EL PAíS › EL GOBERNADOR DE RíO NEGRO MURIó EN LA MADRUGADA DEL AñO NUEVO EN UN CONFUSO EPISODIO CUANDO SE ENCONTRABA EN LA HABITACIóN CON SU MUJER

Un disparo terminó con la vida de Carlos Soria

Se cree que el arma se disparó mientras discutía con su esposa, quien hasta anoche no había sido imputada por el hecho. La gobernación habló de “accidente doméstico”. Mañana asume el vicegobernador Weretilneck en su reemplazo.

Una hora antes del inicio de 2012, Carlos Soria había dado una entrevista a una radio provincial en la que hablaba de sus ganas de afrontar el desafío de gobernar Río Negro en una situación económica complicada, como sucede en otras provincias. No podrá ser. Pocas horas después, exactamente a las 4.47 de la madrugada del nuevo año, Soria falleció luego de recibir un balazo en el rostro mientras se encontraba en su chacra de Paso Córdoba, en las afueras de General Roca. En medio de un gran hermetismo, el comunicado oficial de la gobernación dijo que se trató “presumiblemente producto de un accidente doméstico”. Al momento del fallecimiento, Soria se encontraba en su habitación con su esposa, Susana Freydoz, quien ayer se presentó ante la Justicia, pero no fue imputada. La muerte generó conmoción en el ámbito político y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, se trasladó hasta Viedma para seguir de cerca la situación y mantener informada a la presidenta Cristina Kirchner. Mañana asumirá en reemplazo de Soria el vicegobernador Alberto Weretilneck, un dirigente del Frente Grande que ya adelantó su predisposición a reunirse con el PJ para consensuar la transición.

Soria, de 61 años, había pasado la fiesta con sus hijos y sus nietos. Pero al momento de los hechos estaba solo con su mujer, según informó el vicegobernador. La muerte se produjo por un impacto de bala en el pómulo izquierdo por lo que primero se habló de suicidio, pero la versión rápidamente fue descartada por sus allegados. Los médicos encontraron a Soria semidesnudo y cubierto de sangre. El gobernador falleció luego de ingresar al hospital de General Roca, donde había sido trasladado en estado desesperante.

El juez interviniente Emilio Stadler decretó de inmediato el secreto de sumario. Sin versiones oficiales, una de las hipótesis que se barajaban era que el episodio se desencadenó mientras Soria y su esposa forcejeaban con un revólver calibre 38 en medio de una discusión. Pasadas las 20, el juez emitió un comunicado detallando que el gobernador fue “víctima de un solo disparo” que “se habría producido con un arma de fuego propiedad del doctor Carlos Soria, que fue encontrada y secuestrada en la escena del hecho”. También confirmó que el hecho sucedió “en el interior de la habitación matrimonial”. Añadió que si bien en la chacra aún permanecían una de las hijas del matrimonio y su novio, “ningún elemento probatorio, ni siquiera indiciario, permite sospechar que pudiese haber intervenido en el hecho alguna otra persona” que no fueran Soria y su mujer.

Luego de que los peritos de Criminalística actuaran en la chacra, el cuerpo de Soria fue trasladado a la morgue judicial, donde se le hizo la autopsia para establecer las causas de la muerte. Aunque desde temprano varios vecinos se habían congregado en los alrededores del edificio, los hijos de Soria dispusieron que no hubiera velatorio. Los restos se trasladaron directamente al cementerio privado Parque de las Fuentes, donde fueron inhumados en una ceremonia íntima, a la que no se permitió el acceso a personas ajenas a la familia.

Susana Freydoz se presentó ante el juez Stadler poco antes de las 10 junto a su abogado, una hija y un sobrino y se retiró al mediodía. Según la información judicial, se le practicó un análisis de sangre y la prueba de dermotest para verificar si disparó el arma. Hasta anoche, no se le había tomado declaración ni revistaba como imputada y permanecía en la casa de un familiar, en Roca, presumiblemente bajo el efecto de sedantes. Por la tarde, el juez tomó declaración al resto de los familiares y amigos que estuvieron en la chacra y también los sometió al dermotest.

Sucesión

Nacido en Bahía Blanca, Soria militó siempre en las filas del peronismo rionegrino. Fue consecuentemente menemista, duhaldista y, en los últimos tiempos, kirchnerista. El 25 de septiembre pasado había alcanzado el punto más alto de su carrera política al convertirse en el primer peronista desde el retorno democrático en ganar la gobernación de Río Negro, hasta ahí un bastión del radicalismo. Con el sello del Frente para la Victoria, Soria obtuvo el 50 por ciento de los votos contra el 35 del radical K César Barbeito. Durante ocho años, Soria había sido intendente de General Roca, cargo que delegó en su hijo Martín. El gobernador asumió el 10 de diciembre y sus primeros días fueron ajetreados. Envió a la Legislatura un proyecto para declarar el Estado de Emergencia para administrar la deuda que había heredado.

Mañana está previsto que asuma en su lugar el ex intendente de Cipolletti y vicegobernador Weretilneck, quien había llegado a la fórmula por el aliado Frente Grande. De inmediato adelantó su disposición conversar con el gobierno nacional y con el PJ. En caso de que renunciara, debería convocarse a una nueva elección, pero hasta anoche nadie hablaba de esa posibilidad.

Hasta la provincia llegaron Parrilli y el jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, cacique del peronismo provincial. Ellos mantuvieron informada a Cristina Kirchner, que se encontraba en su casa en El Calafate. “El deseo de la Presidenta es garantizar la institucionalidad de la provincia”, explicó Pichetto.

El fallecimiento de Soria generó conmoción en la clase política, principalmente en los sectores más tradicionales del peronismo. El ex presidente Eduardo Duhalde, los gobernadores Daniel Scioli, José Manuel de la Sota, José Luis Gioja, Daniel Peralta, Martín Buzzi, Luis Beder Herrera, Oscar Jorge y Gildo Insfrán salieron a expresar su consternación por el deceso. Desde la oposición, el santafesino Antonio Bonfatti y la fueguina Fabiana Ríos también mostraron su pesar.

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Carlos Soria junto a su esposa Susana Freydoz y al senador Miguel Angel Pichetto el día de su asunción como gobernador de Río Negro.
Imagen: Télam
 
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