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Menem aspira a que su hijo recién nacido sea presidente acá o allá

Máximo Saúl Menem adelantó su parto unos días. Cuando nació, su papá estaba en La Rioja. El bebé está bien. Menem desea que llegue a ser presidente de Argentina o de Chile. Y dice que va por la nena.

“Por supuesto (que sea presidente), de Argentina o de Chile”, respondió Carlos Menem cuando le preguntaron qué le gustaría que fuera su hijo. Máximo Saúl nació ayer a las 4.20 de la mañana en la Clínica Las Condes en Santiago de Chile y pesó 2,6 kilos. El nacimiento se adelantó unas dos semanas, pero la madre, la ex miss Cecilia Bolocco, tuvo un parto natural y quedará internada el tiempo de rigor. Pese a que el embarazo fue producto de un trabajoso tratamiento de fertilización y que su anuncio, en abril pasado, coincidió con un punto álgido de la campaña electoral, Menem anticipó que a partir de ahora se dedicarán “a buscar la parejita”. Para los cabuleros quedará el recuerdo de que en la quiniela bonaerense ayer salió el 666.
La confirmación de la noticia corrió por cuenta de sus tíos, el senador Eduardo Menem y su esposa Susana Valente, que se notó que no la tenían muy clara. Dijeron que el chico se llamaría Maximiliano y que había pesado más de 3 kilos, datos que luego se verificaron erróneos. Valente agregó que el bebé debía estar preparado para vivir “en un mundo en guerra”, conclusión a la que llegó luego de acceder a lo que denominó “lecturas proféticas”.
El apuro de Máximo –su nacimiento estaba previsto para la segunda semana de diciembre– encontró a sus padres separados. Menem estaba en La Rioja y tenía pensado viajar a Chile el fin de semana. El martes a la noche, mientras miraba Venezuela-Bolivia por televisión, se enteró de que su esposa había comenzado el trabajo de preparto. Contó que quiso volar, pero que el aeropuerto riojano ya estaba cerrado. “A las 21.30 se le rompió la bolsa y a las 4.20 nació la guagua”, relató la periodista Diana Bolocco, hermana de la flamante mamá.
En realidad, la situación matrimonial de Menem, de 73 años, y Bolocco, de 38, es un misterio. La mayor parte del embarazo la madre la pasó recluida en su país y apenas si mostró la panza el 9 de octubre pasado cuando apareció en un programa del Canal 13 trasandino a cambio de 20 mil dólares. El ex presidente, en tanto, vive en La Rioja. Por eso, cada tanto, alguien sale hablando de separación.
“Escuché llorar al niño, es algo impresionante para uno a esta edad”, contó Menem luego de hablar por teléfono con su mujer. El ex presidente se mostró muy dispuesto a dar entrevistas a los medios, sobre todo a los chilenos que no le preguntan sobre política. “Yo quisiera que estudie mucho, que sea un hombre que sea útil a la comunidad, que sea un hombre que le sirva a la gente y a su pueblo, y bueno, que siga los mismos pasos de su padre”, sostuvo Menem.
Finalmente, el ex presidente llegó a la clínica poco después del mediodía. Anticipó que se quedará en Chile unos veinte días. En la escalerilla del avión, cuando le preguntaron cómo se imaginaba a su hijo, respondió: “Si se parece a la madre será lindo y si se parece al padre será un poco flaco”.
Máximus
Menem dijo que no le habían puesto su mismo nombre a su hijo porque Carlos Menem “hay muchos, como cien mil”. Aparentemente, fue la hija del ex presidente, Zulemita, quien no quiso que el bebé se llamara Carlos, igual que su hermano fallecido en marzo de 1995. Zulemita, se sabe, es compinche de su madre Zulema y siempre fue una tenaz opositora al nuevo matrimonio de su padre. Curiosamente, ella también está embarazada, por lo que Menem será abuelo a poco de haber sido papá.
Descartado Carlos, Bolocco eligió llamar a su hijo Máximo. “Donde manda capitán, no manda marinero”, explicó el ex presidente porqué aceptó la decisión. A él lo dejó colar el Saúl como segundo nombre, tradición en su familia. Otra curiosidad: Máximo también se llama el hijo varón del presidente Néstor Kirchner.
Menem y Bolocco se casaron en mayo del 2001 y desde el vamos anunciaron que querían tener un hijo. Pero a partir de ahí comenzaron los rumores sobre embarazos perdidos y se hicieron frecuentes las internaciones deBolocco en la Clínica Las Condes –la misma en la que ayer nació su hijo– para llevar adelante un tratamiento de fertilización con el especialista Juan Luis Alcalde.
El problema era que la campaña electoral avanzaba y el esperado anuncio –con que el entorno de Menem imaginaba que podía dar un salto en las encuestas– se postergaba. Al fin, el embarazo pudo ser confirmado en el mismo abril de las elecciones presidenciales. En el acto de cierre en River, Menem trató de sacarle jugo a la noticia. “Va a venir con la banda presidencial bajo el brazo”, anunció. No hubo vuelco en las encuestas y la promesa duró bien poco. Al parecer, Menem no les tuvo fe a los buenos augurios del hijo y no se presentó a competir con Kirchner en el ballottage.
Ahora que sus chances de acceder de nuevo a la Presidencia se acercan ya a lo milagroso, Menem se esperanzó con que la posta la pueda tomar el pequeño Máximo. Cuando le preguntaron si le gustaría que siguiera sus pasos y se convirtiera alguna vez en presidente de Argentina, respondió: “Por supuesto, de Argentina o de Chile”. “Será de nacionalidad chilena, pero también podrá participar de la nacionalidad argentina”, agregó.
El diario chileno El Mercurio consultó a un astrólogo para corroborar que las proyecciones políticas que hacía Menem en su hijo tuvieran correlato en su carta astral. Según la carta realizada por Aníbal Bascuñan, Máximo Saúl, escorpiano, “tendrá grandes misiones en su vida”, aunque complicó un poco el panorama al agregar “ya tiene una gran misión cumplida con su propio nacimiento”.

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El nacimiento ocurrió en la Clínica Las Condes, donde se realizaron los tratamientos de fertilidad asistida.
 
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