EL PAíS › LA DIPUTADA NORMA GODOY ESCAPA ANTES DE QUE LA ECHEN

Renuncia con “rumbosidades”

Acusada por “desórdenes de conducta” y ante la segura expulsión de la Cámara baja, la diputada peronista Norma Godoy presentó ayer su renuncia. Con una prosa imperdible Godoy cuestionó a sus pares.

 Por Felipe Yapur

“Me voy del cargo tranquila con mi conciencia, rodeada de amigos que me cuidan sin rumbosidades (sic)”, reza uno de los párrafos de la escueta renuncia a su banca que presentó anoche la diputada Norma Godoy. La legisladora duhaldista buscó así evitar la expulsión de la Cámara por “desórdenes de conducta”, tal como la Comisión de Asuntos Constitucionales lo había recomendado. La nota de dimisión, donde no se deja expresa constancia del carácter de indeclinable, ya comenzó a generar debate entre los bloques. La oposición, por caso, sostiene que es preciso continuar con el proceso de destitución y aplicar la sanción correspondiente. Anoche, en el bloque del PJ crecía la idea de simplemente aceptar la renuncia.
Desde Salta, el titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, el justicialista Juan Manuel Urtubey, dijo a este diario que “quedó claro que ella renuncia porque no quiere que la echen, no lo hace por convicción sino se defendería. Pero en el fondo ya se consiguió lo que se buscaba que se vaya de la banca por desórdenes de conducta. No hay espacio para discutir”. La frase del salteño da cuenta de la posición que tomará el oficialismo. Una idea similar surgió anoche desde la presidencia de la Cámara baja.
Ahora sólo resta esperar la posición que adoptará la oposición. Los radicales y el ARI eran los más resueltos a concretar la determinación surgida de la comisión que trató el caso Godoy. Las primeras señales indican que continuarán con esa posición.
La unánime decisión de expulsarla de la Cámara a Godoy surgió la semana pasada luego de evaluar las denuncias por presuntos manejos irregulares de Adelantos del Tesoro de la Nación (ATN), por las declaraciones realizadas ante los periodistas del programa televisivo “Punto.Doc” –donde propuso usar una “Itaka” contra ellos– y por su vinculación a una causa judicial donde se investigaba el presunto robo de bebés.
Godoy no acepta los cargos, pero prefiere no defenderse. En cambio opta por considerar que “tanta liviandad en los más altos representantes del pueblo, tanto deseo de figuración mediática a mi costa, impide que siga sometiéndome al escarnio de una opinión pública soliviantada por la repetición de acusaciones sin pruebas”. Asegura además que “aquellos que me acusan carecen en este momento de similar calma y que sus conciencias se alborotan ante la falta que están cometiendo”.
Hacia el final de la nota, la por ahora renunciante legisladora buscó profundizar la condición de perseguida que vino blandiendo desde que comenzó a definirse su futuro en la Cámara: “En definitiva todo esto me sirve de experiencia en la superación espiritual que es el único camino que aspiro”. Y como corolario, no encontró nada mejor que una frase del general José de San Martín para dar cuenta del proceso que está viviendo: “Mi corazón se va encalleciendo a los tiros de la maledicencia”, dijo. Sin palabras.

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La Cámara tendrá que decidir si acepta la renuncia de la diputada Norma Godoy.
 
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