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Un acto nacionalista con el fin de no abandonar la ESMA

La Escuela Fluvial organizó un acto para reclamar permanecer en la ESMA o ir al predio donde funcionaba el establecimiento antes de 1998. El Gobierno está buscando una solución.

 Por Victoria Ginzberg

“Convivencia y estudio”, “convivencia y estudio”, repetía como un mantra el grupo que avanzaba por la avenida Comodoro Rivadavia detrás de una gastada bandera argentina. Eran alumnos y padres de la Escuela Nacional Fluvial –que está dentro del predio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)– que ayer realizaron un acto para pedir que no trasladen el establecimiento. Según el convenio que firmaron el gobierno nacional y el de la ciudad de Buenos Aires, la escuela, que depende de la Marina, será instalada en otro predio ya que el actual, donde funcionó el más emblemático centro clandestino de detención, se destinará a un espacio para la Memoria.
“La Comisión de Padres solicita la intervención de la Iglesia Católica Apostólica Romana, a su eminencia cardenal Jorge Bergoglio, respondiendo a través de su vicario, monseñor Eduardo García, la aceptación de una posible mediación, en el conflicto planteado”, dijo textualmente Angel Bonven, de la comisión de padres. Antes del discurso se había cumplido con una serie de ritos: un minuto de silencio “en señal de luto”, la “entonación” del Himno Nacional y, a su término, un “viva la patria carajo” en voz de uno de los padres. El acto se hizo en la puerta del establecimiento, en Comodoro Rivadavia y Lugones. “Armada Argentina. Escuela Nacional Fluvial”, anuncia la fachada bajo un escudo argentino.
Los padres dicen que no rechazan la instalación de un Museo de la Memoria, pero reclaman “asegurar a perpetuidad la escuela en el predio existente” y piden que, si eso no puede ser, la devuelva al lugar donde funcionaba hasta 1998, en la calle ex Benito Correa. En ese año, el gobierno de Carlos Menem decidió mudar el establecimiento ante el reclamo de la ciudad de Buenos Aires, que sostenía que, como la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) se había trasladado a Puerto Belgrano, el terreno debía volver a la administración porteña. Es que el lugar había sido cedido a la Nación con el objetivo de que allí se instalaran escuelas.
A pesar de que los padres se quejan de que su reclamo no es atendido por las autoridades, tanto el gobierno nacional como el porteño están en busca de una solución. En un principio, se pensó mudar la escuela a un predio de Retiro, junto con la Escuela Naval Marítima, medida que rechazan los de la fluvial. Actualmente se está piensa en la posibilidad de llevarla a la calle ex Benito Correa, como se pidió en el acto. Ese terreno se encuentra actualmente cedido por la Armada a Prefectura.
La Legislatura porteña aún tiene pendiente la ratificación del convenio que firmaron el presidente Néstor Kirchner y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, el 24 de marzo pasado. Parte del bloque macrista logró dilatar la discusión sobre la creación de un espacio para la memoria en la ESMA. Pero tanto el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, como la subsecretaria de Derechos Humanos de la Ciudad, Gabriela Alegre, transmitieron a los diputados que la construcción de ese museo es una decisión que no tiene vuelta atrás.

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La Escuela Nacional Fluvial está en la ESMA desde 1998.
 
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