los efectos que han desencadenado las guerras y las elecciones en Afganistán e Irak: “A lo largo de Medio Oriente, una masa crítica de acontecimientos está llevando a la zona hacia una nueva y esperanzadora dirección; la historia se está moviendo con rapidez y los dirigentes de Medio Oriente tienen que tomar decisiones importantes”. Entre la masa crítica, el presidente mencionó los avances en Irak, Afganistán y los territorios palestinos, pero también las protestas en el Líbano contra la ocupación militar siria y los tímidos movimientos democratizadores en Arabia Saudita y Egipto.
Bush dio, por primera vez, un plazo de dos meses para retirar sus fuerzas de Líbano –mientras en Beirut, cientos de miles de personas formaban parte de una manifestación pro siria denunciando la “injerencia” de Occidente–. Subrayó que Siria debe retirar por completo “todos sus efectivos militares y sus agentes de inteligencia” para que las elecciones previstas para mayo “puedan ser libres e imparciales”, un mensaje que ya había lanzado en días anteriores y que adquirió la solemnidad que se otorga a los compromisos y ultimátum. “La libertad triunfará en el Líbano”, añadió el presidente, con palabras dirigidas a los libaneses –“el pueblo norteamericano está de vuestro lado”– pero sin hacerse eco de las gran manifestación de apoyo a Siria, organizada por Hezbolá, que EE.UU. considera un grupo terrorista. El presidente valoró el hecho de que la comunidad internacional, “incluyendo Rusia, Alemania, Francia, Arabia Saudita y EE.UU.”, ha planteado al gobierno sirio que elija entre poner fin a la ocupación iniciada hace casi treinta años o seguir cada vez más aislado. Antes de su discurso, informó la Casa Blanca, Bush había hablado por teléfono con el presidente francés, Jacques Chirac, y con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Abdullah, sobre Siria y la situación general en Medio Oriente.
Los últimos atentados terroristas en Tel Aviv, añadió Bush, fueron obra de un grupo radical palestino cuya sede está en Damasco: “Tanto Siria como Irán tiene una larga historia de respaldo a grupos terroristas que tratan de sembrar la división y el caos en Medio Oriente”, de forma que “ha llegado el momento de que ambos países dejen de usar el asesinato como arma política y corten todos sus apoyos al terrorismo”. Para Irán hubo palabras algo más estimulantes que evocaron la negociación en curso entre la UE y Teherán, pero también un doble mensaje: “El régimen iraní debería escuchar las preocupaciones del mundo y de los ciudadanos de Irán, que quieren libertad”.
Bush, que en los últimos meses ha hablado de la lucha contra el terrorismo menos de lo que lo hizo en la campaña electoral, dijo que “en esta guerra, América no está sola” y que “muchos gobiernos se han dado cuenta de los peligros que compartimos y han empezado a tomar medidas serias”. El presidente habló de las detenciones “de más de un centenar de extremistas en Pakistán”, de la captura de “un dirigente de Al Qaida en el Reino Unido” y de otros esfuerzos de Alemania, Filipinas y Polonia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.