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El debate por el encuadramiento gremial

HECTOR RECALDE *.
“No hay atomización”

Si Coto compra un banco y dentro del supermercado abre una sucursal, ¿qué convenio colectivo debería regir para sus trabajadores? Aunque el criterio que ha primado en la Argentina es que la actividad principal define el convenio a aplicar, hay excepciones cuando existe una actividad diferenciada. Susana Rueda debería conocerlo, porque los antecedentes legales están vinculados a su gremio, el de la Sanidad. En el ’57, Angélica Alba, una enfermera que trabajaba en un sanatorio de la UTA, hizo un juicio por su reencuadramiento. ¿Por qué me van a aplicar el convenio de la UTA si soy enfermera?, preguntó. Le dieron la razón y nadie pensó que eso fragmentara. Es que el reencuadramiento no atomiza, sólo define qué convenio debe aplicarse. No hay atomización porque los trabajadores siguen perteneciendo a un sindicato con personería gremial y sólo tiene personería quien es mayoritario en el gremio, el más representantivo.

* Abogado de la CGT.



HORACIO MEGUIRA *.
“Deciden los trabajadores”

Quien debe decidir a qué sindicato pertenecer son los propios trabajadores. La discusión debería solucionarse con un plebiscito entre los interesados, para que no decidan por ellos otras instancias. Eso es lo perverso del modelo sindical argentino, que es corporativo y fascista. Se abre una discusión que hace a las condiciones de los trabajadores, pero los trabajadores quedan ajenos a su resolución. Yo no comparto del argumento de Susana Rueda de que un traspaso vaya a atomizar al movimiento obrero, porque la unidad de trabajadores no es la unidad en la estructura, sino la unidad en la acción. Creo que existen riesgos desde otro punto de vista: en el antecedente de Carrefour, ante el reclamo de los camioneros la empresa tercerizó su logística. Quiere decir que una empresa fantasma, accesoria, es la que hoy hace el traslado de la mercadería. En este sentido, la solución que se dio al conflicto sí es digna del modelo de Domingo Cavallo.

* Abogado de la CTA.



OSCAR MARTINEZ *.
“Resguardar las garantías”

La decisión que se tome debería provenir de los propios trabajadores. Sobre el riesgo de una atomización, creo que es peligrosa cualquier decisión que divida a las bases. Dicho esto, no hay que perder de vista que el mayor peligro de atomización se da en aquellos lugares donde la presión patronal impide a la gente organizarse. La preocupación por no atomizar debería estar vinculada a resguardar las garantías de agremiación y a organizar a aquellos que están desorganizados, más que en meterse en peleas de aparatos. Este conflicto es una muestra de que el sindicalismo tradicional no encuentra el caminopara dar respuesta a los problemas de los trabajadores. También pone en evidencia cómo las empresas intentan participar en la interna sindical buscando qué gremio les conviene. En este caso está en discusión no sólo el encuadramiento sino los sueldos, cualquier salida debe garantizar mejores condiciones salariales.

* Taller de Estudios Laborales.

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