EL PAíS › FIGUEROA Y ZAMORA DISPUTAN HOY LA ELECCION DEL POSJUARISMO

En Santiago, un voto cabeza a cabeza

Diez listas buscan ubicar el primer gobernador electo tras la caída de Juárez. El candidato del PJ, apoyado por la Rosada y la intervención, y el candidato radical están parejos en las encuestas.

 Por Luis Bruschtein

Por primera vez en varias décadas los santiagueños acudirán hoy a las urnas para elegir gobernador sin la omnipresencia del caudillo Carlos Juárez en las listas de candidatos. Pero sólo después de los resultados podrá saberse cuánto queda de su longevo reinado, ya que los dos principales aspirantes, muy parejos en las últimas encuestas, se acusan mutuamente de arrastrar vicios y sociedades de aquella época. A José “Pepe” Figueroa, candidato del Partido Justicialista, apoyado por la intervención provincial y el gobierno nacional, se lo acusa de mantener el aparato político que armó Juárez. Y a Gerardo Zamora, radical y candidato del Frente Cívico por Santiago, se lo vincula al empresario Néstor Carlos Ick, el principal factor de poder económico que sostuvo al viejo caudillo hoy encerrado en su casa con prisión domiciliaria sin que nadie se atreva a reivindicar su memoria.
Además de esas listas, se presentan otras ocho agrupaciones, de las cuales seis son de izquierda o plantean políticas de centroizquierda: Alianza Izquierda Unida-Movimiento Teresa Vive, Frente Reformador para el Cambio (PI-DC); Memoria y Participación, Partido Obrero, Partido Socialista Popular y el Movimiento Viable, del intendente de La Banda, Héctor “Chabay” Ruiz. Según todas las encuestas, el Movimiento Viable ocuparía el tercer lugar y Memoria y Participación, el cuarto. Las otras dos listas son Partido Progreso Social, y Unión para el Futuro.
Los mismos santiagueños afirman que son capaces de sacarles várices a las patas de la cama a la hora de la siesta. Y la veda electoral que comenzó el viernes a las ocho ha sido como una siesta tórrida luego de la vorágine de la campaña, durante la cual pasaron por la provincia desde gobernadores como José Manuel de la Sota y Jose Luis Gioja, el vicepresidente Daniel Scioli, ministros, secretarios de Estado y hasta un intendente español. Los primeros dieron su apoyo al candidato justicialista, en tanto que el intendente de Pinto, Antonio Fernández González, que prometió invertir un millón de euros, lo hizo a favor de Zamora. Para los santiagueños resulta una novedad tanta visita de otros pagos después de muchos años de aislamiento, resignados a ver siempre la misma cara en o detrás del sillón de la gobernación.
De hecho, la oleada de visitantes pretendía insuflar la candidatura de Pepe Figueroa que empezó muy abajo de Zamora en las encuestas. Desde el oficialismo reflexionan ahora que las visitas podrían incluso haber irritado al elector santiagueño y que el PJ local bastaba para levantar los índices del candidato una vez que se proyectara la imagen de un justicialismo unido tras la catástrofe de Juárez. Lo cierto es que el PJ, al revés que la izquierda, es capaz de lograr la unidad a cualquier costo. (Para la izquierda, como se sabe, se trata de la división a cualquier costo.) Son los dos extremos de una amplia gama de posibilidades. De esta manera son pocos los que han quedado fuera del arreglo que tejió Figueroa y el PJ se presenta con su poderoso aparato indemne pese a la desastrosa caída de su eterno caudillo.
Si el interventor Pablo Lanusse y su equipo tuvieron en otro momento la intención de construir una alternativa con independientes, sectores del PJ y la gente de Memoria y Participación –una agrupación que surgió tras el santiagueñazo originada entre sectores progresistas de la Iglesia–, la conformación de un poderoso polo alrededor del intendente de la capital santiagueña, Zamora, apoyada por Ick, sumada a la escasa proyección electoral de estos grupos, determinó que fuera el diputado Figueroa, ex menemista pero opositor a Juárez, el elegido para reagrupar a las filas dispersas del PJ.
En la intervención estiman que está cerrada cualquier posibilidad de continuidad juarista y que lo que venga tendrá sus propias características. Figueroa se comprometió a reformar la Constitución juarista y desde la oposición afirman que también habría compromisos paragarantizar la continuidad de proyectos iniciados por la intervención en algunas áreas.
De todos modos, resulta evidente que el discurso de Zamora, al hacer eje en cuestiones como la transparencia política, la lucha contra la corrupción y la calidad de las instituciones democráticas aparece más en consonancia con estos temas clave para la intervención y que han sonado mucho en la provincia tras la caída de Juárez y su esposa Mercedes “Nina” Aragonés.
Desde Memoria y Participación cuestionan esta polarización: “Queremos que el escenario que construyamos los santiagueños –afirmó el candidato a vicegobernador, Gustavo Fornés– sea sin concentración económica, sin corrupción y con más democracia política y social”. La última afirmación estaría encarnada por ellos y las dos primeras aluden a Zamora y Figueroa, respectivamente.
En el último tramo, dos encuestas públicas le daban dos puntos arriba a Figueroa y otras dos encuestas le daban esos dos puntos a Zamora. El viernes se conoció el resultado de una encuestadora salteña que le da esa misma ventaja al candidato justicialista. En privado, los dos candidatos aseguran que tienen encuestas de último momento que les otorgan 15 puntos por arriba de su competidor. En ese empate, los observadores que tienen más en cuenta la historia electoral de la provincia apuestan por la eficacia del aparato justicialista y dan por descontado su triunfo. Otros, más cautelosos, valoran el poderío del aparato, pero sostienen que la campaña de Figueroa fue de menos a más y no llegó a instalarse con fuerza en la capital, que es el fuerte de su competidor. Sostienen, en cambio, que la campaña de Zamora fue más clara y se proyectó con más fuerza hacia el interior de la provincia, donde tiene muy poco peso.
La historia demuestra que el radicalismo gana con poca diferencia en la capital; el Movimiento Viable, de Chabay (también de origen radical) en La Banda y que el PJ gana con mucha diferencia en el interior.
La escasa ventaja potencial de uno u otro candidato, que incluso se encuentra dentro del margen de error de + - 3 de todas las encuestas, promete que el escrutinio será muy peleado y que solamente un triunfo claro de Figueroa evitaría una cadena de denuncias por fraude. Por lo pronto, Zamora ya sugirió esta situación, lo que motivó la reacción indignada del ministro de Gobierno de la intervención, Roberto Azaretto. Y también hizo lo mismo Héctor “Chabay” Ruiz, sobre la existencia de DNI sin fotos. Si bien no serán estos DNI, si es que existen, los que determinarán la suerte de la elección, estas denuncias indican que los candidatos no están seguros de su triunfo y que discutirán voto a voto.
El peso de la figura de Néstor Kirchner en la elección resulta importante ya que en esta provincia tiene el 80 por ciento de aceptación y la mayoría de los candidatos lo tratan con mucha consideración en sus discursos, e incluso tratan de referenciarse con su figura a nivel nacional, aún cuando es claro que el elegido de la Rosada es Figueroa. De hecho, el mismo Pepe se encargó de mostrarlo en todos sus afiches de campaña. Sin embargo, desde la intervención tratan de atenuar este perfil para evitar que la contienda se transforme también en un plebiscito nacional que esmerile la figura presidencial, con lo cual se puede colegir que tampoco están seguros del triunfo. Y esa también sería una buena señal y que no den el triunfo por descontado.

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José Figueroa, peronista, y Gerardo Zamora, radical, en un anticipo santiagueño de octubre.
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