EL MUNDO

Después de Londres, amenazan con
transformar Roma en un cementerio

El grupo que se adjudicó los ataques de Londres, Brigadas Abu Hafs Al Masri, dio un ultimátum a Italia para que retire sus tropas de Irak. Coincidió con la hipótesis de que planean atacar la ciudad eterna.

Nueva York, Madrid, Londres y ... Roma (o el Vaticano quizás). Este es el miedo que atormenta al gobierno de Silvio Berlusconi desde los atentados del 7 de julio en Gran Bretaña y que se vio en parte confirmado ayer luego de que se conociera un comunicado del grupo islámico responsable de los recientes ataques en Londres que amenaza con transformar Roma “en un cementerio” si el país no retira sus tropas de Irak. El domingo el diario italiano Corriere della Sera había denunciado un supuesto plan para atacar Roma que había sido descubierto luego de la detención en Irak de un lugarteniente de Abu Musab al Zarqawi, el líder de Al Qaida en ese país.
“Después de Londres es el turno de Roma”, se advierte en el comunicado realizado por el grupo Brigadas Abu Hafs Al Masri, vinculado a Al Qaida, y difundido en el sitio electrónico israelí de inteligencia Debka. “Mientras un solo soldado italiano quede en Irak, usted, primer ministro, sólo puede esperar más lágrimas y sangre”, agrega. Según Debka, uno de los objetivos primarios de Al Qaida podría ser el Vaticano, a quien la organización terrorista considera como un “centro mundial de herejía”. Las Brigadas Abu Hafs Al Masri habían amenazado a Dinamarca, Holanda, Gran Bretaña e Italia y les habían dado tiempo hasta el próximo 15 de agosto para retirar sus tropas de Irak.
La amenaza se conoció al día siguiente de que el diario italiano Corriere della Sera revelara un supuesto plan para atacar Roma, descubierto a partir de la detención en Irak de un lugarteniente Al Zarqawi, líder de Al Qaida en ese país. Según informaron las fuentes oficiales, Estados Unidos avisó a los servicios secretos italianos que en la casa del detenido hallaron fotos satelitales de varios lugares importantes de Roma: el Vaticano, el aeropuerto de Fiumicino, la basílica Santa Maria Maggiore y varios locales de la cadena McDonald’s.
Mientras tanto, el gobierno italiano ya busca una manera de asegurarse la cooperación de la comunidad musulmana en esta recrudecida guerra contra el terrorismo. El ministro del Interior, Giussepe Pisanu, llamó a los representantes de los cerca de un millón y medio de musulmanes que residen en el país, a ayudar al gobierno a “aislar a los extremistas” y a “vencer al enemigo común”: el terrorismo. Para conseguirlo, Pisano ya adelantó que creará un Consejo Islámico que represente a grupos musulmanes moderados en Italia. “La guerra contra el fundamentalismo islámico ha de librarse a dos manos: una armada contra terroristas y otra tendida calurosamente a los musulmanes moderados. Europa ha estado centrada hasta ahora sobre todo en la primera mano y no suficientemente en la segunda”, explicó.
El Consejo Islámico, cuya creación se anunciará en los próximos días, le permitirá al gobierno tratar con una única voz en los temas relacionados a la comunidad musulmana en el país. Tras los recientes atentados en Londres y Egipto, Pisanu había alertado a Europa a no caer en la tentación de una “represión indiscriminada, el racismo y la islamofobia”. “Es el momento de que los cristianos y los musulmanes se unan contra su enemigo común”, había instado el ministro. Sin embargo, el gobierno al que pertenece lanzó el viernes un paquete de medidas antiterroristas que incluye expulsiones rápidas de extranjeros considerados peligrosos para la seguridad nacional y el permiso a las autoridades de recoger muestras de saliva para realizar pruebas de ADN. Por ahora, la comunidad musulmana no ha cuestionado las nuevas leyes.

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“Mientras un solo soldado italiano quede en Irak, usted, premier, sólo puede esperar más sangre.”
 
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