EL PAíS

Increíble declaración de Santos

 Por Adriana Meyer

El 19 de diciembre anduvo camuflado por la Plaza de Mayo y dice que “no le pasó nada”, pero lamentó que el 20 “no se pudo” utilizar esa técnica. Esta es una de las increíbles respuestas que dio el ex jefe de la Policía Federal Rubén Santos durante su indagatoria del viernes, según relató a Página/12 una alta fuente de la investigación. El comisario general –que quedó detenido acusado de homicidio culposo, lesiones, incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad– deslindó toda la responsabilidad en el jefe del operativo represivo, comisario mayor Norberto Gaudiero. Y aseguró que a las 17 del día de la masacre recibió una llamada desde Casa de Gobierno preguntándole si había habido muertos en lo que, desde el mediodía, se había transformado en una batalla. Gaudiero le informó que no, pero a los cinco minutos lo llamó otro comisario para decirle que los muertos eran dos. ¿Por qué entonces el ex presidente Fernando de la Rúa salió a decir que no sabía que cinco personas habían perdido la vida? ¿Santos le mintió al ex mandatario? Para averiguarlo la jueza María Servini de Cubría llamará a indagatoria a De la Rúa y ampliará el interrogatorio de Santos, incluso con careos, porque de las respuestas del ex jefe policial quedaron “demasiadas dudas”. Según su versión defensiva, todo parece haber sido un problema de comunicación.
En la causa que investiga cinco de los seis asesinatos producidos en la brutal represión con que la administración aliancista se despidió del poder, también será convocado como sospechoso el ex viceministro del Interior Ramón Mestre. Tras el tercer pedido de los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers, la jueza pondrá fecha a esas audiencias la semana próxima. Con respecto a la situación del ex presidente, la magistrada aún tiene dudas sobre si estuvo al tanto de la situación o fue superado. Por eso, decidió despejar sus interrogantes escuchándolo en indagatoria. De la Rúa acudirá al tercer piso de los tribunales federales de Retiro acusado como autor mediato de las cinco muertes, 150 lesiones graves y daños producidos por su orden de “despejar la plaza”. Según declaró el diputado Luis Zamora, el ex viceministro del Interior Lautaro García Batallán le dijo el mismo 20 que el propio De la Rúa tomó esa decisión durante una reunión en la quinta de Olivos. En el mismo sentido que Servini, el fiscal Comparatore le había dicho el viernes a Página/12 que “acá hay que determinar si De la Rúa sabía o no lo que estaba pasando”, aunque sigue siendo poco creíble que desconociera lo que pasaba al otro lado de la ventana de su despacho.
El ex jefe de la Federal, detenido desde la noche del jueves, fue indagado durante 10 horas. De hablar pausado y meticuloso al corregir su declaración, empezó explicando en detalle su actuación de esos días. Luego describió el mecanismo que usa la policía en una manifestación. Según los métodos que dijo preferir, los uniformados tienen que “mimetizarse” con la gente. Fue entonces que contó que él mismo anduvo dando vueltas por la Plaza de Mayo la noche del 19 y aseguró que salió indemne. Seguramente se fue antes de que sus subordinados lanzaran sorpresiva e injustificadamente gases vencidos sobre la multitud que caceroleaba y festejaba frente a la Rosada la renuncia del ministro Domingo Cavallo.
Santos reiteró lo que había señalado en el escrito con el que logró postergar 72 horas su indagatoria: que ese día lo llamaron cuatro funcionarios –Nicolás Gallo, Ramón Mestre, Jorge de la Rúa y Leonardo Aiello– para pedirle que desalojara la Plaza de Mayo, al parecer preocupados por la vida del ex presidente que estuvo allí hasta que renunció y se fue en helicóptero. Pero cuando le preguntaron sobre la utilización de balas de plomo en lugar de goma para cargar las escopetas Ithaka con las que la policía disparó a los manifestantes, el comisario general dijo que eso era un tema del jefe del operativo, es decir, del comisario Gaudiero. Lo mismo repitió interrogado sobre los policías decivil que participaron del procedimiento y sobre el uso de autos sin patente y motos de dificultosa identificación. Sólo admitió que ordenó detener a aquellos que no acataran las orden de irse de la plaza.
Cuando sus interlocutores insistieron en averiguar sobre las balas de plomo, Santos indicó que esos cartuchos de Fabricaciones Militares se pueden comprar en cualquier lado, que él mismo lo hizo, y que, por lo tanto, los perdigones “pueden haber sido del público”. Santos ignoró que los que terminaron con la vida de cinco personas provinieron de armas de sus subordinados, tal como lo demostraron los videos y las declaraciones que permitieron encarcelar ya a seis comisarios.
Hubo dos momentos de la indagatoria en que Santos trastabilló. La jueza quiso saber si el ex jefe de la Federal admitía lo incompetentes que resultaron ser los comisarios que estuvieron al frente del operativo. Cuando Gaudiero negó las muertes fue el comisario Alberto Andreozzi quien corrigió la información. ¿Santos hizo lo mismo con sus interlocutores en la Rosada? Terminó admitiendo que él sabía desde las 16 sobre el asunto, pero hubo un problema, una “desinteligencia” que no le permitía tener certeza. Según Santos, el SAME había levantado cuerpos de personas fallecidas sin estar autorizado para hacerlo. Esa tarea corresponde a la “morguera” de la Policía Federal y esa sería la explicación de sus “incertezas” al momento de informar al poder político sobre la real situación del procedimiento represivo. Sin embargo, los investigadores del caso ya habrían comprobado que el SAME intentó levantar cuerpos que creyó vivos pero finalmente no lo hizo, en algunos casos porque sus vehículos fueron apedreados por los manifestantes y en otros porque comprobó que esas personas estaban sin vida.
En otro tramo de la audiencia, le preguntaron por qué no utilizaron carros hidrantes para dispersar a la multitud. Primero Santos dijo no saber con cuántos contaba la fuerza que comandó. Sus interrogadores se miraron incrédulos y entonces recordó que había “donado” tres, que le quedaba sólo uno y que había pedido sin éxito más de esos elementos al ministerio del Interior. Hubo una respuesta que también sorprendió a los funcionarios que lo escuchaban. Según el ex jefe de la Federal, cuando se dice “desalojar la plaza” eso significa hacerlo “hasta la mitad”. Servini había pedido lo mismo al mediodía pero cuando se hizo presente vio que la policía la había liberado totalmente. En definitiva, de las palabras del indagado surgió que algo falló gravemente en la comunicación policial.
Antes de resolver si procesa a Santos por homicidio, la jueza volverá a interrogarlo y ordenará un careo con Gaudiero, que aseguró que cuando su ex jefe se presentó en la Sala de Situación del Departamento Central de Policía “entendió” que se hacía cargo del operativo.

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