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El gobierno de George W. Bush se anotó una victoria en uno de sus peores momentos. Después de varios días de negociación, diputados y senadores se comprometieron ayer a prorrogar por cuatro años el Acta Patriótica, impulsada después del 11-S por la Casa Blanca y cuestionada por los organismos de derechos civiles por ser muy invasiva. El acuerdo, que será votado en las Cámaras hoy o mañana, da carácter permanente a atribuciones de los servicios de inteligencia y seguridad que debían expirar a fin de año, porque son “esenciales” para “ganar la guerra contra el terrorismo”. Los legisladores dijeron que se busca limitar la intromisión en las vidas privadas de los ciudadanos.