EL PAíS › ANIBAL FERNANDEZ HABLA DE LOS PIQUETEROS

“No vamos a reprimirlos, pero deben desaparecer”

El ministro del Interior sostiene que la protesta debe subordinarse al diálogo y pide paciencia a la gente por los cortes de calles y rutas. Habla de un hilo delgado entre el derecho a peticionar y la ilegalidad. Renunciará a su banca de diputado.

 Por Diego Schurman

Bigotes demodé. Lenguaje arrabalero. Y tantas otras señales de que no se trata de un muchacho del 2000, y por los años ya ni siquiera de un muchacho. Pero Aníbal Fernández tiene su costado moderno. En su escritorio, con una computadora y agenda de mano de última generación que exhibe con devoción, en su pasión por Los Redonditos de Ricota (“¡soy un ministro del Interior ricotero, y qué!”) y en el fervor juvenil con el que defiende la política del Gobierno frente a los piqueteros. “No estamos con la represión, no vamos a reprimir, eso no sirve, pero tienen que desaparecer”, azuza.
–El Gobierno parece haber perdido la brújula con los piqueteros.
–Tenemos una política definida, que no da resultados inmediatos sino a mediano plazo. Nosotros no vamos a reprimir. Nos queda claro que con palos y corriendo a la gente por las calles no se logra nada.
–Fue el Gobierno el que habló de una “brigada antipiquete”.
–No estaba en el país cuando se habló del tema. Igual no creo en eso.
–Usted divide a los piqueteros entre los que realizan una protesta “legítima” y otra “politizada”. ¿Qué quiere decir con eso?
–Hay tipos que protestan por un tema puntual: falta de trabajo, medicamentos, etc. Pero hay otros a los que políticamente les sirve el kilombo por el kilombo mismo. Yo lo que digo es que los que estén dispuestos a aceptar una colaboración del Estado para ir morigerando los conflictos van a encontrar soluciones: cooperativas de trabajo, participación en planes de vivienda, etc., etc.
–En rigor, toda protesta es política.
–Me refiero a los tipos que están vocacionalmente ligados a un partido. Y la protesta está ligada a su protesta del partido y no al reclamo formal. Hablo del Polo Obrero, MST, por dar dos ejemplos. Ellos se presentan a elecciones y no los vota la gente. No están legitimados.
–Pensándolo así, Luis D’Elía tampoco. Y entra sin pedir permiso al despacho de Néstor Kir-
chner.
–¡¡¡Ah noooooo!!! Yo en ésa no me meto.
–¿Sospecha, como insinuó Cristina Kirchner, que hay sectores piqueteros que buscan la represión para lograr una legitimación?
–Ha habido gestos de provocación al Gobierno que a mi juicio llevaban en su interior alguna búsqueda de represión para justificar su existencia.
–¿La estrategia oficial es dividir para reinar?
–Noooooooooooo. Cuando uno divide hace “para vos sí y para vos no”. Acá atendemos a todos.
–Miguel Vittone, del Polo Obrero, dice que no; lo tildó de gorila.
–No soy gorila, ni macartista, ni un pomo: el reclamo por el reclamo mismo no tiene sentido. Qué pasa si ese tipo me dice “está bien, tenés razón ¿qué me podés ofrecer?”. Yo le digo, “bueno, sentate”. ¿Qué gorila ni gorila? Gorila sería si le dijera “con vos no”.
–¿Y se sientan?
–Muchos se sientan. Trabajan en común.
–Y también se pelean entre ellos. Y duramente. ¿Qué opina?
–Nooooooooooooooo. En ésa no me agarran. Yo no soy el Macaya Márquez de los piqueteros. No hago comentarios. No tengo que opinar de esa interna.
–¿Y de la interna del Gobierno? ¿De cómo se hizo una avanzada contra los piqueteros que supuestamente encerraron al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y cómo después se morigeró esa avanzada?
–Para nosotros el gesto de los piqueteros tiene que sancionarse. Si después se morigera por la convivencia hay que comprenderlo como tal. Hay que ver la buena fe, siempre intentando sumar.
–¿Por eso de la “brigada antipiquete” a la posibilidad de la “amnistía” para los piqueteros?
–Bueno, en la amnistía no tenemos nada que ver. Es un proyecto del legisladores del mismo signo político pero no del Gobierno. Nosotros no podemos prohibir que un legislador presente proyectos.
–¿Cuál es el límite que, a su entender, deben tener los piqueteros?
–Es muy finito el hilo que separa a lo que sería el 194 del Código Penal, que sanciona a aquel que interrumpe la vía por donde pasa un transporte público y el artículo 14 de la Constitución sobre peticionar ante las autoridades. Pero tenemos bien agarrada la brújula, tenemos bien claro a dónde vamos, dennos tiempo. Hay que pedir comprensión a la gente.
–Llama la atención cómo oscila el Gobierno en este tema: habla de no criminalizar la protesta y después va a la Justicia contra los piqueteros.
–Lo que pasó con Tomada fue un tema severo. No se puede hacer lo que se quiere. Ni cerrarle la puerta a un ministro. Eso es una provocación. Si los piqueteros tienen una oreja que los escucha y que le prestan atención, utilicen ese carril. Pero no pueden ir de apriete a cerrar la puerta. ¿Quiénes son? Eso está mal. Estos movimientos no le van a dar ventajas.
–¿Y qué deben hacer?
–Los piqueteros tienen que desaparecer, pero no tirándoles una bomba. Si tuviera poder de convencimiento yo les diría: “No jodan muchachos con esto, vamos a sentarnos a ver cómo arreglamos los temas”. La queja no es la solución. Si no te escuchan, yo entiendo que la queja sea el único recurso. Pero si te escuchan... Yo no quiero que sigan los cortes. No dan resultado, ningún resultado.
–En Neuquén no los escucharon.
–Hablé recién con el vicegobernador. Ellos intentaban hacer un reempadronamiento para la tarjeta social. Y hay mucha gente que no tiene muy claro esta historia de cómo funciona un cajero automático. Ojo es todo de oído lo que cuento. La cuestión es que los ánimos se caldean...
–Y entonces dispararon contra los desocupados...
–... hay una declaración del jefe de policía que dice que ellos actuaron ante la ley, que no reprimieron...
–Pero lo hicieron, y con balas...
–... hay cinco heridos
–¿A usted le parece que se tiene que reprimir, y encima con balas de plomo, una protesta piquetera?
–Dicen que no son de la policía. Que son armas calibre 22 que no vinieron de la policía. Y es oportuno aclarar que todos están fuera de peligro. Ojo, yo le pedí a los gritos al vicegobernador: “Aflojen con esto. No se puede sostener, hagan un llamado a la reflexión”. Anoche vi a Jorge Sapag dispuesto a esto.
–Hablando de la relación de la policía y el poder político. ¿Hizo las pases con el ministro de Seguridad, Gustavo Beliz?
–Hemos recompuesto. Cada uno reconoció sus errores. Y estamos bien.
–Lo que quedó en claro es que no coinciden en el tema sensible como el de la seguridad. El vinculó la inseguridad al poder político y usted no.
–Teníamos dos visiones. Pero no hablo más de ese tema.
–¿Y de su aspiración a gobernador bonaerense?
–De eso vamos a hablar en el 2006. Es como si me dijeran “cuántos años tenés, ¿14?, bueno a los 17 vas a jugar en la primera de Boca”. ¿Vos qué vas a hacer? Te vas a dedicar a otra cosa y los 17 ir con el bolso a Boca. No. Lo que hacés es entrenarte para llegar a los 17 a la primera de Boca. Yo voy a intentar y me voy a entrenar. Y para eso hay que caminar. Si después Bianchi me pone, mejor.
–¿Quién es Bianchi? ¿Kirchner o Duhalde?
–... bbbueno... ninguno de los dos. No estoy buscando que nadie me ponga. A mí no me detiene nadie. Pero es irrespetuoso seguir hablando de esto por la gente. No es el momento.
–¿Se puede ser gobernador bonaerense sin el apoyo de Duhalde?
–(Piensa un largo rato.) A mí me parece que sí. Duhalde no es un tipo que vaya a retacear su apoyo nunca. El apoyo es intrínseco lo va a dar.
–Ministro, diputado electo, aspirante a gobernador, ¿qué más?
–Bueno, diputado electo no por mucho tiempo. Renuncio la semana que viene. ¡Qué primicia!
–O sea, el 10 de diciembre no se va del ministerio.
–No. Ya hablé con el Presidente. Renuncio a la diputación. Si el 11 de diciembre pasa algo y me tengo que ir del Ministerio –ojalá no pase nunca– me iré. Asumo el costo.
–¿Qué opinión le merece el informe del procurador bonaerense, Eduardo Matías de la Cruz, sobre la existencia de llamadas desde y hacia la Rosada detectadas en la pesquisa por varios secuestros?
–Me parece que es exiguo lo que se dice. Además, es un flaco favor que primero se entere la prensa y que después tengamos que sacar conclusiones.
–¿Hay algún interés detrás de las declaraciones del procurador?
–Yo digo que no me satisface. No está bien. Cuando denunciamos lo del Tango 01 teníamos claro dónde íbamos, lo mismo con el locutorio que se armó dentro del Ministerio del Interior, porque lo vi. Las conclusiones se había sacado a priori porque se podían ver. Aquí no. Y eso genera zozobra en la sociedad.
–¿Y no alimenta los contrapuntos del Gobierno con La Plata?
–Creo que no. No se puede joder con esto.
–Fue Alberto Fernández el que dijo que creía que de la denuncia del procurador tenían conocimiento previo ministros de Felipe Solá.
–No sé. El informe lo presentó el procurador. No voy a competir con Alberto a ver quién dice la palabra más dura. Con él coincidimos.
–El habló de “operación”.
–Yo suscribo lo que dice Alberto. Llámenlo como quieran. Así como se presentó se está ensuciando a las instituciones. Quieren llamarlo “operaciones” llamémoslo “operaciones”. Pero no me haga opinar más porque incurriría en el mismo error que marco. Yo siempre digo: con los caníbales se puede hacer cualquier cosa menos comerlos.
–Para el duhaldismo usted ya es kirchnerista. Y para los kirchneristas es duhaldista.
–Yo soy ministro del Interior y defiendo al Presidente. Y me importa un carajo al que no le guste.
–Es más papista que el Papa.
–Kirchner me entusiasma. Duhalde tenía un poder limitado al ejercicio. No tenía poder de origen. Era un pato rengo. Kirchner tiene poder de ejercicio, de origen y tiene tiempo para llevar a cabo las transformaciones.
–Con qué tema resuelto le gustaría irse del Ministerio del Interior.
–Me gustaría irme con el tema de la pobreza resuelto y que me reconozcan como un cuadro peronista.

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