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Cuatro miradas sobre otra forma de protesta

- Ernesto López, sociólogo: “Lo que motiva este tipo de protestas es el fracaso de la mediación de la política. Hay que resaltar que, en condiciones de funcionamiento normal de las instituciones, esta clase de movilización no ocuparía el lugar que está ocupando. Protestas como las de hoy (por ayer) me parecen muy interesantes, como todo lo que hace la gente para hacerse oír por fuera de las estructuras formales. Es claro que son muy diferentes a las protestas tradicionales, como pueden ser las marchas, pero no sé si son más o menos efectivas que aquéllas, simplemente son distintas. No creo que el nivel de protesta que se alcanzó en diciembre pueda ser sostenido a través del tiempo, pero los niveles de movilización suben y bajan, son irregulares”.
- Emilio De Ipola, sociólogo: “Los políticos y los politólogos deberían tomar más en cuenta esta especie de resurgencia de la sociedad. Su efectividad depende de la frecuencia con que se produzcan. Este tipo de protestas o demandas se dan desde el exterior del sistema político, desde la sociedad. Son un síntoma que, aunque todavía es muy incipiente, esboza una oposición de la sociedad al sistema político y un deseo de la sociedad de manifestarse por sí misma. Esto manifiesta una capacidad de invención de formas nuevas de protesta, pero no significa que se vayan a conseguir resultados inmediatos porque todavía son muy incipientes”.
- Artemio López, consultor: “El apagón es una modalidad política positiva mientras no se trasforme en una rutina y no entre en la secuencia tradicional de la política. El apagón no debe resignarse a ser parte del cotillón político opositor. Siempre estas formas de protesta son bienvenidas, pero tienen una efectividad relativa por su inorganicidad importante y una espontaneidad fuerte. En Argentina la capacidad de instalar una demanda en el aparato estatal es muy restringida y no hay que atribuirle al apagón la posibilidad de modificar las cosas. Este tipo de protestas siempre dejan un rédito aunque más no sea para pensar nuevas formas de reclamo. Eso sí, hay que vencer la tentación de transformar a los referentes políticos de estas protestas novedosas y espontáneas de la ciudadanía en lo que pretenden los partidos de izquierda. Estos partidos copan estos mecanismos para apropiárselos y buscan la novedad que no poseen. La partidocracia tradicional incluye a la izquierda”.
- Maristella Svampa, socióloga: “No soy partidaria de este tipo de protestas. Estamos en una época de movilizaciones y si las protestas no las incorporan corren el riesgo de no alcanzar sus objetivos. Las medidas tendrían que ser más contundentes. Los apagones cumplieron su función en la década de los ‘90, cuando fueron instituidos como forma de lucha por el Frente Grande. Pueden ser un repertorio más, pero dentro de un conjunto. No son efectivos, es sólo un elemento dentro de un batería mayor que debe incluir las movilizaciones. Desde diciembre de 2001 en Argentina se abrió una nueva era de movilización que abrió un abanico de protestas”.

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