EL MUNDO › REPORTAJE AL PRIMER MINISTRO ANTES DE SU PONENCIA

“El problema es el desempleo”

Por Berna G. Harbour *
Desde Londres

Antes de exponer ante el Parlamento Europeo ayer sus planes para el semestre de presidencia británica, el premier laborista británico Tony Blair afirmó que no busca abandonar el modelo social europeo, sino modernizarlo. Para ello, Blair defiende que las prioridades de la gente vuelvan a estar conectadas con las de la Unión.
–Después del enfrentamiento de los últimos días, ¿cree que el gobierno británico puede ser juez y parte al mismo tiempo?
–Yo soy un apasionado proeuropeo, siempre lo he sido. He llevado al Partido Laborista a una posición proeuropea y creo en la UE como algo necesario en el mundo de hoy. Pero debemos reconocer que hay una crisis en la UE y que lo primero que tenemos que hacer es responder a las preguntas. Ya es hora de que los políticos iniciemos el debate que los ciudadanos de la Unión ya están celebrando: ¿cómo nos ayuda Europa ante los desafíos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, ante desafíos como la globalización, el cambio económico, el social, la seguridad, el lugar de Europa en el mundo? En segundo lugar, tenemos que resolver un acuerdo financiero, pero un acuerdo que nos ayude a celebrar ese debate y no que lo oculte. Han habido numerosas interpretaciones erróneas sobre la posición británica en los últimos días y quiero dejar claro que somos apasionados defensores de la ampliación y que pagaremos lo que nos corresponda de la ampliación. Estamos dispuestos a discutir sobre el cheque británico, pero tiene que ser parte de una discusión más amplia sobre el presupuesto europeo. Entiendo la posición de la comunidad agraria, y sé que cualquier cambio tendrá que empezar a aplicarse dentro de algunos años. Pero tenemos que usar el presupuesto como una oportunidad para ayudar a fijar una nueva dirección para Europa. Un presupuesto que gasta siete veces más en agricultura que en tecnología, ciencia, investigación y desarrollo no es un presupuesto que se corresponda con las necesidades. Quiero un acuerdo justo sobre el presupuesto, necesitamos una perspectiva que no posponga el cambio hasta 2013. Europa no puede esperar tanto tiempo.
–Supongamos que tiene razón y que hay que abrir un debate amplio sobre la reforma en Europa. ¿Qué pasa si Francia y Alemania no lo quieren escuchar? ¿Si no lo escuchan ni los nuevos socios?
–Respecto a los nuevos socios, nos encargaremos de que estén bien. El 80 por ciento de los fondos agrarios van a ser para ellos. Respecto de los riesgos con Francia y Alemania, mi actitud es muy simple. Nunca me ha asustado emprender un debate. Lo que no puedo ver es que uno plantee que hay que abordar una cuestión concreta y que por ello te acusen de antieuropeo. Es ridículo. No digo que tengamos todas las respuestas, que nuestra opinión sobre el modelo social europeo sea correcta. Sólo doy mi opinión. ¿Cuál es el mayor problema que afronta hoy la UE? Veinte millones de desempleados. ¿Qué hace el presupuesto por ellos? No mucho. ¿Qué hace la política económica europea por ellos? No gran cosa. Hay que realinear las prioridades de la gente con las prioridades de los políticos. Y si hacemos eso, habremos encontrado la verdadera naturaleza del debate en Europa.
–Tal vez puede empezar el debate, pero no parece estar en posición de ganarlo.
–¿Por qué? ¿Creen que los europeos piensan que su modelo social satisface sus preocupaciones? No lo creo. Si volvemos a la Agenda de Lisboa, miren lo que dijimos, la ambición que teníamos era convertirnos en la economía más competitiva del mundo para 2010. Estamos a medio camino y ¿creen que estamos en vías de convertirnos en la economía más competitiva del mundo? Por favor, ¿quién puede renunciar a hablar de esto antes de celebrar ese debate? Sentémonos a hablar y después decidiremos. Pero algunos están diciendo que yo estoy por la Europa del mercado libre sin ninguna Europa social ni política. ¡Yo no digo eso! Digo justo lo contrario. Estoy diciendo que hace falta una fuerte Europa social, pero relevante. Y eso no significa más y más regulaciones para las empresas... Lo que significa es más inversión en formación, ciencia, tecnología, innovación, políticas sociales que permitan a la gente salir del sistema de subsidios y volver al trabajo activo... Y si decir esto me hace impopular en algunos ámbitos, qué se le va a hacer.
–Usted ha rechazado la propuesta de Luxemburgo sobre el presupuesto. ¿No cree que al final va a tener que aceptar una no muy diferente si quiere realmente alcanzar un acuerdo en su presidencia?
–La oferta no era razonable ni en términos de reforma ni de dinero. Yo tengo que volver aquí y decirle al pueblo británico: “Con el cheque habríamos alcanzado en unos años la paridad con Francia como contribuyentes por primera vez. Pero he renunciado a eso y vamos a pagar 20.000 o 25.000 millones más. Y además no tengo ningún compromiso para iniciar la reforma”. No había forma de vender eso. He hecho muchísimos compromisos en Europa. Y haremos lo mejor posible sobre este presupuesto. Pero necesitamos un compromiso de Francia de que el proceso de reforma no empezará después de 2013, si no antes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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