Los ruralistas criticaban la ausencia presidencial en la exposición de la Sociedad Rural y Aníbal Fernández respondía: “Si nunca fue a una Exposición de la Rural, ¿por qué lo tiene que hacer ahora? No está escrito en ningún lado que el Presidente de la Nación tenga que ir”. Finalmente, el único que estuvo por el oficialismo fue Daniel Scioli y tuvo que escuchar estoicamente los abucheos y los gritos ofensivos hacia el Gobierno.

“El campo esperaba que el Gobierno estuviera aquí. Siempre creímos que el Gobierno debía estar con los que trabajan. Pero parece que algunos no lo entendieron”, decía en su discurso el presidente de la Sociedad Rural. Y después dejaba una frase que muchos consideraron poco menos que golpista: “Habría que marginar de una vez y para siempre a esa corporación política que, sin distinción de ideas partidarias, lo único que pretende es preservar sus privilegios, aunque ello traiga aparejada la disolución social de la Argentina”.

Es que las cámaras agropecuarias estaban muy enojadas por las retenciones. Así lo expresaba en ese mismo discurso el presidente de la SR: “Se nos dijo que apostáramos a la producción y nos impusieron la rémora de las retenciones”.

El que hablaba ante productores indignados era Enrique Crotto, al inaugurar la exposición el sábado 3 de agosto de 2002, días antes de dejarle la presidencia de la Sociedad Rural a Luciano Miguens. Los ruralistas criticaban con dureza al presidente Eduardo Duhalde, y con el mismo nivel de virulencia al gobernador bonaerense Felipe Solá, con quien tan bien se habían entendido cuando era secretario de Agricultura de Carlos Menem, y que ahora se había negado a ir a la Rural. El único que estuvo para respaldar al secretario de Agricultura, cuyo posterior discurso casi no podía oírse en medio de la rechifla, fue Scioli, por entonces secretario de Turismo.

Crotto también atacó la pesificación. “Se nos pesificó la economía, pero nosotros curiosamente somos el único sector obligado a pagarles en dólares a los proveedores”. Y auguraba: “Este año la cosecha disminuirá radicalmente cuando más necesitamos su incremento”.

También dijo que el Gobierno “profanó la seguridad jurídica, y la estabilidad lograda con tanto esfuerzo se dilapidó de golpe e irresponsablemente, merced al influjo de camarillas integradas por quienes se autocalificaban de productivos, y que provocaron una devaluación de funestas consecuencias”. Las crónicas periodísticas interpretaban que la camarilla a la que hacían alusión los ruralistas era la UIA, que tenía a una de sus máximas figuras, José Ignacio de Mendiguren, como ministro de Producción.

Los diarios del domingo 4 de agosto daban cuenta de lo que ocurrió el día anterior en la Rural. Página/12 titulaba “La Rural, a los gritos otra vez”, y agregaba: “Duhalde no fue. Rechiflaron al secretario Delpech”. La Nación tituló: “Abucheos en la inauguración oficial de la Rural” y completaba: “Faltó Duhalde y no se anunciaron medidas económicas para el campo”. Clarín, en tanto, decía; “Críticas muy duras al Gobierno en la inauguración de la Rural”. También dejaba constancia de dos detalles: 1) “El temor del Gobierno a pasar un sofocón en el principal evento agropecuario del año fue tal que, por primera vez en décadas, la ceremonia no se transmitió por cadena nacional”. 2) “Pese a que el campo es uno de los sectores que quedó mejor parado tras la devaluación del peso, la Sociedad Rural ha venido castigando duro y parejo al Gobierno por esa medida, sobre todo después de que decidió reimplantar las retenciones a las exportaciones. La entidad agropecuaria más vieja del país, además, respaldó en más de una ocasión el plan de convertibilidad que signó los dos períodos de gobierno de Carlos Menem”.