EL MUNDO

Las mentiras caen como bombas sobre el Líbano

El corredor humanitario es una mentira; la ausencia de negociaciones con Hezbolá es otra mentira; lo mismo que el bloqueo naval y el supuesto rechazo al intercambio de prisioneros.

 Por Robert Fisk *
Desde Bagdad

Caen tantas bombas sobre el Líbano como mentiras. Las explosiones son fáciles de contar, tres ayer a la mañana, en los suburbios del sur de Beirut, y muchas en la principal carretera que va a Siria, destruyendo más el viaducto en Mdeirej y a tres ómnibus que regresaban al Líbano después de llevar extranjeros a Damasco. Las mentiras fueron menos obvias pero igual de poderosas. La primera gran mentira llegó por boca de de Ehud Olmert. Horas después de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, hubiera pedido un cese del fuego y que se liberaran “corredores” para permitir el movimiento de asistencia humanitaria a civiles, el primer ministro israelí dijo que sólo permitiría un “corredor humanitario” entre Chipre y el Líbano.

La noticia salió en todos los titulares de la mañana. Pero en realidad, ya hay un libre pasaje marítimo entre Chipre y Beirut. Lo que Annan estaba pidiendo eran “corredores” entre Beirut y los muy bombardeados pueblos del sur del Líbano, y sólo horas después el ejército israelí exigió que todos los civiles en un radio de 30 kilómetros de la frontera israelí se retiraran, una acción considerada por los libaneses como “limpieza étnica”, pero que Olmert, por supuesto, no mencionó.

Después se dijo que los israelíes estaban planeando despachar una gran fuerza terrestre hasta el río Litani, en el sur del Líbano, una ofensiva que, de ser cierta, les costaría muchas bajas a los israelíes y de todas maneras no evitaría que Hezbolá atacara el territorio israelí con misiles de largo alcance. Los generales del Comando del Norte de Israel eran capitanes y mayores durante la desastrosa invasión y ocupación del Líbano por parte de Israel en 1982 y conocen lo insensato de tal idea.

Luego fue John Bolton, el embajador de Washington ante las Naciones Unidas, el que dijo otra mentira. Para evitar un cese del fuego –acto que llevará inevitablemente a la muerte de más civiles– y evitar un voto del Consejo de Seguridad, preguntó cómo un “Estado electo democráticamente” puede pactar un cese del fuego con una “banda de terroristas”. Es imposible, dijo. La mayoría de los ministros del gabinete considera a Bolton un poco loco. Loco o ignora la historia de Medio Oriente. Porque en 1980, después de recibir una salva de cohetes Katyushas sobre la frontera, Israel –el “Estado democráticamente elegido” del señor Bolton– aceptó un cese del fuego de las guerrillas de la OLP lideradas por Yasser Arafat, que consideraba una “banda de terroristas”. El cese del fuego fue roto dos años después por Israel, cuando bombardeó la OLP, porque declaró que Arafat había ordenado un ataque al embajador de Israel, en Londres,

Shlomo Argov. Los israelíes estaban equivocados; fue Saddam Hussein, el más feroz crítico de Arafat, quien dio la orden esperando que Israel acusara falsamente a Arafat del crimen e invadiera el Líbano. Los israelíes cumplieron.

Las mentiras continuaron. Ayer los periodistas estaban ocupados diciendo que Israel estaba dispuesto a levantar el “bloqueo naval” sobre el Líbano por aquellos “suministros humanitarios”. Pero esto es mentira. Los barcos que evacuaban a los extranjeros del Líbano, cobardemente habían obtenido el permiso de Israel para hacerlo –nadie ha olvidado el “accidental” ataque aéreo en el USS Liberty en 1967–, pero en realidad los israelíes retiraron dos de sus barcos de guerra de las aguas libaneses después de que Hezbolá atacara a una cañonera con un misil hecho en Irán hace una semana.

Aunque los israelíes no revelaron esto –y los periodistas permitieron que la historia cayera– ahora surge que el barco israelí casi se hunde en el Mediterráneo después de que el misil iniciara un fuego en la sala de máquinas y cuatro marineros israelíes murieran. El incendio duró mas de 15 horas, mientras la tripulación trataba de salvar la embarcación. Nuevamente, Olmert nos dice que no habrá intercambio de prisioneros por los dos soldados israelíes capturados. Pero, si esto es verdad, ¿por qué los israelíes han contactado a los servicios de seguridad alemanes que han negociado cada intercambio de prisioneros entre Hezbolá y los israelíes durante los últimos 20 años? Fueron los alemanes, por ejemplo, los que negociaron la entrega de los restos de 123 en su mayoría miembros de Hezbolá y 45 prisioneros de la famosa prisión Khian, en el sur del Líbano, a cambio de los cuerpos de dos soldados israelíes, Rachamim Alsheikh y Jossi Fink en julio de 1996.

¿De manera que qué chances hay de un cese del fuego? Durante el bombardeo de Israel en 1996 al Líbano, un vocero israelí se refirió a Hezbolá como un “cáncer que crece” dentro del Líbano. Un cese del fuego comenzó poco más de una semana más tarde. El embajador de Israel ante la ONU, Dan Gillerman, el jueves se refirió al Hezbolá como un “cáncer que crece” dentro del Líbano. ¿Plus ça change?

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Un judío ortodoxo acompaña un tanque israelí cerca de la frontera con el Líbano.
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