EL PAíS › LULA VIENE A ARGENTINA A PRINCIPIOS DE OCTUBRE

Las cumbres del señor K.

Por M. P.
Desde Asunción

Kirchner probó que las cumbres diplomáticas no son su pasatiempo favorito, en especial cuando se diluyen en formalidades y comunicados que no reflejan las discusiones previas. Ese fue el motivo de su veloz regreso al país tras la asunción del nuevo presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos. El retorno se produjo menos de 24 horas después de su arribo y unas horas antes de que comenzara el encuentro de jefes de Estado del Mercosur (ver nota principal). La fugaz estadía alcanzó para confirmar la visita de su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegará a Buenos Aires a principios de octubre, y para avanzar en la firma de un convenio de intercambio de tecnología e insumos con Brasil.
En la comitiva que acompañó a Kirchner en Paraguay se comentaba que luego de las elecciones, a fines de septiembre o principios de octubre, llegará a la Argentina el presidente chileno, Ricardo Lagos, para firmar un acuerdo similar al de Lula. En este caso, el convenio prevé desembolsos de dinero para terminar de construir los corredores ferroviarios a través de la cordillera y la Patagonia. El Presidente cree que con decisiones de este tipo se irá consolidando el “frente político” de Argentina, Brasil y Chile, al que lentamente se empieza a acercar Venezuela. No por casualidad Hugo Chávez aterrizará el fin de semana con la decisión de desembarcar en el mercado argentino con la petrolera PDVSA.
Pero los intereses del Gobierno no son sólo económicos, aunque Bielsa suele destacar su importancia en los reportajes: en Paraguay el canciller anunció una gira por Italia y Alemania, otro viaje a China y un periplo inminente a México. También hay una preocupación –que se exhibe en todos los discursos de Kirchner y también en los de Lula y Lagos– por el fortalecimiento “político” de la región. Ese interés se pudo observar en el acto de asunción de Duarte Frutos, un ex periodista y dirigente del Partido Colorado, quien ayer hizo un discurso con muchos puntos de contacto con el que hiciera Kirchner el 25 de mayo. “El futuro de la democracia está en nuestras manos. No es posible mantener la democracia con economías débiles y estados ausentes”, dijo y se ganó los aplausos de los mandatarios presentes.
El traspaso del mando tuvo características impensadas. El presidente saliente Luis González Macchi no participó de la ceremonia y la jura quedó en manos del presidente del Congreso paraguayo y un grupo de legisladores. La jura se realizó al aire libre, sobre la explanada de un edificio moderno donado a Paraguay por la República de Taiwán, que ayer envió a una nutrida delegación. En primera fila, al lado de Kirchner, estaban los presidentes Lula, Lagos, Batlle, Chávez, el ecuatoriano Lucio Gutiérrez, el colombiano Alvaro Uribe, el príncipe Felipe de Borbón, el boliviano Gonzalo Sánchez de Losada. Sin embargo, la estrella de la jornada fue Fidel Castro, quien se llevó la mayor ovación.
El comandante había llegado con una delegación de 130 personas, en dos aviones de Cubana de Aviación. En Asunción comentaban que Fidel podría quedarse cuatro días en Paraguay, y que estaba evaluando si ir a las cataratas del Iguazú con Chávez. Distintas eran las prioridades de la comitiva argentina, donde todavía se hablaba de las declaraciones del vicepresidente Daniel Scioli sobre las tarifas de las privatizadas y la anulación de las leyes de impunidad. “Hay una preocupación del Presidente por cómo se comunican las cuestiones de gobierno. Y las declaraciones de Scioli sobre estos dos temas no tienen nada que ver con la impronta de nuestra gestión”, advertía un ministro en diálogo con Página/12.

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