EL MUNDO › BUSH CONDENO LA TIRANIA SOVIETICA LUEGO DE LA SEGUNDA GUERRA

W2 renuncia al acuerdo de Yalta

En vísperas del 60° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, el presidente norteamericano George W. Bush eligió la república báltica de Letonia para lanzar una ofensiva contra las pretensiones hegemonistas de Rusia sobre sus países vecinos.

La guerra no ha terminado. Al menos, para el presidente estadounidense George W. Bush, que llegó ayer a Letonia en la primera escala de una visita a Europa para conmemorar la victoria de los Aliados sobre la Alemania nazi en 1945, pero que convirtió esta ocasión en un intento de afirmar la creciente influencia –y presencia– de Estados Unidos en la periferia de Rusia por medio de la denuncia de la opresión que sus países sufrieron por obra de la ex URSS después de la derrota del agresor nazi.
Bush manifestó su respaldo a los países bálticos, que lo apoyaron en la guerra contra Irak convirtiéndose en estrechos aliados de Estados Unidos, y simbolizan, según su punto de vista, la lucha contra la tiranía. Según dijo Bush, “en Europa occidental, el fin de la Segunda Guerra Mundial significaba la liberación. En Europa central y oriental, marcó la ocupación soviética, la anexión de Estonia, Letonia y Lituania, y la dictadura comunista”. El presidente estadounidense menciona a menudo a los bálticos como ejemplo de países que lograron obtener su independencia de manera pacífica, tras vivir bajo la tiranía. Bush, que había recomendado a Rusia que se disculpara por la anexión soviética de las repúblicas bálticas, entonó el “mea culpa” de su propio país por las decisiones que llevaron a la división de Europa durante la Guerra Fría. Calificó la división de Europa creada por la guerra y el dominio soviético sobre el este del continente como “uno de los grandes errores de la historia”. La cuestión báltica tensó las relaciones entre Washington y Moscú en las últimas semanas. Por primera vez, Bush admitió la responsabilidad en parte estadounidense al reconocer que “los acuerdos de Yalta siguieron la injusta tradición de los pactos de Munich y Molotov-Von Ribbentrop”, por los que Rusia y Alemania acordaron repartirse Polonia. La condena del acuerdo de Yalta y del pacto Molotov-Ribbentrop será, sin duda, un motivo más de fricción en la reunión entre Putin y Bush hoy por la noche.
Vladimir Putin estimó que la Unión Soviética ya se había disculpado por ese pacto en 1989 y que Rusia no tenía por qué volver a hacerlo. El presidente ruso también dijo que los países bálticos se unieron por su propia voluntad al bloque soviética y que sus reivindicaciones actuales buscan desviar la atención de su pasado colaboracionista con los nazis. El ex jefe del KGB señaló que Rusia ya había dejado saber, en una carta enviada a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, su descontento porque el viaje a Moscú esté “emsandwichado” entre visitas a Letonia y Georgia, considerado como una intromisión en sus asuntos, y le pidió a su par norteamericano que no intente darle lecciones de democracia.
En una rueda de prensa, Bush quiso contentar a ambas partes y trató de calmar las suspicacias rusas. Por un lado, dejó claro que entiende el punto de vista de los países bálticos sobre su “dolorosa historia” y la “ocupación y la opresión de la tiranía comunista” y aseguró que Putin también lo entiende. Sin embargo, explicó, “espero que podamos dejar atrás la historia y avanzar en el abrazo de la democracia”. Estimó que deberían celebrarse elecciones libres en Belarús y señaló que a Rusia le conviene tener a su alrededor países democráticos, porque “los países demócratas no combaten entre sí, la democracia es pacífica”. Acerca de los temores rusos de que los nuevos regímenes causen su aislamiento, el presidente aseguró que “Estados Unidos tiene países libres y pacíficos en su norte y su sur y no nos consideramos rodeados”. En otro gesto para aplacar a Moscú, Bush también instó a los países bálticos a respetar los derechos de las minorías y desmintió cualquier acuerdo secreto con Putin para obligar al presidente de Belarús, Alexandre Lukaschenko, a abandonar el poder. Hoy Bush llegará a Moscú para una breve reunión con Putin y para participar en las celebraciones del aniversario del final de la guerra.

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George W. Bush saludó ayer después de su discurso en Riga, donde condenó la división de posguerra.
 
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