EL PAíS › KIRCHNER, EN ROSARIO, FUSTIGO AL FMI Y SE DIO
UN RATO PARA LA CAMPAÑA

Entre el Fondo, Obeid y los socialistas

En el acto del Día de la Bandera, el Presidente dijo que el FMI lo ataca “porque defiendo los intereses de la patria y no hago de cortesano de los que nos han hundido”. Luego saludó ostensiblemente al candidato del PS, Hermes Binner, y llevó inversiones para la intendencia de Rosario, que conduce otro socialista, Miguel Lifschitz. Reunión por los derechos humanos.

Por Alicia Simeoni
Desde Rosario

El presidente Néstor Kir- chner presidió ayer, junto al gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid y al intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, el acto por el Día de la Bandera y anunció obras para la zona por cerca de 1700 millones de pesos. El Presidente pidió además el apoyo, delante de más de 30.000 personas reunidas en el Monumento a la Bandera, ante el ataque del FMI “porque defiendo los intereses de la patria y no hago de cortesano de los que nos han hundido permanentemente”. Momentos antes, Kirchner había pedido que el ex intendente rosarino y candidato a diputado nacional por el Frente Progresista, Hermes Binner, lo esperara antes del inicio del acto por el 20 de Junio para poder saludarlo, una escena que luego se repitió en la Bolsa de Comercio de Rosario, donde se festejaban los 40 años de Canal 3.
La ciudad tuvo ayer su fiesta en homenaje a la Bandera, un encuentro que adquirió estructura y convocatoria propia. Por eso desde un poco más de las diez de la mañana la bandera que se cose con los paños que llegan desde distintos puntos del país, y que ya mide 10.000 metros, empezó a desplegarse en un abrazo al Monumento. Ese y luego el desfile son ya parte de la identidad de la ciudad.
El Presidente llegó al helipuerto de la Prefectura Zona Rosario desde el aeropuerto de Fisherton y de allí fue hacia el Monumento a los Caídos en Malvinas que tiene el nombre de los 649 soldados muertos en combate. Desde allí, con su esposa Cristina Fernández y la mayor parte del gabinete nacional –el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, el canciller Rafael Bielsa, el titular de Defensa, José Pampuro, y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde– caminó rápido en medio de muchos hombres de seguridad y también muchos flashes y micrófonos. Llegó hasta la parte posterior del escenario levantado de espaldas al río y frente al Monumento. Unos pocos metros después y en medio del remolino propio del estilo K lo esperaba Hermes Binner, convocado a pedido del propio Presidente para ser saludado. Hubo sonrisas, palmadas y abrazos, mientras un rato antes Obeid justamente había cuestionado el papel del ex intendente rosarino (ver aparte). Esa convocatoria y las fotos disparadas no pasaron inadvertidas y hasta marcaron el tono de los discursos y el protocolo. Todo correcto y cordial, extremadamente medido y casi frío.
El escenario se planteó en la primera línea con Kirchner, CFK, el vicepresidente Daniel Scioli, Obeid, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa y el intendente Lifschitz. Desde el Himno Nacional, el oficio religioso a cargo del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Eduardo Mirás y los discursos no ocuparon más de 35 minutos durante los cuales el público se mantuvo a casi una cuadra de distancia. Después se abrieron los corralitos y Kirchner renovó su mística con la gente.
El intendente Lifschitz le habló al “querido señor Presidente” en nombre de las expectativas y esperanzas de los rosarinos y de los santafesinos “que trabajan y luchan todos los días, que no han bajado los brazos ni se resignaron, aun en los peores momentos de la crisis social, económica e institucional que nos tocó atravesar”, en referencia a los días de diciembre de 2001. Lifschitz expresó el reconocimiento “al apoyo recibido del gobierno” nacional para las obras que desde Presidencia se anunciaron por unos 1700 millones de pesos.
Obeid reivindicó al Paraná como motor de desarrollo futuro porque por sus aguas salieron durante 2004 “7000 millones de dólares en exportación e ingresaron 1200 millones en inversiones que permitieron crear 120 mil puestos de trabajo”. Después le dedicó un párrafo de su intervención para hablarle de la fidelidad de su gobierno. “Estamos y estaremos a su lado, sin doble discurso ni especulaciones, porque usted representa a nuestras utopías juveniles y a los anhelos de un país digno de ser vivido”. Minutos después le pidió que el 20 de Junio sea feriado nacional inamovible. En ese único momento Kirchner lo respaldó con su aplauso.
El discurso del Presidente no hizo un llamado electoral. Para eso iba a desplegar luego más de dos horas destinadas a firmar todo lo que le alcanzaban, levantar niños y repartir besos. Llamó a vencer el pesimismo de “que los argentinos hacemos todo mal” y a recuperar el optimismo. “Así como superamos la situación de default de nuestra deuda externa tenemos que salir del default del pesimismo permanente...”, dijo. Kirchner solicitó ayuda para lograr que retrocedan “los intereses que tratan que la Argentina no se pueda realizar”. Enseguida explicó y pidió que se observara cómo el FMI se dedica a atacarlo en forma personal “sólo porque defiendo los intereses de la patria y no hago de cortesano de los intereses que nos han hundido permanentemente. Pido ayuda y me tomo de vuestras manos para hacer una Argentina con y para todos, construyendo con los valores del campo del pueblo, de la justicia, contra la impunidad, venciendo la corrupción y creando una Argentina que merezca ser vivida”.
Minutos después, cuando Kir-chner ya se había lanzado a la tarea de estampar su firma en banderas, papeles diversos y una camiseta de Newell’s Old Boys que le alcanzaron, habló desde el palco para decir que “estoy más allá” y que no se “metía” en cuanto a la conformación de la lista de candidatos por el Partido Justicialista. También que su relación con Binner es “excelente, porque trabajamos juntos desde el primer día en los momentos más difíciles”.
“Hoy es el Día de la Bandera y son los colores celeste y blanco los que nos pueden cobijar a todos en una propuesta de trabajo, de salud, de educación y de vivienda... Creo que hay que pensar en una Argentina con más democracia donde respetemos a las minorías y donde fundamentalmente pasemos del qué al cómo... Si la educación es un derecho cómo hacemos para lograrlo”, dijo ayer a la mañana el ex intendente de Rosario Hermes Binner cuando se le preguntó por los dichos que minutos antes había tenido Obeid.
–¿Obeid lo señala como la cabeza opositora de Kirchner en Santa Fe? –le preguntó Rosario/12.
–Esa oposición en Santa Fe es la de aquellos que tienden a que nada cambie. Si creemos que este estado en que vivimos con el 50 por ciento bajo el límite de pobreza es natural nos equivocamos. Hay que cambiar para llevar adelante una sociedad donde haya justicia para todos.
El ex intendente de Rosario amplió el concepto que el domingo planteó en Página/12 sobre que el gobierno santafesino no representa al de Kirchner. “También creo que Santa Fe, después de 22 años de administración justicialista, demuestra serias falencias administrativas” y puso el ejemplo de la concesión del servicio de agua potable.
Binner también opinó sobre el plebiscito a su propia gestión que pretende el presidente Kirchner. “Creo que se quiere plebiscitar la actuación nacional, no me imagino que se quiera plebiscitar la provincia de Santa Fe con todo lo que está pasando.”

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Kirchner, en el acto por el Día de la Bandera recibió a los organismos de derechos humanos.
 
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