SOCIEDAD › UNA EXTRAñA PISTA SE SUMó A LA INVESTIGACIóN DEL CRIMEN DE NORA DALMASSO

La hipótesis del sicario colombiano

La policía salteña aportó un dato que ahora investiga el fiscal del crimen de Río Cuarto: un presunto sicario colombiano detenido en la provincia norteña está acusado en Perú de un crimen similar al de Dalmasso. Tenía mails enviados o recibidos en Córdoba.

 Por Raúl Kollmann

La posibilidad de que un sicario colombiano haya sido el ejecutor del crimen de Nora Dalmasso surgió esta semana a raíz de información que la policía de Salta le llevó al fiscal de Río Cuarto, Javier Di Santo. En concreto, en Salta está detenido un presunto sicario, Hugo Armando Trujillo Ospina, un colombiano de 33 años acusado de cometer un asesinato muy parecido al de Dalmasso. La policía salteña, además, encontró una agenda electrónica con mails enviados o recibidos en Córdoba. De todas maneras, el fiscal Di Santo fue cauto. En diálogo con este diario sostuvo que pidió a Migraciones datos sobre eventuales ingresos a la Argentina de Trujillo Ospina. Hasta ahora, se sabe que el colombiano entró al país en tres ocasiones, dos en 2007 y una en 2008, pero el asesinato de Norita se produjo en 2006, por lo que primero habría que comprobar que Trujillo Ospina estuvo en la Argentina por la época. Al mismo tiempo, el fiscal ordenó una pericia sobre tres chips que se le encontraron al colombiano y sobre las computadoras desde las cuales se enviaron, en Córdoba, los mails que constan en la agenda.

Aunque Trujillo Ospina está detenido en Salta por una extorsión, hace muy pocos días se comprobó en Perú que fue el ejecutor de Myriam Fefer Sallers, una mujer divorciada, de mucho dinero y que fue estrangulada en agosto de 2006. Según la revista Caras de Perú, Fefer, integrante de la comunidad judía de ese país, tenía importantísimos negocios inmobiliarios, una fuerte afición por las cirugías y numerosos amoríos. La noche del crimen, en su espaciosa casa dormían sus hijos y un mayordomo, pero nadie escuchó nada. Como dato insólitamente paralelo, en el caso Fefer hubo una primera acusación contra una hija de la mujer –aparentemente lesbiana–, mientras que en el caso de Río Cuarto existe una imputación –muy poco fundada– contra el hijo de Dalmasso, Facundo Macarrón. Pero hay algo que diferencia a ambos hechos: la hija de Fefer, Eva Bracamonte, parece más comprometida: registra una llamada, después del crimen, al celular de Trujillo Ospina y, encima, éste sostiene que fueron Bracamonte y su pareja, Liliana Castro Manarelli, quienes le pagaron para cometer el asesinato. El móvil sería el dinero de la herencia de un abuelo.

Tanto en Lima como en Río Cuarto, Myriam y Nora se defendieron frente a los agresores y en la escena de los hechos quedaron rastros de los asesinos. Un análisis de ADN determinó en Perú que esos rastros se corresponden con Trujillo Ospina, lo cual parecería dejar en claro que el colombiano fue quien ahorcó a Fefer. La hija y su pareja serían detenidos en las próximas horas.

Respecto de Nora Dalmasso, las cosas no son tan claras. Quienes alientan la hipótesis del sicario afirman, aunque no lo digan públicamente, que el crimen fue contratado por el marido de Dalmasso, Marcelo Macarrón. Pese a que inicialmente se dijo que Nora tenía muchos amantes, la investigación demostró que eso era falso, aunque sí mantenía una única relación extramatrimonial con el contador Guillermo Albarracín. Tanto Macarrón como Albarracín estaban en Punta del Este la noche del asesinato y aunque un reciente informe uruguayo señala que no existen datos sobre el ingreso a la banda oriental de ningún integrante del grupo, la policía de Maldonado informó que Macarrón ganó el torneo del Cantegril de Punta del Este, lo cual indica que jugó los cuatro días, incluyendo el viernes 24 y el sábado 25 de noviembre de 2006. En la noche del viernes o madrugada del sábado se cometió el homicidio, de manera que está claro que Macarrón no pudo cometerlo. Quienes sospechan de él, entonces, hablan de crimen por encargo, pero lo cierto es que los forenses y el fiscal Di Santo encontraron un elemento que no coincide con esa hipótesis: Dalmasso fue forzada a una relación sexual.

Para avanzar en todos los terrenos, el fiscal Di Santo le envió un oficio a Migraciones para establecer si Trujillo Ospina estaba en la Argentina por aquella época. El crimen de Lima se cometió en agosto de 2006 y Di Santo no tiene, al menos por ahora, registros de que el colombiano haya estado en el país en noviembre del mismo año, cuando mataron a Norita. De todas maneras, Di Santo también decidió investigar los tres chips que se le encontraron al colombiano y el origen o destino de los mails de Córdoba, todos del año 2007.

Trujillo Ospina está preso en Salta porque, supuestamente, le habían pagado para asesinar al abogado Arturo Van Cauwlaert. Sin embargo, el colombiano negoció con el salteño, éste le prometió mil dólares y luego Trujillo Ospina fue capturado cuando había cobrado ese dinero. Sentenciado a tres años y medio de cárcel por extorsión, el colombiano está por cumplir la mitad de la pena con lo que tendría derecho a las salidas transitorias e incluso a la excarcelación. Pero hace una semana se conoció el ADN del caso de Fefer en Perú y ahora todo indica que la Justicia de ese país reclamará que siga preso y se lo extradite lo antes posible.

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El nuevo nombre incorporado al caso Dalmasso es Hugo Trujillo Ospina, un colombiano de 33 años.
 
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