EL PAíS › DUHALDE POR EL INGRESO DE FUERZAS ESTADOUNIDENSES

Desde el Norte, con impunidad

 Por Felipe Yapur

El viernes pasado el presidente era todavía Eduardo Duhalde. Eran las 18.10 cuando el empleado administrativo le estampó el sello de ingreso al Parlamento a uno de los últimos proyectos del bonaerense. Se puede decir que fue casi como un regalo de despedida. Y llegará desde el aire cuando en junio arriben tropas aerotransportadas de los Estados Unidos para realizar otro más de los ejercicios militares que se efectuaron en la Argentina en los últimos años. El proyecto del Ejecutivo, que lleva la firma de ex canciller Carlos Ruckauf y del también ex ministro amigo de las Fuerzas Armadas Horacio Jaunarena, incluye la solicitud que exige Estados Unidos para que sus militares sean beneficiados con “privilegios e inmunidades”. Ahora el Congreso, donde el PJ se comprometió a apoyar todas las iniciativas gubernamentales, deberá decidir si aprueba o no el presente del ex presidente.
El destino elegido por los Estados Unidos es Mendoza, donde está previsto que lleguen helicópteros y aviones. Las tropas aerotransportadas argentinas no serán las únicas que participarán de este nuevo “ejercicio”. También llegarán efectivos de las Fuerzas Armadas de Chile, Paraguay, Brasil, Uruguay y Bolivia, este último país en calidad de observador.
Varios son los objetivos expresados en el proyecto. Uno de ellos, el más técnico y militar, sostiene que se busca promover el “ejercicio combinado de adiestramiento aéreo”. Pero los siguientes son pueriles y parecen extraídos de un manual de pedagogía o psicología. Los impulsores del proyecto aseguran que pretenden “consolidar el acercamiento de las Fuerzas Armadas nacionales y extranjeras” y fomentar –como si los militares estuvieran ciertamente descorazonados– “la confianza mutua y la cooperación regional”.
Sin duda, lo más importante y al mismo tiempo peligroso del proyecto es que el Estado argentino está resuelto a considerar a los militares extranjeros “empleados y técnicos” de una misión diplomática. En pocas palabras, las tropas norteamericanas gozarían de “los privilegios e inmunidades” de estos particulares empleados públicos.
No es el primer ejercicio que realizarán militares norteamericanos en territorio argentino. Cada uno lleva un nombre que suele referirse a esa pretendida cooperación interna y sospechosa solidaridad. Ya pasaron Fuerza Unidas, Cabañas, Cruz del Sur, Ceibo, Unitas, Fraterno, Fluvial, Araex, Tamba, entre otras. La más recordada tal vez sea Cabañas, que se realizó en la región norte de la provincia de Salta, donde el “imaginario” enemigo no eran Fuerzas Armadas adversarias, sino que se planteaba un enfrentamiento donde las “fuerzas amigas” luchaban contra organizaciones sociales, piqueteras y sin tierra, lo que significa convertir el conflicto social en un “acto de guerra”.
Ahora el proyecto debe ser evaluado por las comisiones de Defensa del Senado y de Diputados. Marcela Bordenave, diputada del ARI e integrante de la comisión que debe estudiar este proyecto, anticipó a Página/12 que no está dispuesta a permitir “otro ingreso de tropas norteamericanas con inmunidad. Sería altamente contradictorio, porque la Argentina integra el Tribunal Penal Internacional y no puede aceptar la exigencia de los Estados Unidos, que desconoce ese instituto y con su pretensión intenta proteger a su tropa por posibles delitos que hayan cometido en aquellas guerras donde intervino”. La legisladora indicó además que la contradicción sería doble porque, si se tiene en cuenta el mensaje presidencial de Néstor Kirchner, “la caracterización de seguridad nacional que expresó en nada se parece a la que encarnaron Duhalde y fundamentalmente Ruckauf”.

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