EL PAíS › EL VIERNES ASUMIRA EL NUEVO JEFE DEL ESTADO MAYOR CONJUNTO

Los generales, en su laberinto

El ministro de Defensa, José “Pepe” Pampuro, les anunció ayer a los jefes de las Fuerzas Armadas el relevo de más del cincuenta por ciento de las conducciones. El general Brinzoni espera llegar hasta el jueves para despedirse en el acto del Día del Ejército.

 Por Nora Veiras

El ministro de Defensa, José “Pepe” Pampuro, debutó ayer con la pesada tarea de comunicar oficialmente a los altos mandos la purga de las cúpulas de las tres Fuerzas Armadas. A última hora informaron que el brigadier mayor Jorge Alberto Chevalier asumirá el viernes al frente del Estado Mayor Conjunto en reemplazo del general Juan Carlos Mugnolo. Pasado mañana el Ejército conmemora el 193º aniversario de su creación y hasta entonces espera permanecer en su cargo el teniente general Ricardo Brinzoni –quien será reemplazado por el general Roberto Bendini–. Brinzoni está buscando las palabras para moderar su “sorpresa” y “desagrado” por la medida “más allá de la subordinación al Presidente”. El descabezamiento del 75 por ciento del generalato decidido, en principio, por Néstor Kirchner estaba siendo reanalizado anoche por Pampuro y Bendini. “La idea es que pasen a retiro a 15 o 20 generales en lugar de 28”, repetían en el Edificio Libertador, ilusionados con morigerar los efectos del “mazazo”.
A primera hora de la mañana Bendini se reunió a solas con Brinzoni antes de compartir juntos el encuentro con todos los mandos del país. Unos treinta y cinco generales participaron en la sede de Paseo Colón al 200 de la virtual catarsis por la inesperada renovación de toda la conducción. “Fue una reunión de mucha franqueza, respeto, vocación de servicio, de gran respaldo a quienes tengan que conducir la institución en circunstancias tan complicadas como éstas”, explicó diplomático un general. En esas rondas habituales de altos mandos participaba el ministro de Defensa saliente, Horacio Jaunarena. Ayer, no siguió la tradición Pampuro. Uno de los hombres de Eduardo Duhalde en el nuevo gabinete tuvo que asumir como propio el descabezamiento militar a pesar de que él había negociado “un relevo natural” esperando los ascensos de fin de año.
En el entorno del Presidente explicaban el sábado que la poda obedecía “a una renovación generacional en todos los ámbitos”. Ese argumento irritaba a los hombres de Brinzoni porque “no es cierto, como dijeron que Bendini tenga 52 años. Es veinticinco días mayor que Brinzoni, tiene 57, es de setiembre del ‘45”, detallaban con obsesión militar. Si bien ante los medios los uniformados no hacen más que argumentar en favor de la subordinación a las decisiones del Presidente no pueden ocultar “la insoportable sorpresa” por el relevo de la mitad de las cúpulas.
En Defensa aseguran que “hoy se definirá cuándo asumirán los jefes de la Armada (Jorge Godoy), de la Fuerza Aérea (Carlos Rohde) y del Ejército”. Brinzoni espera seguir en su cargo hasta el jueves para dar su último discurso. Los hombres que le dan forma a su pensamiento definen dos ejes de esa posible despedida:
u “El país ha invertido mucho en formar a una cantidad importante de gente (los generales) como para dilapidarlos sin razón”.
u “Con esta decisión se está llevando la política al cuartel y esto implica aceptar que el cuartel se meta otra vez en la política”. La temeridad de ese razonamiento la fundan en que le atribuyen a Bendini “el mérito” de ser amigo de los kirchneristas y abundan en que “el Presidente tiene todo el derecho de poner a un hombre de su confianza pero en un sistema jerárquico como las Fuerzas Armadas no es bueno que ésa sea la razón”. En verdad, los reparos no hacen más que poner en evidencia el desconcierto pero son conscientes que su poder de presión se agota en la posibilidad de ponerle palabras a ese desconcierto.
Más allá de la edad de Bendini, la decisión del nuevo presidente –inédita desde el retorno a la democracia– es una demostración de fuerza frente a los militares. A partir de esa purga, en las Fuerzas Armadas ya no quedarán en actividad oficiales que hayan participado de la represión ilegal ni aquellos acostumbrados a hacer lobby ante políticos y jueces en favor de la vigencia de esa mutilación de la Justicia que transforma a la sospecha en la única verdad. La Corte Suprema viene demorando desde hace más de un año el fallo sobre la constitucionalidad o no de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Kirchner repitió en su discurso inaugural que “gobernabilidad no es sinónimo de impunidad” y que construirá su relación con las Fuerzas Armadas sobre la base de “la memoria y la justicia”.
Pampuro les comunicó telefónicamente a los jefes salientes Brinzoni, Joaquín Stella (Armada) y Walter Barbero (Fuerza Aérea) su inminente pase a retiro. En su primer día les tomó juramente además a los miembros de su gabinete. Julián Domínguez, asumió como secretario de Asuntos Militares; José Antonio Romero, en Planeamiento, y Rodolfo Herms, en la Subsecretaría de Coordinación. Domínguez fue intendente de Chacabuco y con la llegada de Carlos Ruckauf a la gobernación bonaerense llegó al Ministerio de Obras Públicas provincial. Romero es uno de los más cercanos auxiliares de Pampuro, y también lo secundó en la Secretaría General de la Presidencia.
Hoy será Kirchner en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas el encargado de resolver el momento en que asumirán los nuevos comandantes de las Fuerzas Armadas.

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El general Ricardo Brinzoni asumió como titular del Ejército en 1999 con Fernando de la Rúa.
 
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