EL PAíS › DECLARACION DEL SENADO SOBRE EL CASO ALPEROVICH

Un gesto antidiscriminación

Por F. Y. y R. K.

Las polémicas declaraciones del arzobispo tucumano Luis Villalba, quien cuestionó la posibilidad de que el senador del PJ José Alperovich, de origen judío, pudiera convertirse en gobernador de la provincia, llegaron ayer al Senado. Si bien los legisladores se solidarizaron con el legislador, la declaración que aprobaron durante la madrugada de ayer da cuenta sólo de la “preocupación” que provocaron los dichos de la máxima autoridad católica de esa provincia y no avanzan en un repudio a una actitud claramente discriminatoria.
Si la declaración aprobada es cuidadosa, diplomática, mucho más lo son sus fundamentos. Nadie, en el Senado quiere pelearse con una autoridad de la Iglesia Católica. Tal vez por ello es que los legisladores, en sus fundamentos, se circunscriben a recordar todos los antecedentes constitucionales y legales que existen y que garantizan la posibilidad de que cualquier ciudadano, de la religión que sea, puede acceder a cargos electivos.
Alperovich no habló durante la sesión donde se debatió su caso. Eran las cuatro y media de la madrugada y el último tema de la agenda. Al flamante presidente de la Cámara alta, José Luis Gioja, le costó juntar el quórum. Si bien la declaración aprobada se transformó en un apoyo al senador, entre los colaboradores del tucumano la preocupación es otra. Estos ven detrás de las palabras del arzobispo alguna mano extraña partidaria. “Esto lo armó el sector del peronismo que se resiste a la idea de Alperovich gobernador”, sostenían anoche en los pasillos del Senado.
En el despacho del legislador todos miran a la actual diputada nacional Olijela del Valle Rivas quien no sólo es una menemista rabiosa sino que además apadrina al contrincante de Alperovich en la interna provincial, Ricardo Maturana. Este fue el juez federal que tenía en sus manos la investigación del enriquecimiento ilícito del genocida y ex gobernador Antonio Bussi. Maturana renunció sin avanzar demasiado en la investigación y se dedicó de lleno a la política.
Los seguidores de Alperovich reconocen no tener pruebas, pero están seguros de que el sector menemista impulsa la polémica porque creen que de esta manera “erosionan” al candidato de Eduardo y Chiche Duhalde, quien hoy ocupa el primer puesto en las preferencias electorales provinciales. Mientras su gente intenta corporizar los fantasmas que impulsan la discriminación, Alperovich sabe que ante un posible triunfo electoral no tiene otra alternativa que recurrir a la Justicia para superar el escollo constitucional que construyó el bussismo en 1990 cuando reformaron la Carta Magna de Tucumán.

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