EL MUNDO › SE REBELO EL JEFE DE SEGURIDAD EN CISJORDANIA

Primer gran desafío a Arafat

Jibril Rajub, el coronel palestino destituido por Yasser Arafat como jefe de la seguridad preventiva en Cisjordania, resiste y tiene apoyo. Alrededor de 400 subordinados de Rajub anunciaron ayer que no acatarán las órdenes de Zuhair Manasre, designado a dedo por Arafat, y que, como consecuencia de ello, dimitirán de sus puestos. La radio oficial israelí asegura que Arafat invitó a la delegación de Rajub a la sede de su gobierno en Cisjordania para ablandar su oposición a la destitución del coronel, pero que la reunión debió ser pospuesta para hoy.
Miembros del grupo de oficiales de la policía palestina dijeron en Ramalá que su oposición al cese de Rajub es “rotunda” y que si Arafat no cambia de idea, dimitirán en bloque y que consideran “una broma” las reformas emprendidas por el presidente palestino. El malestar de Rajub por su destitución ha sido patente. Fuentes palestinas aseguran el ex jefe policial ha manifestado en privado que “no soy un oficinista al que se le puede echar con una carta. Formo parte de la Autoridad Palestina”. Sobre el cargo de gobernador de Jenín que le fue asignado tras su cese, Rajub aseveró que ese puesto debe ser asignado “a un hombre fuerte y con influencias y yo no reúno esas características”, según agregaron las fuentes.
Rajub y sus hombres han advertido de que no entregarán el aparato de la policía de seguridad y acusan al nuevo ministro de Interior, Abdel Razik Yehiyeh, de acordar su destitución al frente de 4000 hombres y de hacerlo en complicidad con Arafat. La destitución de Rajub es considerada como un “test” para el presidente palestino, quien en 1997 ya intentó cesarlo y no lo consiguió tras una intensa campaña en contra del coronel y sus hombres. Detrás de la pulseada está una especie de toma de yudo de Arafat contra George W. Bush, quien condicionó el apoyo a un futuro Estado Palestino a un cambio de dirección de la AP y a una profunda reestructuración de sus fuerzas. Arafat replicó llamando a unas elecciones donde piensa que tiene asegurado el triunfo y removiendo a los elementos más críticos de su liderazgo, y especialmente los que tienen apoyo popular y militar, como es el caso de Rajub. De hecho, hace meses se informó de una pelea durísima entre los dos hombres, en que Arafat llegó a amenazar a Rajub con una pistola. De acuerdo con algunas interpretaciones, Rajub estaría más dispuesto que Arafat a contener el terrorismo palestino para poder abrir alguna instancia de negociación política con Israel.
El dato parece confirmarse en el hecho de su sucesor Manasreh, de 59 años, ex gobernador de Jenín, que volvió ayer a las explicaciones de rutina de la Autoridad Palestina respecto del combate al terror. “A la luz de la completa reocupación de las zonas autónomas palestinas por el Ejército de Israel, no tenemos instrumentos para luchar contra el terrorismo –sostuvo–. Incluso después de la retirada de Israel sería difícil trabajar porque el Ejército ha destruido prácticamente la infraestructura de las fuerzas de seguridad palestinas. No hay ni computadoras, ni un lugar donde nos podamos reunir”, agregó.

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