EL MUNDO › EL NUEVO PAPA DEDICO SU ASUNCION A SUBRAYAR EL DOGMA Y LA DOCTRINA

Una apuesta a la identidad y al poder de la Iglesia

Josef Ratzinger formalizó su papado como Benedicto XVI con una estructurada ceremonia en la que rescató la tradición con argumentos y símbolos, alertó contra el “desierto interior” y el “agua salada”, dos metáforas de males del mundo moderno, y se abstuvo de hacer referencias concretas a los problemas del mundo. Los detalles. El segundo plano de Caselli.

Por Martín Granovsky
Desde Roma

El frontispicio de la basílica de San Pedro fue terminado, dice el friso, en 1612. La pantalla de televisión que ayer transmitía lo que pasaba en San Pedro es de 2005. El nuevo Papa, Benedicto XVI, nació en el siglo XX y reinará en el XXI. Y todos sus mensajes de ayer, transmitidos por televisión a todo el mundo, se centraron en Pedro, el apóstol que según la tradición católica construyó la Iglesia. Es natural que un papa elija ponerse como el último eslabón de una cadena que comenzó con el fundador. Pero más allá de los símbolos, el mensaje que dejó ayer Josef Ratzinger parece más destinado a reforzar la identidad de la Iglesia, construida en esta etapa por él mismo desde 1981, y a refirmar la doctrina en medio de la pelea con España por el matrimonio gay, que a plantear los problemas concretos del mundo.

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Desiertos. El párrafo, que mereció un comentario del canciller Rafael Bielsa como “importante, con conceptos doctrinarios profundos, para estudiar”, dice: “La santa inquietud de Cristo ha de animar al pastor: no es indiferente para él que muchas personas vaguen por el desierto. Y hay muchas formas de desierto: el desierto de la pobreza, el desierto del hambre y de la sed; el desierto del abandono, de la soledad, del amor quebrantado. Existe también el desierto de la oscuridad de Dios, del vacío de las almas que ya no tienen conciencia de la dignidad y del rumbo del hombre. Los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, porque se han extendido los desiertos interiores. Por eso, los tesoros de la tierra ya no están al servicio del cultivo del jardín de Dios, en el que todos puedan vivir, sino subyugados al poder de la explotación y la destrucción. La Iglesia en su conjunto, así como sus Pastores, han de ponerse en camino como Cristo para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud”.

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Programa sin programa. “No tengo un programa de gobierno”, dijo Ratzinger en el mensaje que leyó dentro de la ceremonia y la misa. Su cara se veía casi irónica en ese momento, más lejos de la solemnidad de la ceremonia. No parece un Papa carismático, aunque tampoco está signado por la antipatía. Parece iluminarse cuando argumenta, o intenta refutar, o pelea, así sea con la construcción prolija de una simbología tomada del Nuevo Testamento. En la forma no sonó duro. “No vengo a hacer mis ideas”, dijo. Pero en el fondo, que tal vez termine marcando la forma, quedó en claro que su función principal estará en los que llamó “desiertos interiores”. Para ponerle contenido hay un ejemplo: uno de los primeros actos del nuevo pontificado, aun antes de la entronización, fue el mensaje del prefecto (virtual ministro) del Vaticano para la familia, Alfonso López Trujillo, pidiendo a los jueces españoles que no casen a gays e invoquen la libertad de conciencia. “No hay libertad de conciencia cuando se habla de servidores públicos, porque no tienen que votar sino cumplir la ley”, dijo Zapatero. En el primer aniversario de su toma de posesión, dijo ayer mismo que con la sanción de la ley de matrimonios gays en Diputados “hemos luchado y avanzado en la igualdad de derechos entre los españoles, entre las mujeres y entre los hombres, como un principio esencial de una sociedad madura, justa y avanzada”. Luego le preguntó al Partido Popular, la oposición de derecha, si podía decirles a la cara a los homosexuales que son “ciudadanos de segunda”.

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Idiomas. El castellano fue el único idioma importante en el mundo católico que no usó el nuevo Papa durante la ceremonia, a pesar de que lo sabe y deque alrededor de la mitad de los católicos del mundo viven en América latina. Sólo hubo un párrafo leído en español por una religiosa, igual que se leyeron textos cortos en griego, portugués, chino y por supuesto italiano. Los locutores que explicaban detalles de la misa utilizaron italiano, inglés y alemán. Quizás la ausencia del español, que ya se produjo en la primera comunicación con los periodistas, la semana pasada, pueda tener relación con el gran desafío que plantea a un papa de Europa occidental el cambio de leyes en uno de los países de mayor tradición católica como España.

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Bielsa sobre Sodano y Sandri. Además de su análisis sobre el mensaje, Bielsa dijo que con la designación de Ratzinger como Papa “habrá más una estructura de pares”. Vaticinó que la Santa Sede podrá funcionar de manera más fluida, aunque no quiso poner un contenido a ese adjetivo, y dijo que entre los que tendrán peso estarán el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, que permaneció, y su número dos, el argentino Leandro Sandri, que no es cardenal. En una breve rueda de prensa, Bielsa calificó a Ambito Financiero de “desinformado o mentiroso” en su cobertura de la relación con el Vaticano. También dijo en otro momento del día que entre la Argentina y el Vaticano había “interpretaciones diferentes sobre el asunto Baseotto”. Página/12 ya informó cuáles son esas interpretaciones. La designación del obispo castrense (antes vicario de las Fuerzas Armadas) no prevé que el acuerdo prestado por la Argentina para designarlo caiga por un desacuerdo profundo. Pero tampoco lo prohíbe. En la negociación diplomática que viene, el Vaticano dirá que la inexistencia de una cláusula específica impide el retiro del acuerdo. Y la Argentina optará por buscar la demostración de que el acuerdo puede retirarse porque implica un tipo de obispado distinto de los demás, ya que depende del Estado y debe ser compatible en sus funciones con el resto de la política militar. Además, podría argumentar que lo no escrito no basta en diplomacia para evitar un diálogo sobre un problema práctico.

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Caselli a la penumbra. Bielsa, el secretario de Culto Guillermo Oliveri y el embajador en el Vaticano Carlos Custer negociaron estos días para evitar otro problema práctico: que Esteban Caselli, operador de Carlos Menem, Carlos Ruckauf y Eduardo Duhalde, fuese quien recibiera como gentilhombre del Vaticano, una función con tareas de protocolo, a la delegación oficial que entró en la Basílica. Estuvieron Kirchner, la senadora Cristina Fernández, el jefe de Gabinete Alberto Fernández, el canciller Bielsa y el ex presidente Raúl Alfonsín. Caselli, en cambio, circuló fuera de San Pedro, pero no atendió a la delegación argentina. Durante los funerales de Juan Pablo II, Bielsa se burló de su papel llamándolo “chocolatinero”. Caselli fue quien propuso a Baseotto y tiene acceso a Sodano, el cardenal más viejo en condiciones de elegir Papa y quien ayer puso el anillo con la figura del pescador representando a San Pedro. Sin embargo, el acceso de Caselli a Sodano puede empezar a ser un obstáculo si el Vaticano no quiere otro enfrentamiento como el que ya tiene con España. Si funcionará así, y quedará erosionado, o el Vaticano lo usará para trabar las relaciones, es cosa que ni un Papa puede saber.

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Sincronía. La ceremonia transcurrió con el ritmo perfecto de los ritos de la Iglesia. Los pasos del Papa por dentro de San Pedro parecían regidos por el órgano. Cardenales y sacerdotes iban guiando a Ratzinger para asegurarse la sintonía fina. Sólo desentonó una vez un helicóptero, que se hizo oír cuando el Papa lanzó por primera vez incienso, que se esparció muy pronto por los sitios de la plaza más próximos, y otra vez el graznido de un ave sobre una de las bellísimas estatuas de los apóstoles que Miguel Angel Buonarotti colocó por encima del frontispicio de San Pedro. Los cardenales acompañaron cada movimiento de la misa y la ceremonia, seguida casi todo el tiempo de pie desde las filas de los invitados especiales, donde muchas mujeres usaron mantilla negra. Los aplausos fueron simultáneos a la lectura de la lista de santos. “Pero no están ellos solos”, dijo, hablando a los “queridos amigos”. “No puedo llevar solo lo que en realidad no podría llevar solo”, dijo Ratzinger en un tramo de su mensaje, que tal vez sea leído como una mayor colegialidad en una Iglesia cada vez más absolutista, aunque está por verse si Ratzinger no hará una transición propia hacia un período de control personal férreo. “La Iglesia está viva y joven”, afirmó en otro momento. Habló varias veces a la juventud, pero si ésa representó una búsqueda de fieles la escasa presencia latinoamericana en los símbolos indica que la prioridad será afirmar el poder del Vaticano más que en reformas que impidan el drenaje hacia las iglesias nuevas, por ejemplo de Brasil.

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Los judíos y Hitler. Benedicto XVI insistió en su mensaje amistoso a los “hermanos” judíos. En verdad es una constante, porque mientras ponía doctrinariamente a la Iglesia en una posición más dura sobre aborto, homosexualidad y familia, como prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe Ratzinger siempre impulsó el diálogo con el judaísmo. Repetir la apelación ayer le puede haber servido para disipar el fastidio que podría causar su pertenencia juvenil al ejército de Adolf Hitler. Los diarios británicos piden investigar si Ratzinger desertó antes de la guerra o cuando ya estaba por ser hecho prisionero, muy cerca de la derrota nazi. Y en Alemania incluso diarios antinazis como el Die Tageszeitung abrieron una polémica en la que el historiador Olaf Blaschke, de la Universidad de Trier, dijo que la leva forzosa era casi automática para la generación del nuevo Papa, de 78 años, la pertenencia a las juventudes hitlerianas era casi automática y en ningún caso una opción ideológica. Blaschke citó los casos del filósofo Jürgen Habermas y del Nobel de Literatura Günter Grass.

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Pedrino. El rescate de la tradición estuvo en los detalles más mínimos. A los invitados les repartieron una guía para seguir la ceremonia con este título: “Inicio del ministerio pedrino del obispo de Roma, Benedicto XVI”. El palio, la estola, que usaba la Iglesia en el siglo IV, fue recuperado por el nuevo Papa. Explicó su sentido diciendo que la lana representa a las ovejas, incluso las descarriadas, y que cuidar de sus ovejas no es un peso para el pastor. “La voluntad de Cristo no es un peso.” Por eso, dijo, se lo colocaba. En cuanto al anillo del pescador, dijo que con la fe “atrajo la pesca milagrosa”. También el pastor, o sea el Papa, sería según Ratzinger “un pescador de hombres del mar salado por todas las alineaciones de la ley de Dios”.

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Laicismo. Cientos de miles siguieron la ceremonia desde San Pedro, pero Roma no parecía conmocionada. No había banderas papales amarillas en cantidad fuera del radio ni una gran preparación de los grandes diarios, concentrados ayer en analizar el nuevo gabinete de Silvio Berlusconi, con predominio de la Liga del Norte. El fundador y ex director de La Repubblica y actual columnista, Eugenio Scalfari, dedicó su artículo de tapa no a Benedicto XVI sino al cambio de gabinete, para él “una opereta de música desafinada y actores decadentes”. El Papa asumió en un fin de semana largo. Hoy es feriado por los 60 años del fin del fascismo. Los organizadores de los actos esperan por lo menos la suerte del Vaticano ayer. Llovió diez minutos después del fin de la ceremonia, y fue un chaparrón corto que no impidió las fotos de cada país con sus cardenales y sus obispos.

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