EL PAíS › EL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER PIDIO APOYO EN UN ACTO EN ALBERTI

“Van a venir sobre mí, van a atacarme”

“Les pido que me ayuden. Van a venir sobre mí, van a atacarme permanentemente, yo seguiré poniendo la otra mejilla, el amor y la pasión. No voy a renunciar al cambio de la Argentina, a la búsqueda de la justicia, la inclusión y la equidad.” Era su clásico pedido de ayuda, pero esta vez con tono más dramático, fruto de la polémica sobre el camión que se incrustó en su casa de Río Gallegos. El presidente Néstor Kirchner aprovechó ayer un acto en la localidad bonaerense de Alberti, donde se entregaban viviendas del Plan Federal 1, para advertir que en los próximos tiempos se producirán muchos “ataques” en su contra. “No renunciaré al cambio de la Argentina, a la búsqueda de la justicia, la inclusión y la equidad. Abrazamos una patria con memoria, justicia y sin impunidad. No queremos una patria con poderes corporativos”, aseguró.

Haciendo un recuento de sus supuestos logros en la gestión, como si estuviera en campaña, Kirchner dijo que en su mandato “la pobreza bajó del 60 al 26,9 por ciento, la desocupación del 30 al 9,7 por ciento y la indigencia, del 27 al 8 por ciento”. También se entusiasmó porque “la economía creció más del 40 por ciento” y la producción de automotores registró “el record más grande de toda la historia”. “Mi sueño interno, y de a poco lo vamos logrando, es que las familias tengan una casa propia, una mesa servida y trabajo, para devolver la dignidad, y lo estamos haciendo”, aseguró. El jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el gobernador Felipe Solá.

A pesar de las advertencias, Kirchner se mostró confiado en las posibilidades de triunfo del oficialismo. De manera indirecta anticipó la victoria de Daniel Scioli en la provincia e insistió con que el candidato en la Nación será “un pingüino o pingüina”. “No perdamos la memoria de la crisis. Estamos en el infierno todavía, pero estamos yendo todo lo más rápido que podemos. No es cuestión de horas ni cuestión de colores, sino que tengamos una sola bandera nacional que nos contenga a todos”, arengó. “Se trata de una patria en la que los jóvenes deben estar seguros de que no rifamos su futuro y las clases medias, la recuperación de su movilidad ascendente”, agregó.

Flanqueado por Solá y De Vido y el intendente local, Leonel Zacca, Kirchner siguió con su repaso de los supuestos logros de la gestión. “Nos desendeudamos, ahorramos en la negociación de la deuda externa 70 mil millones de dólares que ahorramos a los bolsillos de los argentinos y terminamos con el paternalismo del Fondo Monetario Internacional. Si hubiéramos seguido los dictados del FMI, estaríamos mucho peor que antes. Argentina puede hoy tomar sus propias decisiones”, aseguró. En el palco también se los vio a los ministros bonaerenses Florencio Randazzo (Gobierno) y Raúl Rivara (Asuntos Agrarios), quienes vivieron en Alberti cuando eran jóvenes. La presencia en el acto de Solá y sus funcionarios fue una nueva muestra de apoyo a Scioli.

Aunque no se lo vio en Alberti, el ministro de Seguridad de la provincia, León Arslanian, se convirtió en el comentario obligado de la jornada. Consultado por la prensa, Arslanian adelantó que piensa dejar su cargo cuando a Solá se le venza el mandato. Sin embargo, en el acto de Alberti, nadie habló de eso. Como buen peronista, Kirchner volvió a hablar de “alianza policlasista” y de los “empresarios nacionales”. “Queremos que vengan todos los capitales del mundo. Si la patria crece, que sea para todos”, aseguró.

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El presidente Kirchner estuvo acompañado por Solá y Scioli.
Imagen: Télam
 
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