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El hermano Eduardo vs. la primera ciudadana

Discutieron en el Senado el rechazo del recurso de Moliné. Eduardo Menem, su único defensor, se cruzó duro con Cristina Kirchner. Qué (no) se dijeron.

Por Felipe Yapur y Eduardo Tagliaferro

“¡Hágala callar, señor presidente!”, gritó Eduardo Menem en referencia a su compañera de bancada, la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner. En el recinto no se movieron ni los cortinados cuando el riojano expresó a voz en cuello su enojo por los comentarios que la legisladora realizaba en voz baja mientras el riojano fundamentaba el único voto a favor del recurso extraordinario que presentó el ex supremo Eduardo Moliné O’Connor. Sin más, el senador aseguró que lo que había sufrido el ex cortesano era un “ajusticiamiento” y que daba cuenta de la falta de independencia del Poder Judicial que busca imponer el gobierno nacional. La reacción de la patagónica no se hizo esperar: “Es difícil de aceptar lo que se dice. Máxime si a quien votó en su momento para integrar la Corte eran socios jurídicos suyos en el estudio o amigos personales de quien en ese momento era presidente y proponía a los miembros del máximo tribunal”.
Más allá de los detalles de la polémica, lo que sucedió ayer en el recinto es una muestra de lo que está viviendo el bloque oficialista, donde el menemismo está comenzando a construir un polo opositor que por ahora tiene expresiones coyunturales.
El plan de sesión era simple. Presentar ante el pleno el dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales donde se rechazó el recurso presentado por Moliné en su estrategia por frenar su reemplazo en la Corte. El único voto que respaldó los planteos del ex juez fue Menem. A lo largo de todo el juicio político contra el ex magistrado, Menem fue el único que acompañó todos sus planteos y lo defendió a capa y espada, aunque estuviera en clara minoría, como sucedió ayer en el recinto.
Anteayer a la noche, cuando la Comisión de Trabajo esperaba la presencia de los peronistas para votar un dictamen, la bancada oficialista no podía salir de su interna. Antes que nada, el riojano pidió la palabra y dijo que “se sentía obligado de informarles a sus nuevos compañeros las circunstancias que rodearon su separación de la Comisión de Relaciones Exteriores”. El titular del bloque, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, señaló que le había pedido el cargo por un pedido expreso del presidente Néstor Kirchner. Entre otros argumentos, Pichetto sostuvo que Kirchner no quería llevar a Menem en los viajes al exterior y que luego de la renuncia suya hablaron con el misionero Ramón Puerta para que éste asumiera la titularidad de la comisión. Menem dijo que esto era mentira, ya que él se había enterado de su separación de la comisión por los diarios y porque el propio Puerta le contó que le habían ofrecido el cargo. El riojano leyó la elogiosa carta que en su momento le envió desde la Cancillería Marcelo Fuentes, un funcionario cercano a Kirchner y puso en duda que hubiera sido el Presidente quien reclamó su renuncia a la titularidad de la comisión. “Usted no me representa y no puede representar a este bloque”, concluyó Menem, quien en la mañana de ayer reiteró este cuestionamiento, aunque más tibiamente, cuando se negó a bajar el tono de la polémica que protagonizaba con la senadora Kirchner.
Aquí fue cuando Puerta hizo su ingresó a la reunión de bloque. Hasta ese momento había elegido permanecer en su despacho. “El orgullo más grande de mi vida es estar sentado en el lugar que ocupó Eduardo Menem en la comisión”, dijo Puerta, para que no quedaran dudas por quién se inclinaba en la discusión. Cuando el bonaerense Antonio Cafiero saltó para solidarizarse con el riojano, Menem señaló que no buscaba generar una interna con ese tema. Paso seguido, el catamarqueño Ramón Saadi, el pampeano Rubén Marín, Puerta y el propio Menem se retiraron del encuentro para deliberar fuera de la sala de reuniones.
Otro riojano, en este caso Jorge Yoma, puso una cuota de realismo político al sostener que: “Si hubiera ganado Menem las elecciones presidenciales, Cristina Kirchner no estaría al frente de Asuntos Constitucionales y yo me tendría que haber ido a vivir a Catamarca. Si hubiera ganado Adolfo Rodríguez Saá, la presidente provisional del Senado hubiese sido (la sanluiseña) Negre”. A pesar de la demora que tenía la discusión sobre la reforma laboral, la discusión interna se había disparado y no parecía sencillo detenerla.
Fue el santafesino Carlos Reutemann quien volvió sobre un tema conocido. Señaló que el Gobierno se equivocó cuando dijo que “le había enviado 500 millones para atender las inundaciones”. A esa altura, Marín, Puerta, Menem y Saadi habían vuelto a la reunión de bloque. Precisamente cuando el pampeano había comenzado a solidarizarse con Lole, éste insistió en que no buscaba una interna sino aclarar las cosas. La preocupación del santafesino –y así lo hizo notar– fue que luego de los dichos del Gobierno muchos santafesinos le preguntaran qué hizo con los 350 millones de pesos que no concuerdan con las cifras que Reutemann dijo haber recibido. Por ahora fueron escaramuzas puntuales sobre temas concretos. Esto no impide que los más conspirativos vislumbren un reagrupamiento de los restos del menemismo. Aunque claro está que, hoy por hoy, casi nadie acepta el mote de “menemista”.

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