EL PAíS › EL AUDITOR DE SKANSKA QUE INVESTIGO EL USO DE FACTURAS TRUCHAS

Corizzo, el hombre que grabó la prueba

 Por Irina Hauser

La célebre grabación del caso Skanska que reveló la existencia de coimas en las obras de dos gasoductos, volvió a ser tema en tribunales. El auditor de la constructora sueca, Claudio Corizzo, ratificó ante el juez federal Guillermo Montenegro que él mismo registró la charla en la que un gerente de la empresa, Javier Azcárate, le confesó el pago de sobornos por lo menos a dos organismos públicos: el Enargas y Nación Fideicomisos. Corizzo dijo que la conversación fue parte de una investigación interna que dejó en evidencia el uso de facturas truchas para disimular pagos ilícitos. En rigor, el síndico declaró como imputado, acusado de haber ocultado y también alterado la cinta (hasta que la Justicia la encontró).

Corizzo habló por primera vez de la grabación el año pasado, cuando dio su testimonio en el juzgado penal tributario de Javier López Biscayart, hasta entonces el único que intervenía en el caso. Dijo que era parte de una auditoría interna que había hecho a pedido de Skanska, tras un allanamiento por las facturas truchas, y que la cinta no la tenía él sino el apoderado de la empresa.

En mayo último, en medio de un nuevo interrogatorio, López Biscayart lo llevó hasta la sede local de la multinacional y, sorpresa, apareció el diálogo en el “server”. Había una versión de más de dos horas y otra abreviada. Corizzo quedó detenido una noche por presunto falso testimonio. Sigue en la compañía, pero anteayer le quitaron el cargo de auditor.

Ayer le dijo al juez Montenegro que “en ningún momento ocultó la grabación” y que su trabajo sirvió “para esclarecer los hechos”, que la propia empresa admitió: evasión de impuestos y coimas. Argumentó que había hecho una edición porque la conversación con Azcárate estaba interrumpida por llamados telefónicos y gente que entraba y salía. Explicó que fue al único ex gerente que grabó y que lo hizo sin su consentimiento. Aclaró que otros ejecutivos, de todos modos, reconocieron la maniobra. Especificó que Alejandro Gerlero y Juan Carlos Bos le dijeron que “cumplían órdenes”, en alusión al ex CEO Gustavo Vago. El ex gerente Héctor Obregón –dijo Corizzo– precisó que “esas operaciones se habían generado para el pago de comisiones indebidas”, “que no había existido la prestación real del servicios”.

La grabación resultó reveladora en su momento. Para el juez Montenegro –que ya se había hecho cargo de la investigación de las coimas y los sobreprecios–, fue suficiente prueba para citar como sospechosos al entonces titular del Enargas, Fulvio Madaro, y a Néstor Ulloa, ex gerente de Nación Fideicomisos. Ambos fueron echados ante el llamado a indagatoria.

Azcárate contaba con lujo de detalles las maniobras que se habían hecho en distintas obras públicas y, en el caso de la adjudicación de los gasoductos Norte y Sur especificaba que se habían repartido comisiones de un 5 por ciento: 3 por ciento para el ente del gas, el órgano que debía controlar la licitación, y 2 por ciento para el fideicomiso del Banco Nación, que administraba los fondos. Según calculó Montenegro las coimas superaban los 15 millones de pesos.

Cuando llegó el turno de su indagatoria, Azcárate cuestionó la validez de la grabación, que consideró “espuria”. Incluso puso en duda que fuera su voz la que estaba registrada. A Corizzo ayer le hicieron escuchar algunos tramos y confirmó que las voces eran la suya y la de Azcárate. Le preguntaron por qué nunca había informado nada sobre los “destinatarios de los pagos” ilegales: dijo que nunca le habían preguntado, y que tampoco tiene evidencias, salvo lo que escuchó. Todavía la Cámara Federal debe evaluar el valor de la cinta.

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