EL MUNDO › EL IMPUESTO A LOS RICOS, DE CARA A LOS COMICIOS

La zanahoria de Schroeder

Por Tony Paterson*
Desde Berlín

La promesa del canciller Gerhard Schroeder de imponer un impuesto a la riqueza a los alemanes que ganan más de 250 mil euros al año encontró protestas en los economistas y en los partidos de la oposición, mientras el gobierno se preparaba para una elección general adelantada para septiembre. El controvertido plan de un impuesto adicional del tres por ciento a los ricos que actualmente pagan un 42 por ciento de impuesto a la ganancia, fue revelado por el partido gobernante de Schroeder, el socialdemócrata, en el fin de semana como parte del manifiesto electoral del partido.
Horas más tarde, Schroeder presentó un pedido formal para un voto de confianza parlamentario para permanecer en su cargo. El voto, que se espera para este viernes, es probable que lleve a una fecha firme para las elecciones generales alemanas que se preparan para septiembre. Este nuevo impuesto iría a fondos para educación e investigación científica. “Creo que muchas de las tantas personas, que están mucho mejor que el promedio de los miembros de nuestra sociedad, son lo suficientemente patriotas para reconocer que ellos también tienen que hacer algo por el futuro del país”, aseguró Schroeder. Sin embargo, la propuesta fue instantáneamente condenada por reconocidos economistas y partidos opositores. Dirk Niebelm, el secretario general del partido liberal Democrático Libre, describió la propuesta como una gran locura y señaló que el gobierno recién había reducido las mayores tasas de impuestos para aquellos con altos ingresos. “Ahora están planeando hacer exactamente lo contrario”, aseguró.
Pero los sondeos de opinión sugieren que dos tercios del electorado alemán está a favor del impuesto a la riqueza. La medida fue el último intento del debilitado Partido Social Demócrata para recuperar a los partidarios de izquierda que habían desertado en masa del partido en protesta al impopular programa de reforma económica del gobierno. El mes pasado, el partido fue criticado por los líderes empresariales alemanes por armar una lista de las llamadas “compañías saltamontes” que supuestamente han chocado con los intereses alemanes, despidiendo trabajadores en masa y realizando un vaciamiento de los activos ,sin restricciones, para relocalizarse en otros países con menos costos.
Los socialdemócratas fueron sacudidos por recientes pronósticos de encuestas que sugieren que la “Izquierda Democrática”, una nueva alianza de izquierda liderada por Oskar Lafontaine, ex ministro de Finanzas alemán y ex líder del Partido Social Demócrata, podría conseguir alrededor de un ocho por ciento del voto en una elección general, convirtiéndose en la tercera fuerza alemana.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.

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