EL PAíS › ACERCAMIENTO ESTRATéGICO ENTRE CRISTINA FERNáNDEZ Y LULA, PESE A LAS CONTROVERSIAS COMERCIALES

Las diferencias no son lo importante

Los discursos de ambos mandatarios en la ronda de negocios de empresarios de Argentina y Brasil buscaron bajarle el tono a la disputa comercial, aunque sin eludir las críticas recíprocas. Acuerdan una posición común para la reunión del G-20 en Londres.

 Por Cristian Carrillo

Desde San Pablo

“Hay que dejar de lado las diferencias menores y avanzar en temas importantes.” Así resumió el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el espíritu del encuentro que mantuvo ayer con la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en San Pablo. En medio de las polémicas que se gestaron a partir del mayor control que impuso la Argentina sobre sus importaciones, ambos jefes de Estado articularon varias estrategias para avanzar en una mayor integración. Las conversaciones formaron parte de la ronda de negocios que tuvo lugar en la Federación de Industrias del estado de San Pablo (Fiesp) y que congregó a más de 600 empresarios. Tanto Cristina como Lula reconocieron que cierto grado de proteccionismo es inevitable y prefirieron avanzar sobre otros puntos, como un convenio de complementaridad entre el Bndes, el BICE y el Nación para financiamiento productivo, un acuerdo con un laboratorio para vender vacunas contra la aftosa en Brasil o la construcción de barcazas para las operaciones de Petrobras.

Los mandatarios estaban a cargo de la clausura de la Semana Argentina en San Pablo. Previamente, los funcionarios y los empresarios invitados al encuentro (ver aparte) realizaron sus exposiciones con puntualidad para no hacer esperar a los presidentes. Las palabras de cierre estaban pautadas para las 11. “Todavía están reunidos y parece que va para largo. La cosa marcha bien, pero es una negociación dura. Habrá que esperar”, reconoció uno de los integrantes de la comitiva argentina cuando comenzaban a hacerse las 13. Cristina, que se alojó en un hotel frente a la sede de la Fiesp, donde se realizó la ronda de negocios, llegó cerca de las 10 luego de que los organizadores lograran convencerla de que no era seguro cruzar la calle caminando sin custodia como pretendía hacer, “por más que fuese de día y sean menos de cien metros”.

A las 13.15, hicieron oficial el cierre de la ronda y se dirigieron luego a la sala de prensa para comentar algunos detalles de la reunión bilateral y contestar preguntas. “Dos por país”, era la premisa. De todos modos, brasileños y argentinos compartían los mismos interrogantes y fue sencillo coordinar las preguntas para que no quede nada afuera. Los mandatarios tampoco quisieron dejar nada afuera.

El grueso de los compromisos los anticipó, como al pasar, Lula en su discurso de cierre. Pero Cristina dio mayor grado de detalle. El primer punto que se acordó fue la posibilidad de que un laboratorio argentino pueda vender sus vacunas contra la aftosa en el país vecino, que se utilizan en el sector agropecuario local con buen grado de aceptación. El segundo, y tal vez el más significativo, es articular al Banco Nacional de Desarrollo brasileño (Bndes) para que los convenios que sean firmados en materia de financiamiento a través del BICE y el Nación en el país “pasen de las letras del protocolo a las actividades conducentes a fondear empresas”. En ese sentido, se coincidió en la necesidad de actuar con premura en la puesta en marcha de la infraestructura necesaria.

La posición que plantearon ambos mandatarios fue de unidad, en particular de cara a la próxima reunión del G-20 en Londres. “Estoy convencida de que podemos plantarnos ante el mundo y plantear cuál es el modelo que debe desarrollarse”, dijo Fernández de Kirchner. Adelantó además que propondrán que se destinen fondos para desarrollar proyectos de infraestructura en la región. “No se puede seguir fondeando bancos”, replicó. Más temprano, Lula fue todavía más lejos: “Por primera vez en dos siglos dos países en desarrollo van a llegar a una reunión (la de abril en Londres) con tanta solidez moral como vamos nosotros”.

La expectativa es todavía mayor ante organismos internacionales que están sin capacidad de acción. “La experiencia que los organismos han tenido en la no comunicación y falta de respuesta a la crisis revela per se que se necesita una profunda reforma”, dijo Cristina. Mientras que su par brasileño consideró que el problema radica en que “no fueron creadas pensando que la crisis se podría dar en países desarrollados, sino en los emergentes”.

En cambio, buscaron bajarle el tono al malestar generado por las medidas antidumping que aplicó la Argentina a sus importaciones. Coincidieron en que no existe una contradicción en criticar el proteccionismo y la aplicación de algunas restricciones puntuales. “No todo proteccionismo puede ser negado. No es una religión”, manifestó Lula. El mandatario reconoció que “todo el mundo quiere defender su economía”, y que la solución es trabajar en equilibrar los precios.

La Presidenta, por su parte, tampoco quiso dejar de marcar algunas inconsistencias en la posición de ciertos funcionarios brasileños. “Una licencia automática puede parecer una medida proteccionista, en materia comercial; pero, por ejemplo, devaluar es también un tipo de protección que en este caso es monetaria”, aseveró ante la mirada adusta de su par brasileño. Y remató: “Puedo decir que la devaluación que tuvo Brasil con respecto del dólar fue una medida proteccionista”. Apuntó también contra los beneficios fiscales que muchos Estados otorgan a sus empresas para que se radiquen. “Por lo que no hay una contradicción sino que podemos verificar que hay medidas proteccionistas de un lado y del otro, y que algunas son verificables en financiamiento o monetarias y otras en lo comercial, como las licencias no automáticas”, concluyó.

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“La devaluación también es una medida proteccionista”, advirtió Cristina a su par brasileño.
Imagen: EFE
 
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