EL MUNDO › EL CANCILLER GUL FUE ELEGIDO CONTRA LOS DESEOS DE LAS FF.AA.

Un presidente islámico para Turquía

Tras el triunfo de Gul, los militares advirtieron que no tolerarán que se erosione la “naturaleza secular de la República Turca”.

Turquía tiene presidente islámico. El canciller Abdulá Gul fue elegido ayer por el Parlamento de Ankara. A pesar de conseguir el apoyo de una amplia mayoría –obtuvo 339 votos de un total de 550 diputados–, no logró apagar la tormenta política que desde hace meses enfrenta a los partidos laicos y su aliado, las fuerzas armadas, y el gobierno dominado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), una fuerza islámica moderada. En la víspera de la votación, el jefe del Estado Mayor, Yasar Buyukanit, difundió un comunicado vía Internet, en el que vuelve a advertir sobre supuestos peligros que acechan al principio laico del país. “Nuestra nación ha estado vigilando el comportamiento de los grupos del mal, que sistemáticamente han intentado corroer la naturaleza secular de la República Turca”, destacó el mando militar.

La cúpula militar había lanzado una advertencia similar en abril pasado, cuando el gobierno intentó por primera vez imponer a Gul, su candidato, en el Parlamento. En aquel momento, como ahora, el oficialismo contaba con una mayoría simple, pero no los dos tercios que necesita para elegir un mandatario. La oposición de los partidos laicos en la Cámara, las masivas marchas en Ankara y las principales ciudades del país, y la amenaza explícita de los mandos militares de defender con las armas el laicismo hicieron desistir al primer ministro Recep Tayyip Erdogan de seguir adelante con las votaciones en el Parlamento.

Pero Turquía no es un país simple. A pesar de la mayoritaria oposición a un presidente islámico, Erdogan y el AKP seguían gozando de la simpatía de la mayoría de los turcos. Encuestas en mano, el premier decidió salir de la parálisis política que había dejado la derrota en el Congreso llamando a elecciones legislativas anticipadas. El resultado fue aún más rotundo que hace seis años, sin embargo más partidos y candidatos lograron entrar a la Cámara y el oficialismo se quedó con menos bancas que antes. Mantenían una mayoría, pero seguían muy lejos de los dos tercios necesarios. Erdogan coqueteó varias veces con quitarle el apoyo a su canciller e incluso aceptó otras candidaturas opositoras. Sin embargo, los presidenciables opositores no contaban con una amplia base de apoyo y, a la larga, eso demostró que Gul era la única figura con verdaderas posibilidades de alcanzar la presidencia.

La semana pasada se realizaron las primeras dos votaciones. Como era de esperar, Gul no consiguió los dos tercios, es decir, 367 votos. Según la Constitución turca, si la elección llega a una tercera vuelta, el ganador sólo necesitará una mayoría simple. Los representantes del Estado Mayor y los diputados del Partido Republicano del Pueblo (CHP), defensores a ultranza del laicismo, decidieron no asistir a la ceremonia de ayer. “Vamos a controlar su lealtad a la República”, advirtió el vicepresidente del CHP, Mustafá Ozyurek, después de conocer el resultado. Aunque la cúpula militar no hizo comentarios ayer, todos los analistas turcos recordaron las palabras del jefe del Estado Mayor. “Las fuerzas armadas de Turquía no harán concesiones en su tarea de resguardar la República Turca, un estado secular y social basado en la ley”, había advertido Buyukanit el lunes por la noche.

Estos comentarios hicieron de la jornada de ayer una de las más tensas en la historia política reciente del país. Conscientes de ello, Gul y Erdogan cuidaron hasta el último detalle. Después de la votación, no hubo grandes celebraciones ni dentro ni fuera de la Cámara. Tampoco las hubo en el acto en donde Gul juró y tomó posesión como presidente. El gobierno incluso se cuidó de no provocar la ira de la oposición y los militares y prefirió dejar afuera de la ceremonia a la esposa del nuevo mandatario, Hayrunnisa Gul. Como toda mujer islámica practicante, Hayrunnisa utiliza un velo sobre su cabeza cuando está en público. Esto ya provocó mucho debate en el país, al punto que la primera dama contrató a un diseñador de Estados Unidos y la Unión Europea ya celebró la elección del nuevo presidente. “En mi opinión, esto provee una oportunidad de dar un impulso fresco, positivo e inmediato al proceso de adhesión”, aseguró el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. A diferencia de lo que sucede en otros países, los islámicos de AKP son los principales promotores del ingreso del país al bloque europeo. Los laicos, aliados contra el gobierno con los sectores ultranacionalistas, temen que la adhesión resulte en una pérdida de la identidad turca.

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Gul después de jurar como presidente de Turquía ayer en el Parlamento de Ankara.
 
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