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El PSOE le quitó alcaldías al PP

El socialismo español le arrebató a la derecha popular nueve de las capitales de provincia que gobernaba, gracias a sus alianzas con otros partidos como Izquierda Unida. Así, contrarrestó los resultados adversos de las últimas municipales.

 Por Oscar Guisoni
desde Madrid

Luego de haber perdido las pasadas elecciones municipales por poco más de 160 mil votos frente al Partido Popular, el Partido Socialista del primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero consiguió el sábado arrebatarle a la oposición de derecha nueve de las capitales de provincia que gobernaba. Gracias a su política de alianza con formaciones como Izquierda Unida (ex Partido Comunista) y diferentes fuerzas nacionalistas vascas, gallegas y catalanas, el PSOE logra traducir en mayor poder territorial los adversos resultados, con lo cual vuelve relativa su aparente derrota electoral. Los nuevos alcaldes asumieron sus funciones anteayer en medio de una jornada caracterizada por las protestas y los incidentes protagonizados en el País Vasco por Acción Nacionalista Vasca, el partido utilizado por los partidarios de ETA para participar en los comicios, que protagonizaron disturbios en las ciudades en las que sus candidatos no se pudieron presentar debido a la impugnación de la Justicia que los consideró demasiado ligados al grupo separatista. La jornada culminó con cinco detenidos, aunque las fuerzas de seguridad impidieron que los nacionalistas radicales obstruyeran la formación de los nuevos gobiernos municipales.

De esta forma, el PSOE pasará a gobernar 23 capitales, mientras que el PP se queda con sólo 22, frente a las 33 que tenía en su poder desde el 2003. El secretario de organización del Partido Socialista, José Blanco, resaltó ayer el triunfo de su formación gracias a la buena relación que mantiene con el resto de las fuerzas políticas españolas y señaló que la victoria en votos del PP se debía más que nada a la gran diferencia que obtuvo en Madrid y Valencia, ciudades donde la derecha logró la mayoría absoluta, mientras que a nivel nacional la formación presidida por Mariano Rajoy ha dejado en el camino un tercio de las capitales que antes controlaba.

Los socialistas logran de esta forma conquistar ciudades importantes como Palma de Mallorca, Jaén, Cáceres, Toledo, León, Vitoria, Orense, Logroño y Soria, a la vez que han reafirmado su victoria en su feudo tradicional de Cataluña, donde controlarán las cuatro capitales provinciales luego de haberles arrebatado a los nacionalistas de Convergencia y Unió la ciudad de Tarragona. Otra victoria importante se la han apuntado los socialistas en Galicia, histórica plaza fuerte del Partido Popular, consiguiendo gobernar en tres de las cuatro capitales, gracias a los acuerdos con el Bloque Nacionalista Gallego con el que comparten desde el año pasado el gobierno regional. En el País Vasco, el PSOE logra arrebatarles la joya de la corona a los populares, la ciudad de Vitoria, capital institucional del país, la única sede provincial que la derecha mantenía en su poder en un territorio que le es hostil, y vuelve a repetir gobierno en San Sebastián, mientras que el Partido Nacionalista Vasco repite en Bilbao, una de las cinco ciudades más importantes del país.

Los únicos incidentes se produjeron anteayer en los pueblos y ciudades del País Vasco donde ANV, el partido pro etarra, no pudo presentar candidatos por la impugnación de la Justicia. Los militantes de la izquierda radical llamaron a sus simpatizantes a anular de forma notoria los votos de manera tal que se los pudiera contabilizar con claridad. De esta forma justificaron las protestas en las que pretendían tomar posesión de las bancas de concejales que en teoría les hubiera correspondido de haberse desarrollado los comicios en total libertad. Fuertes medidas de seguridad impidieron que estos disturbios obstruyeran la constitución de las nuevas autoridades, tal y como era su objetivo. En el pueblo de Ondarroa lograron su meta ya que los ediles electos no se presentaron luego de haber sido duramente amenazados por los simpatizantes de la izquierda nacionalista. Algo similar ocurrió en la localidad de Nabarniz y en Zaldibia, provincia de Guipúzcoa, donde todos los electos eran del partido nacionalista moderado Aralar, que ha renunciado a ocupar los puestos que ANV reclama. Los radicales nacionalistas consiguieron asumir en su tradicional plaza fuerte de Hernani, aunque gobernarán en minoría, al igual que en una veintena de pequeños pueblos y poblados del interior del País Vasco en los que Herri Batasuna era tradicionalmente fuerte antes de ser proscripta.

Por último, en Pamplona, capital de Navarra, una región que los nacionalistas vascos consideran ligada a su territorio histórico, el Partido Popular consiguió alzarse con el gobierno municipal a pesar de no contar con la mayoría absoluta luego de que el PSOE renunciara a apoyar a los nacionalistas moderados de Nafarroa Bai luego de saber que el único concejal electo de ANV estaba dispuesto a votar junto a ellos por esa candidatura.

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El PSOE de Zapatero pasará a gobernar 23 capitales, mientras que el PP se queda con sólo 22.
 
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