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“Decir que somos desestabilizadores o que estamos en un complot fantasmal o cosas por el estilo, me parece que es pasado de rosca lo del Gobierno”, fue la primera respuesta que esgrimió Raúl Castells para negar rotundamente que forme parte de un plan para desestabilizar al gobierno nacional, como denunció Cristina Fernández de Kirchner en el acto de lanzamiento nacional del Frente por la Victoria en Rosario. En su regreso a las movilizaciones callejeras –tras la extensa huelga de hambre que realizó para conseguir su libertad condicional–, el líder piquetero también tomó distancia de Eduardo Duhalde (otro de los mencionados en la supuesta conspiración) con un particular pedido de ayuda a sus vecinos de Lomas de Zamora: “Así que, ya saben, Chiche, Duhalde, a ver si ayudan algo a nuestros comedores, a nuestras salitas, y a toda la tarea comunitaria que hacemos, porque se han enriquecido bastante y se han olvidado hasta de la propia gente que vive en su municipio”, sentenció. Pero Castells también habló –en una entrevista concedida a una radio– de su relación con el propio Presidente: “Lo que pasa es que la señora se ve que está un poco nerviosa, porque le recuerdo que su marido (Néstor Kirchner), en dos oportunidades, me invitó a la Rosada y además me ofertaron puestos en este gobierno”. El titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) y candidato a diputado nacional por el bonaerense Partido Renovador precisó que el cargo presuntamente ofrecido fue el que hoy ocupa el también piquetero Jorge Ceballos: “Iba a ser director de Política Comunitaria en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, con 4 mil pesos de sueldo y 6 mil pesos para gastos, y nosotros mantuvimos una prescindencia”, aseguró Castells.