EL PAíS › EL EMBAJADOR ISRAELI CARACTERIZO EL ATENTADO

“Fue Irán y fue Hezbollah”

Al cumplirse once años del atentado a la Embajada de Israel, su representante en la Argentino señala a quienes Jerusalén considera culpables. Hubo críticas al Gobierno de otros oradores.

 Por Raúl Kollmann

“Fue Irán y fue el Hezbollah.” Tal vez ese fue el principal mensaje que salió ayer del acto en el que se recordó a las 22 víctimas del atentado que se perpetró hace once años contra la Embajada de Israel. A tal punto que el embajador de ese país leyó un comunicado oficial del gobierno de Jerusalén en el que admitió que “durante diez años la responsabilidad del atentado permaneció con un signo de interrogación. Hoy les comunico que las fuerzas de seguridad de Israel resolvieron la incógnita: el Hezbollah, por medio de su órgano de ejecución de atentados en el extranjero, fue el autor del ataque. Y sabemos que Irán estuvo al tanto”. El anuncio tiene repercusión internacional, ya que pone a Irán en la mira como próximo blanco de la ofensiva norteamericana contra el llamado Eje del Mal. Más allá de aquellos elementos de estrategia, tal vez el momento más emotivo se vivió en el acto de ayer cuando una joven de 15 años recordó que tenía cuatro cuando mataron a su bisabuelo, Mustafá, cuando estaba a metros de la Embajada. “El tuvo tres nietos, que fueron uno hacia la veta protestante, uno hacia lo islámico y el otro hacia el judaísmo. Ellos y nosotros, los bisnietos, nos hemos unido en el reclamo de justicia y yo le dejaré ese mensaje a mi hijo, cuando lo tenga, y también a mis nietos.”
Unas dos mil personas se agruparon ayer frente al predio en el que se levantaba la embajada hasta aquel 17 de marzo de 1992. En la hermosa plaza seca, que con el esfuerzo de un grupo de judíos y no judíos logró consagrarse a la memoria de las víctimas, todavía pueden verse las marcas de ventanas, molduras y adornos del edificio que arrasó la explosión. Ayer, en los techos de los edificios linderos, impresionaba ver a francotiradores, vestidos con uniformes verdes y anteojos de última tecnología, con los fusiles preparados para disparar. El clima de la víspera de la guerra se vivió en esas y otras medidas de seguridad.
El acto se inició con el conmovedor ruido de la sirena que sonó a las 14.50, la hora del atentado. Se vieron pocas autoridades: apenas el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el secretario de Política Exterior de la cancillería, Fernando Petrella. Ellos, dirigentes de la comunidad judía y el grupo de familiares de las víctimas rodearon el palco ubicado a un costado de la plaza.
“Aunque existan diferentes interpretaciones en cuanto a las causas inmediatas de los atentados –dijo el embajador israelí Benjamín Orón–, no tenemos dudas sobre sus causas profundas. Las raíces provienen de la ideología de un régimen –el de Irán– que no sólo odia a Israel, sino que por sobre todas las cosas odia los valores y la forma de vida que tenemos nosotros, los infieles, como nos llaman en el lenguaje que ellos utilizan. La lógica es inaceptable: nadie puede sobrevivir en un mundo en el cual la vida de los ciudadanos, como los que perecieron en la embajada, pueda transformarse en objeto de atentados por el hecho de que otro país no considera de su agrado determinada posición política.” Y a continuación Orón dio lectura a un comunicado de Jerusalén en el que oficialmente señala que Irán y Hezbollah fueron los responsables de los dos ataques de Buenos Aires. “Esta información recabada por Israel, a través de sus propias fuentes, guarda total lógica con las conclusiones de la investigación independiente que realizó la SIDE. En nuestra opinión, se trata de conclusiones profesionales y valientes.” Lo cierto es que el elogio de Israel a la SIDE no es sorpresivo: es un secreto a voces que buena parte del informe que realizó la SIDE sobre los atentados –dándolos por totalmente esclarecidos– fue aportado por el Mossad israelí. Eso sí, el comunicado leído por Orón pide que Argentina accione judicialmente contra Irán y contra el Líbano.
El titular de la AMIA, Abraham Kaul, fue en la misma dirección: “Exigimos al gobierno nacional que impulse efectivas sanciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el quebrantamiento dereglas fundamentales del derecho internacional y que se enjuicie y castigue a todos los responsables”. Kaul igualmente admitió que “poco se ha investigado sobre la existencia del apoyo local y del porqué de la ausencia de la custodia policial al momento del atentado a la embajada”.
Carlos Susevich, el padre de Graciela, que murió en el atentado, denunció que “a la clase dirigente argentina no le importó la muerte y destrucción, como se ha visto otra vez con la muerte y destrucción de los futuros adultos del país, los niños que padecen hambre. No les importa porque paralelamente se han enriquecido de forma increíble. Ahí vemos al primer mandatario dedicado a pescar tiburones y a otro candidato –en obvia referencia a Carlos Menem– cazando ciervos para ingresar al sofisticado Club del Safari. Si nada les importa, menos les importó el terrorismo y la muerte de nuestros hijos”.

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El embajador de Israel Benjamín Orón saluda a Aníbal Ibarra, uno de los pocos funcionarios presentes.
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