EL PAíS › LOS ORGANIZADORES SE CONCENTRARON EN EL OBELISCO

Muchos bocinazos, pero con luz

 Por Laura Vales

Visto desde el Obelisco, el apagón tuvo una repuesta tibia, acompañada por los bocinazos de los automovilistas, pero sin tanta adhesión de los comerciantes del centro. Los principales dirigentes de las organizaciones que convocaron a la protesta se reunieron en la Plaza de la República. Se mostraron conformes con la suspensión de la audiencia pública para tratar el aumento en la tarifa eléctrica, que estaba prevista para hoy, y también dispuestos a coordinar acciones para impedir su realización cuando se fije la nueva fecha.
Había un clima de primavera, y en la plazoleta de Corrientes y 9 de Julio se vieron parejas y turistas haciendo tiempo desde temprano. Cuando atardeció, un grupo de vecinos y otro de integrantes de Fedecámaras recorrieron la zona con afiches contra el tarifazo. Miguel Pontardo era uno de ellos. Llevaba un cartel armado a mano, “con una impresora hogareña, 16 hojas de papel y plasticola”, detalló, para subrayar el contraste entre la falta de recursos y sus ganas de quejarse.
A las ocho de la noche los taxistas hicieron sonar las bocinas de sus coches. Los manifestantes cortaron durante cinco minutos la 9 de Julio y encendieron bengalas. Los cartoneros que estaban en la puerta de la pizzería UGGI’s suspendieron su pesquisa en el fondo de un tacho de basura para aplaudir. Hubo ruido; ver el apagón desde ese lugar, en cambio, fue mucho más complicado. Para empezar, no debe haber un lugar más lleno de carteles luminosos en todo Buenos Aires que el Obelisco. Luces de neón verdes cubren la esquina de Diagonal y Cerrito. Luces rojas trepan por todo el edificio de la vereda opuesta, en la publicidad gigante de una gaseosa. En el cruce de Corrientes y 9 de Julio potentes focos de alumbrado público encandilan a todo el que levante la vista del piso. El propio Obelisco está iluminado desde los cuatro costados, y una densa población de semáforos rodea la plazoleta con sus luces rojas, verdes y amarillas. El frente del Teatro Colón, a cuadra y media, está iluminado de arriba a abajo, y 50 metros antes está el cine con sus seis marquesinas. Los móviles de televisión agregaron lo suyo tras desplegar sus equipos de iluminación, para tristeza de los fotógrafos y cronistas presentes.
Como fuera, anoche se reunió allí el abanico de figuras que adhirieron a la protesta, y hubo una movilización con antorchas. En el lugar estuvieron Luis Zamora, Fabio Basteiro, Rubén Manusovich, Eugenio Semino, Pablo Michelli y los legisladores Cristian Caram y Héctor Polino, entre otros. Vilma Ripoll y una columna de militantes del MST se unieron luego de quemar una factura gigante frente a la sede de Telefónica. Ripoll tiene el teléfono de su casa cortado. “Aproveché para sacarme la bronca”, confesó. Los dirigentes ratificaron su decisión de volver a reunirse para definir qué hacer tras la tregua que supone la suspensión de la audiencia por la tarifa eléctrica. Si es así, la semana próxima anunciarán otras medidas para lo que consideran una nueva etapa de la pelea.

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