EL PAíS › DECLARARON INSPECTORES DE LA DGI CONTRA MARIA JULIA

Un incremento no justificado

Dos ex inspectores de la vieja DGI complicaron a la imputada.Uno recordó las anormalidades que había en sus declaraciones juradas. “Le sobran ceros de un lado y le faltan del otro.”

 Por Irina Hauser

“A usted le sobran ceros de un lado y le faltan del otro.” El ex inspector de la DGI Luis Cabello reprodujo con mímica el momento en el que le informó a María Julia Alsogaray, en 1994, que había “anormalidades” en sus declaraciones juradas. Ante el Tribunal Oral 4 el ex agente fiscal contó que la ingeniera hizo entonces un ajuste y pagó sus deudas impositivas, pero dio detalles que ponen en duda la veracidad de las justificaciones que ella usó para explicar el aumento de su riqueza. Entre ellas, los honorarios de 500 mil dólares que dijo cobrar de Astilleros Alianza. Otros dos ex funcionarios del ente recaudador recordaron operativos por la “omisión de impuestos” y el “incremento patrimonial no justificado”.
Las historias de sobresueldos en el menemismo pasaron ayer a un segundo plano en el juicio por enriquecimiento ilícito contra María Julia. Los reflectores volvieron a posarse sobre ella, cuando declararon tres ex funcionarios de la antigua Dirección General Impositiva (DGI) que tuvieron intervención en inspecciones sobre su situación patrimonial y fiscal allá por el ’94, a raíz de una denuncia que advertía que había comprado el petit hotel, en Junín 1435, por un precio inferior al real.
“Se hizo una inspección porque había surgido un incremento patrimonial no justificado”, declaró Ana María Osella Muñoz, que fue jefa de la sección penal tributaria y le tocó promover acciones contra la ex interventora de ENTel. La testigo, de pelo negro largo y lacio, describió allanamientos al estudio de Mario Furlone, un contador de María Julia, donde se encontraron sellos apócrifos y documentos adulterados. Alsogaray lo denunció luego de aquel episodio: lo acusó de robarse plata que ella le había dado para que pagara impuestos. Un ex gerente de asuntos jurídicos de la DGI, Eduardo Russo, aludió a dos sumarios que instruyó contra Alsogaray por “omisión de impuestos”. Debía dinero, dijo el actual juez de Cámara de la Ciudad, del impuesto a las “ganancias y bienes personales”.
La investigación de la DGI no tenía, en el momento en el que fue realizada, relación directa con la causa por enriquecimiento ilícito radicada en la Justicia federal. El expediente judicial se abrió en 1993, pero fue impulsado cinco años más tarde. Para esa altura, María Julia había intentado remendar su situación fiscal y justificado ante el organismo de recaudación que logró la compra y remodelación de la mansión de Recoleta con honorarios de medio millón de dólares que dice que cobró por asesorar a Astilleros Alianza más un préstamo de 250 mil de su padre. Cuando los fiscales de instrucción Eamon Mullen y José Barbaccia se pusieron a investigar, concluyeron que el acuerdo con el astillero no había existido, era falso, y que Alvaro Alsogaray no disponía de fondos para hacerle tamaño préstamo. Esta es una de las imputaciones centrales con las que la ex secretaria de Recursos Naturales llegó al juicio oral.
El ex inspector Cabello, de 66 años, relató ante el tribunal que cuando hizo las inspecciones a María Julia, ella le dio “declaraciones juradas que no habían sido presentadas (previamente ante el fisco)”. “Yo elevé un informe diciendo que había anormalidades”, se atajó Cabello, con gemelos dorados en los puños y un saco que le tiraba de sisa. En los documentos que le dio la ingeniera, precisó, aparecía de la noche a la mañana el famoso contrato con el astillero del fallecido Arnaldo Martinenghi, un íntimo de Carlos Menem. Cuando avanzó sobre este punto, con descripciones desordenadas y gestos ampulosos, el testigo desgranó datos que ponen en duda la existencia del convenio de Mary July con Alianza:
- El convenio estaba fechado en mayo de 1991 y, sin embargo, ella lo consignó en 1994, ante la inspección impositiva. Lo presentó el contador Carlos Piazza, al que ella contrató después de pelearse con Furlone.
- El documento no tenía el sellado correspondiente, que es lo único que puede dar la fecha cierta de la contratación.
- Cabello dijo que se reunió con el entonces titular de la DGI, Ricardo Cossio, para contarle sobre la pesquisa, algo que calificó como “inusual”. Ambos, dijo el viejo inspector –a quien varios escalafones separaban del jefe máximo–, tuvieron contacto con María Julia para informarle sobre su situación. El, por su parte, contó que la fue a ver a su despacho de Recursos Naturales para informarle: “A usted le sobran ceros de un lado y la faltan del otro”. “Ella se mostró sorprendida, me mostró un cuaderno donde tenía asentado el dinero que tenía destinado al pago de impuestos, pero yo le aclaré que no tenía lo mismo en mis papeles”, repasó Cabello.
- También advirtió que las tasaciones que pidió daban al petit hotel un valor de 400 mil dólares, mientras que la escritura rondaba 250 mil, a lo que Alsogaray agregó refacciones por unos 600 mil. A pesar de la diferencia, reconoció, no se le cobró ningún ajuste. El fundamento fue curioso: “Se me cayó el ajuste –dijo– cuando vi en la revista Noticias que 250 mil fue lo que había pagado ella”.

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María Julia vio desfilar ayer a dos ex inspectores de la antigua DGI. La investigaron en 1994.
 
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