EL PAíS › EL SENADO DIO MEDIA SANCION AL ENVIO DE TROPAS A HAITI

Con la mitad de las valijas listas

El Gobierno consiguió el objetivo de una rápida aprobación del Senado al envío de tropas por 40 votos contra 19. El bloque oficialista insistió en el interés de participar en misiones de paz. La oposición destacó las contradicciones de la resolución de la ONU.

Por Eduardo Tagliaferro y Felipe Yapur

Las tropas argentinas pueden comenzar a preparar las valijas. Luego de cinco horas de debate, el oficialismo consiguió el respaldo para la participación de un contingente argentino en una misión de paz en Haití. Aunque la sesión se prolongó durante cinco horas de debate, el bloque gubernamental no transpiró más de la cuenta. El oficialismo repitió los argumentos que el canciller Rafael Bielsa y el ministro de Defensa, José Pampuro, habían entregado en las comisiones parlamentarias. La oposición destacó las contradicciones que tiene la resolución de las Naciones Unidas, pero la decisión estaba tomada y los números desde hace tiempo le sonríen a los legisladores del Gobierno. Cuarenta senadores votaron por participar de la misión y diecinueve en contra. Por las dudas sería bueno que los militares convocados no cierren su bolso, ya que todavía falta el tratamiento en Diputados.
Como en las ocasiones en las que se contempla un largo debate, los bloques consensuaron el comienzo de la sesión a una hora temprana. Comenzó exponiendo el misionero Ramón Puerta, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, convencido del triunfo. Tan seguro estaba el oficialismo que no les preocupó que a la hora de votar algunos de los legisladores que habían dado su conformidad para habilitar el debate sobre tablas no estuvieran presentes. Tal el caso del catamarqueño Oscar Castillo y la porteña Vilma Ibarra. Tampoco estuvo al momento del voto el justicialista salteño Marcelo López Arias.
“No nos interesa ser parte de misiones de ocupación militar. Nos interesa ser parte de misiones de paz”, dijo luego la mendocina María Cristina Perceval, titular de la Comisión de Defensa. Perceval avaló la iniciativa oficial, repitió los argumentos de Bielsa y admitió las críticas de un informe de Amnistía Internacional. El informe en cuestión reconoce la existencia de ciudadanos en peligro, habla de impunidad en Haití y se muestra preocupado por la cantidad de bandas parapoliciales armadas. Por ello recomienda una política de desarme en la isla. En su discurso, Perceval reivindicó la necesidad de participar de una misión dominada por el multilateralismo
El principal cuestionamiento de la oposición se basa en que la resolución de la ONU hace referencia a la necesidad de que la misión de paz interactúe con el gobierno haitiano y lo asista. En buen romance, esto significa darle sustentabilidad a un gobierno que muchos consideran ilegítimo y pronorteamericano.
Anteayer, el canciller Bielsa se preocupó en definir al actual gobierno de Haití como de “transición”. Ayer, el senador porteño Rodolfo Terragno lo calificó como un “gobierno de facto, gobierno ilegítimo”. También cuestionó la resolución de la ONU, que recomienda asistir al gobierno haitiano, ya que a juicio del Consejo de Seguridad del organismo la actual administración de la nación caribeña ha iniciado un proceso de diálogo para desarmar a los grupos paramilitares y convocar a elecciones libres.
“El actual régimen fue impuesto por milicias cuyos líderes, acusados de crímenes de lesa humanidad, gozan hoy de protección”, señaló Terragno. También puso el acento en el rol que en ese proceso jugó Guy Philipe y sus escuadrones de la muerte. En este punto, Terragno recurrió al informe de Amnistía que señaló “el contraste entre la avidez del gobierno haitiano por apresar a los ex funcionarios de Aristide y su indiferencia por el prontuario de ciertos líderes rebeldes no podría ser más fuerte”.
El informe de Terragno puntualizó argumentos para apoyar el envío de tropas y también otros para rechazarlo. Finalmente terminó votando en contra, pero porque el Gobierno no aceptó ponerle a la misión un término de seis meses sólo renovable por el Congreso. Algo que públicamente Bielsa le reconoció a Terragno como conveniente, pero que luego en privado le recomendó a los senadores del oficialismo no tener en cuenta. “Es ciertoque la realpolitik diluye el progresismo, pero eso no nos obliga a ser socios de la ultraderecha haitiana, o ser vicarios de los Estados Unidos”, dijo Terragno antes de comenzar a desmenuzar la situación en Haití.
El radical jujeño Gerardo Morales reconoció el progresismo del Gobierno, pero igualmente aprovechó para criticar lo que calificó como “doble discurso con el tema Haití”. Luego de sostener que al enviar efectivos militares “se le hará el juego a los Estados Unidos”, volvió a la carga contra la Rosada: “Los Fernández de este gobierno debieran llamarse Adolfo y Benito, por ser tan intolerantes como Hitler y Mussolini”, concluyó.
Hubo tiempo para que el riojano Eduardo Menem reivindicara la importancia de participar en la misión para, al igual que Brasil, reclamar una banca permanente en Naciones Unidas y para que el misionero Mario Losada, titular del bloque de la UCR, le respondiera que no le interesaba una banca en el Consejo de Seguridad si era “por ser obediente a los Estados Unidos”. Todos hablaron de Haití. La mayoría lo definió como un pobre país devastado por la pobreza y con una recurrente historia de golpes de estado. En total, treinta y dos. Alguno se acordó de los Tonton Macoutes y a la hora de votar todas las palabras sonaron a gastadas.

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El bloque oficialista nunca dudó de que contaba con los votos suficientes para la aprobación.
 
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