EL PAíS › UNA CELDA DEL BATALLON BUENOS AIRES DE GENDARMERIA

El recluso ex superministro

En el batallón Buenos Aires de Gendarmería, Domingo Cavallo compartirá su detención con el ex secretario de Seguridad Enrique Mathov y el ex juez Hernán Bernasconi.

 Por Raúl Kollmann

“Un chiche. El hombre se portó muy bien y de entrada dijo que iba a acogerse a las normas de la detención en la Gendarmería. Por supuesto que vino bastante deprimido. Hay que darse cuenta de que pensaba que mañana iba a viajar a Washington y terminó en una celda. Desde ya le digo que no tiene ningún privilegio. La única ventaja que tiene en este lugar es que no corre los riesgos que seguro, seguro, correría en una cárcel. Usted ya se imagina a qué me refiero”. De esta manera, un oficial de la Gendarmería, a cargo de la custodia de Domingo Cavallo, sintetizó las primeras horas que el ex ministro pasó en el Batallón Buenos Aires de esa fuerza.
La realidad es que Cavallo está, por ahora, aislado en la unidad de Gendarmería. Se rehabilitó un sector vecino al que ocupan los demás detenidos, es decir el ex secretario de Seguridad Enrique Mathov, el ex juez Hernán Bernasconi, el asesino del general chileno, Carlos Prats, tres policías apresados por la causa AMIA y un oficial detenido por la represión del 20 de diciembre. A todos ellos, Cavallo los puede encontrar en el comedor o en el patio interior en el que puede tomar sol, pero eso podría ocurrir recién hoy. Ayer, permaneció aislado de sus otros compañeros de desgracia.
No es cierto que Cavallo disponga de una celda de nueve metros por tres ni que haya chateado supuestamente a través de un abono que existe allí de Internet. Lo concreto es que su celda tiene 3 metros por 3,50, incluye una cama, una mesita de luz en la que apenas entra un velador y un ropero. Por ahora no tiene televisor ni Internet y sí puede usar el teléfono público que funciona con monedas. De todas maneras, los jueces suelen autorizar que los internos tengan un celular, aunque como se recordará Emir Yoma se pasó de revoluciones y tenía varios que, posteriormente, el juez Jorge Urso prohibió.
Cavallo, como la mayoría de los detenidos, tuvo que conformarse con los platos preparados por la Gendarmería, tiene el baño sólo para él porque justamente está en el sector aislado y está obligado a limpiar la celda. El horario de visitas es estricto, pero al mismo tiempo tiene en ese sector la facilidad para recibir gente casi en privado, al estar a cierta distancia de los otros presos.
“El primer día siempre es muy complicado, sobre todo cuando cae el sol. Ahí se termina la vorágine y es como que el detenido se queda sólo consigo mismo –explicó el oficial de la Gendarmería–. En general las depresiones son muy fuertes, pero Cavallo reaccionó bastante bien. Hay que considerar que su situación de aislamiento también debe haber pesado un poco. Ya después de 24 horas las cosas se tranquilizan un poco, seguro que va a entrar en contacto con los demás detenidos, se organizan más las visitas y todo se normaliza. Ayer estaba cabizbajo y meditabundo hasta las primeras horas de la tarde y después se fue recomponiendo. Lo más duro, desde el punto de vista anímico, fue el anochecer”.
En el Escuadrón Buenos Aires fueron alojados buena parte de los presos más conocidos del país y de todos ellos sólo uno fue prácticamente echado, el ex juez Francisco Trovato, quien reclamaba mejores condiciones y hasta se dice que se peleó con los demás detenidos. La Gendarmería terminó pidiéndole a la justicia que sacara a Trovato de allí y el ex juez terminó en el penal de Devoto, aunque después reclamó que lo volvieran a llevar al Escuadrón. La ventaja fundamental que tiene estar detenido allí es que no existe el hacinamiento ni la mezcla con delincuentes comunes que, obviamente, terminan convirtiendo en sirvientas a los más débiles, los que no están acostumbrados a pelear. El sórdido mundo de las bandas, el tráfico de drogas y hasta la violencia contra los familiares sólo está ausente en los lugares de detención como el Escuadrón Buenos Aires, dosunidades del Ejército y la Gendarmería en Campo de Mayo y el sector VIP de Devoto.

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La celda de Domingo Cavallo tiene 3 por 3,50 metros y por ahora no tiene televisión ni Internet.
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