EL PAíS › BAJO AL 15,6 POR CIENTO. EL TRABAJO CREADO ES DE BAJA CALIDAD

Luces y sombras de la desocupación

El desempleo bajó de 17,8 en octubre al 15,6 por ciento en mayo. Las personas sin trabajo suman 2,2 millones.
Sin los planes Jefes de Hogar el índice hubiese trepado a 21,4 por ciento. Así, la pobreza afecta a la mitad de la población, con mayor intensidad en el segundo cordón.

 Por Maximiliano Montenegro

La desocupación cayó algunas décimas más de lo esperado por los propios técnicos oficiales. Se redujo de 17,8 por ciento en octubre al 15,6 por ciento en mayo último. Así, hay 300.000 desocupados menos que en octubre, pero aún suman 2,2 millones de personas. La baja se explica por la apertura de nuevos puestos laborales, ya que también aumentó la cantidad de gente que salió a buscar trabajo. Hubo creación de empleo en casi todos los centros urbanos relevados por el Indec, salvo en San Luis y Mar del Plata. Hasta ahí las buenas noticias. Las malas son que sin los planes Jefes de Hogar la desocupación sería del 21,4 por ciento, que buena parte de los nuevos puestos están en negro y que los ingresos de los nuevos empleados son tan magros que siguen sin escapar a la indigencia o la pobreza.
El panorama laboral que se desprende de la encuesta de hogares del Indec es el siguiente:
- La baja de la desocupación es más marcada si se compara con mayo de 2002, cuando la tasa alcanzó el 21,5 por ciento. Sin embargo, esta comparación “no es racional” –según admitió un funcionario a este diario– porque aquel mes, muy cercano a la hecatombe, fue excepcional.
- En mayo había todavía 4 millones de personas con problemas de empleo, entre desocupados y subocupados (los que trabajan menos de 35 horas y desean trabajar más).
- El crecimiento del empleo se extendió a todo el país. Sólo en Mar del Plata y San Luis continuó la destrucción de puestos de trabajo. En esas ciudades la desocupación subió del 17,0 al 21,9, y del 12,6 al 15,6, respectivamente. El otro centro urbano donde aumentó el desempleo es Santiago (del 10,1 al 12,9 por ciento), pese a que allí sí hubo creación de empleo.
- La baja de la desocupación se dio en un contexto de aumento de la tasa de actividad. Esto significa que no existió “efecto desaliento” (los que ya no buscan trabajo aunque estén desempleados), sino al revés: más gente salió a buscar. Hay dos interpretaciones, no excluyentes, al respecto: buscan más porque perciben que existen más chances de conseguir un puesto; o bien porque el poder adquisitivo familiar cayó tanto que deben buscar quienes hasta ahora estaban inactivos.
- Según los datos disponibles para el área metropolitana (Capital y Gran Buenos Aires), respecto de mayo del año pasado, hubo generación de empleo en todos los sectores de la economía: industria, comercio y administración pública, entre otros. Pero el mayor aumento se produjo en la construcción.
- La mayoría de los nuevos puestos de trabajo son en negro, en el llamado “sector informal” de la economía. Para el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, esto es lógico porque “después de una depresión tan grande, lo primero que se recuperan son las horas extra, luego crece el trabajo informal y el próximo paso debería ser la creación de empleo formal”.
- Que la subocupación casi no se haya reducido –apenas disminuyó de 13,8 en octubre a 13,4 en mayo– confirma la precariedad de los nuevos puestos de trabajo.
- Lavagna presentó como un muy buena noticia que haya aumentado la denominada “elasticidad del empleo al producto”; es decir, cuánto aumenta el empleo por cada punto de crecimiento del PBI. En mayo llegó a 0,9 por ciento, casi el doble de la segunda mitad de los ‘90, y tres veces más que a principio de la convertibilidad. Sin embargo, para los expertos esto es habitual “cuando existe una stock de capital ocioso, porque cualquier incremento de la demanda se traduce en un aumento de la dotación de personal”. A futuro, se supone que la economía no será tan “creadora de empleo” porque, si vuelve la inversión, los empresarios incorporarán nuevas maquinarias que desplazarán trabajo.
- Según los números elaborados por Lavagna, de mayo a mayo se crearon 1.223.000 empleos, de los cuales la mitad corresponde a planes jefes de hogar. En cambio, entre octubre y mayo último, se abrieron 364.000 nuevos puestos, de los cuales sólo el 22 por ciento (80.000) corresponde a planes.
- Actualmente, hay activos por 2,1 millones de subsidios Jefes de Hogar. Y la ponderación de dichos planes en los números de creación de empleo puede estar subestimada, ya que la encuesta del Indec es relevada en los grandes centros urbanos, donde la cantidad de planes distribuidos se supone que es menor.
- Según el Indec, considerando como desocupados a todas las personas cuya ocupación principal proviene de un plan Jefes, la desocupación no fue en mayo del 15,6 por ciento sino del 21,4 por ciento.
- Ahora bien, si se etiqueta de desocupados sólo a aquellos cuyo empleo principal es un plan, pero además buscan activamente empleo, entonces la desocupación sería del 19,7 por ciento. Sin duda, esta definición de desocupación es la correcta, porque ¿qué otra cosa es alguien que cobra un subsidio mensual de 150 pesos, y aprovecha esa ayuda para salir a buscar un conchabo?
- Estos números sí son comparables con el 21,5 por ciento de desocupación que se tocó en mayo de 2002, en el peor momento de la crisis. Y no lucen lo deseablemente distintos.

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Roberto Lavagna, ministro de Economía, presentando los datos de desempleo y pobreza del Indec.
La suba del empleo se extendió a todo el país. En Mar del Plata y San Luis continuó la destrucción de puestos.
 
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