EL PAíS › RESPUESTA DE ECONOMIA

Crecer más despacio

 Por David Cufré

“Es un problemón”, confesó un miembro del equipo económico a Página/12. Se refería a la inflación, que en marzo fue del 1,5 por ciento y que en abril, con suerte, quedará en 1 punto. Así lo estiman en la cartera económica, en base a un dato preocupante: el arrastre estadístico del mes pasado hacia éste es del 0,7 por ciento. La estrategia para frenar el avance de los precios combinará elementos de dura ortodoxia económica (apretón monetario y fiscal, más congelamiento de los ingresos), con otros heterodoxos (acuerdos sectoriales con productores de alimentos y artículos de tocador y limpieza). También se buscará promover las inversiones, sobre todo las industriales.
Para Roberto Lavagna la inflación no es sólo un problema económico sino también político. Necesita que hacia octubre la economía marche a todo vapor, para apuntalar las posibilidades electorales del oficialismo. Se trata del primer test de las urnas para Kirchner. En esa oportunidad, como él mismo dice, se plebiscitará su gestión. Pero en el Palacio de Hacienda advierten que para frenar la escalada del índice de precios al consumidor será necesario “enfriar la economía”.
“No se puede crecer otra vez al 9 por ciento, en base a un aumento del consumo, porque las presiones inflacionarias podrían descontrolarse”, alertaron cerca de Lavagna. “La estructura de nuestra economía da para un crecimiento sustentable (sin desbordes de precios) del 3,5 por ciento anual. Si no vamos convergiendo paulatinamente hacia ese nivel, el aterrizaje terminará siendo forzoso”, agregaron. La clave para que el ajuste no sea tan violento es lograr un incremento significativo de la inversión. Para ello se tomarán una serie de medidas, según comentan en Economía. Lavagna está preocupado porque estima que lo van a culpar de todos modos. “Nos van a acusar por no parar la inflación o por frenar la economía”, se lamentan sus colaboradores. Una salida política para el Gobierno sería avanzar con medidas coyunturales y con cambios de fondo para mejorar la distribución del ingreso. De lo contrario, la suba de precios seguirá empujando a miles de personas a la pobreza y los beneficios del crecimiento seguirán quedando concentrados en una cúpula. En Hacienda afirman que Argentina necesita disminuir la volatilidad de los ciclos económicos, para conseguir un escenario más estable y previsible. El país dio un barquinazo de 5,5 puntos en promedio en sus últimas etapas recesivas y expansivas. En América latina, el promedio es del 3 por ciento, y en los países centrales, del 1. El dato se utilizará para argumentar en favor de una desaceleración gradual del nivel de actividad. La clave, de todos modos, estará en controlar la inflación, una misión que el propio equipo económico reconoce que no será fácil.

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