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Muy en silencio salió el viernes en libertad el hombre-record, el político que más tiempo pasó entre rejas por un caso de corrupción: el ex presidente del Concejo Deliberante porteño, José Manuel Pico. En total estuvo tras las rejas cinco años y tres meses, un tiempo que se evalúa de dos maneras. No faltan quienes sostienen que es inexplicable que Pico, condenado a 14 años de prisión por enriquecimiento ilícito, asociación ilícita, estafas reiteradas y falsificación de documento público, haya pasado sólo un tercio de la pena en prisión efectiva. El abogado de Pico, Luis Sasso, en cambio, considera que la libertad se dio cuando correspondía y que prácticamente pasó en la cárcel el tiempo que pasa, por ejemplo, una persona condenada por matar a otra.
Pico era uno de los mayores referentes del PJ porteño, al punto que no sólo encabezó el Concejo Deliberante sino que al momento de explotar las denuncias en su contra era el número uno de la lista menemista porteña. La historia que lo llevó a la cárcel es la siguiente:
- En 1997 hubo una investigación sobre la constructora San Sebastián, una de las más poderosas de la ciudad de Buenos Aires. Se acusaba a la empresa de haber estafado a unos 500 compradores de departamentos en once edificios. Los denunciantes habían cumplido con los pagos, pero nunca pudieron escriturar los departamentos.
- Uno de los datos más llamativos es que San Sebastián construía violando normas del Código de Planeamiento Urbano. La acusación contra Pico era que conseguía las excepciones para favorecer a San Sebastián.
- Cuando se allanó una escribanía en la que reclutaban inversores para la constructora, se encontraron documentos que demostraban que Pico tenía invertidos más de 2 millones de dólares. El entonces jefe del Concejo Deliberante argumentó que realizaba inversiones inmobiliarias en la escribanía, pero que era la escribanía la que orientó el dinero de Pico hacia San Sebastián. Los jueces no le creyeron.
- Con estos elementos, a Pico lo acusaron por enriquecimiento ilícito, porque no podía justificar el origen de la fortuna. Trascartón, se le imputó asociación ilícita porque se consideró que funcionaba una banda que estafaba a la gente y en la que Pico jugaba el papel de conseguir las excepciones al Código de Planeamiento Urbano. También se acusó al ex concejal de estafas reiteradas.
- A mediados de 1997 estaba claro que el menemismo lo había abandonado y, para redondear, Pico se convirtió en prófugo, huyendo a Brasil en julio de 1997. La aventura duró sólo 40 días, cuando lo detectaron entre caipirinha y caipirinha, aceptó volver y entregarse a la Justicia. Claro que cuando huyó, lo hizo exhibiendo un documento falso que dijo haber comprado por 300 pesos.
Las condenas fueron sucesivas. Primero, por enriquecimiento ilícito, a cinco años y medio de prisión, una pena fuerte para la época. Estuvo preso de agosto de 1997 a enero de 2001 –tres años y medio– cuando le otorgaron la libertad condicional. Estuvo en la calle hasta marzo del 2002, cuando lo volvieron a apresar porque lo condenaron a tres años y medio más por el documento trucho. Finalmente, el Tribunal Oral Nº 19 unificó todas las condenas, agregando estafas reiteradas y asociación ilícita, y totalizando 14 años. Lo curioso es que, ahora, a pedido de su defensor, Luis Sasso, lo dejaron en libertad computándole como si hubiera estado preso desde 1997, o sea que le consideraron que estuvo en la cárcel aun en el año y medio –entre 2001 y 2002– que estuvo en libertad condicional.
El viernes, en silencio, Pico salió del penal de Devoto. No puede volver a la política, en primer lugar porque quedó desprestigiado, pero también porque en la condena fue inhabilitado de por vida para ejercer cargos públicos. También dicen que sufre una fuerte depresión, aunque no sería por remordimiento, ya que ante los jueces se consideró “totalmente inocente”.