El macrismo consiguió aprobar la reforma de la Justicia porteña, aunque debió archivar los proyectos más polémicos, como la recusación sin causa de jueces por parte del Ejecutivo, las restricciones al amparo y la designación de magistrados sin concurso. Con 46 votos a favor, se crearon 9 nuevos juzgados en lo contencioso administrativo, 8 defensorías y 16 fiscalías de primera instancia en el fuero contravencional. También se crearon dos nuevas fiscalías y dos defensorías en el fuero contencioso y una fiscalía de Cámara. Los macristas debieron incluir un artículo especial en la ley en el que se señala que los jueces deberán ser nombrados por concurso. El fiscal general Germán Garavano indicó que, con esta ley, seguirá absorbiendo “personal del Consejo de la Magistratura en las nuevas estructuras”.