EL PAíS › LA AGENDA DEL SENADO PARA EL JUICIO POLITICO

Derrotero a la suspensión

Entre el 22 y el 29 de septiembre el Senado podría suspender al juez de la Corte Suprema, Adolfo Vázquez. Mañana, luego de que se cumpla con el requisito formal de dar lectura a la acusación formulada por la Cámara baja y de la ampliación oral que realizarán los diputados Ricardo Falú, Nilda Garré y Hernán Damiani, comenzarán a correr los plazos procesales. A partir de esto, el cortesano tendrá 15 días hábiles para presentar su descargo y probablemente ese mismo día los senadores votarían su suspensión provisoria.
Si bien los principales fundamentos figuran en los cargos que se leerán antes de la exposición de los integrantes de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja, los diputados se explayarán sobre algunos de ellos. Principalmente el caso Meller, el mismo que le costó la destitución a Eduardo Moliné O’Connor. El fallo de Vázquez fue diferente del firmado por Moliné, pero para los legisladores conllevó un fuerte daño al patrimonio del Estado.
Es lógico que la exposición de Falú ponga el acento en este caso. A la luz de las últimas acusaciones realizadas por Vázquez a otros miembros del alto tribunal y luego de bochornoso episodio que protagonizó en Uruguay, donde habría reclamado asilo político al presidente Jorge Batlle, cosa que luego relativizó, es muy probable que Falú solicite a los senadores la suspensión provisoria del magistrado. “Este personaje ha tenido una conducta disvaliosa para el tribunal que todavía integra”, puntualizó a este diario un destacado legislador al fundamentar la importancia de aprobar la suspensión.
Cuando Vázquez apareció en Montevideo, muchos medios de comunicación especularon sobre la forma en la que continuaba el juicio político. Algunos señalaron que existe la posibilidad de que el juez fuera declarado en rebeldía. Lo cierto es que para la continuidad del proceso no es imprescindible su presencia. El acusado puede o no hacer uso del derecho de exponer personalmente. Si desiste de ello, la tarea queda a cargo de su defensa, en este caso realizada por el abogado Virgilio Loiácono. Si éste no lo hiciera, entonces sí, el acusado puede ser considerado en rebeldía. Lo cierto es que el proceso en ningún momento se detiene.
Luego de formulada la acusación y el descargo, el Senado, convertido en tribunal, dará apertura al período de prueba. Aquí tendrá su peso la sentencia emitida por el cuerpo contra Moliné. Tratándose de un caso similar, el fallo de la Cámara alta tendrá un importante precedente. También podrían recibirse testigos presenciales. Algo que sería acotado en el tiempo. Ya que muchos de esos testigos desfilaron por la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner, en ocasión del proceso a Moliné. El vicepresidente de la Asociación de Tenis y cuñado de Hugo Anzorreguy hizo de las chicanas procesales el leit motiv de su defensa. Algo que difícilmente Vázquez pueda repetir con los mismos argumentos jurídicos. Por lo pronto, son varios los parlamentarios que especulan que la defensa de Vázquez tendrá un claro perfil político. De hecho se trata del cuarto de los cinco jueces de la denominada mayoría automática del menemismo que podría terminar fuera del más alto tribunal de Justicia del país.

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