EL PAíS › POR QUE DUHALDE ESTARA EN DOS ACTOS DE HOMENAJE

Una decisión bien salomónica

El Presidente pensaba ir sólo al acto de los veteranos.
Pero Brinzoni lo convenció de hacer un gesto a la conducción militar.

 Por Diego Schurman

La presencia de Eduardo Duhalde en los dos principales actos recordatorios de Malvinas no es sólo un dato de agenda. El Presidente tenía pensado concentrar hoy su actividad en Ushuauaia, a donde viajaron cientos de veteranos de guerra. Pero para evitar abrir un frente de conflicto con las Fuerzas Armadas postergó para la tarde –la única forma de garantizar su presencia– otra ceremonia que los militares realizarán en la Capital Federal.
La competencia por la sede del acto se venía profundizando en las últimas semanas. Las Fuerzas Armadas querían una ceremonia “importante”, pero en Buenos Aires, sobre todo por razones presupuestarias, según reconoció a Página/12 una alta fuente del Ejército. En cambio, una de las principales organizaciones de veteranos de guerra ya tenía decidido realizar una caravana a Ushuauaia.
“Hace seis años que estamos organizando esto y para recordar los 20 años de nuestra llegada a Malvinas hemos elegido la capital de la provincia a la que pertenecen las islas”, admitió ayer Rubén Rada, de la Federación de Veteranos de Guerra de la República Argentina.
Entre medio del tire y afloje, el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, se hizo presente en la Casa Rosada para evitar que los chispazos se transformaran en incendio.
El funcionario hizo de puente para hacer llegar la queja del titular del Ejército, Ricardo Brinzoni. Un secretario de Estado, muy cercano a Duhalde, reprodujo la argumentación del militar ante este diario:
-“Pidió que evaluemos que, a pesar de los problemas presupuestarios, las Fuerzas Armadas le están poniendo el hombro al Gobierno”.
-“Dijo que, incluso, muchos parientes de militares están asediados con la crisis al punto que muchos de ellos deben asistir a comedores comunitarios”.
-“Y que ante ese panorama, y pese a la resistencia a la oficialidad que demuestran algunos veteranos de guerra, sería bien recibido un gesto, aunque sea simbólico, de reconocimiento hacia la conducción de las Fuerzas Armadas”.
Aquello de la “resistencia a la oficialidad” será hoy un dato evidente. No sólo por la independencia de los veteranos a la hora de organizar su acto en Ushuauaia sino también por el gesto de un grupo de ex combatientes -los mismos que escracharon ayer al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri (ver página 2)–, quienes, junto a integrantes de la Corriente Clasista y Combativa, planean realizar un desplante a las Fuerzas Armadas cuando esta mañana la conducción deposite una ofrenda floral en el cenotafio Malvinas, de la Plaza San Martín.
Duhalde mantiene un compromiso con los veteranos y ex combatientes, pero también posee muchas razones para no entrar en colisión con los jefes militares, a quienes hace apenas algunos meses miraba con recelo ya que los imaginaba responsables de movimientos desestabilizadores.
El acto original preparado por las Fuerzas Armadas en el Regimiento de Infantería 1 Patricios tenía un horario por demás complicado: las 11 de la mañana, apenas media hora después del desfile cívico-militar que ya estaba programado en la capital de Tierra del Fuego.
A la hora de optar entre uno u otro, el Presidente prefirió apelar a una salida salomónica. Encomendó a Jaunarena convencer a los militares para “pasar” su homenaje para la tarde, de tal manera de facilitar su participación en los dos actos. Después de varios dimes y diretes, logró la postergación tan deseada: la ceremonia del regimiento de Palermo, donde participará Jaunarena y los jefes del Ejército, la Armada y la Aeronáutica, quedó para las 17 horas. Y Duhalde, así, cumplirá con todos.

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Ricardo Brinzoni le recordó al Presidente que lo apoya.
Y le pidió un reconocimiento, así fuera simbólico.
 
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