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Desde el primer momento, la preocupación del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, fue porque esta XV Cumbre Iberoamericana sirva para solucionar los problemas concretos de los habitantes de la región y no se quede en la mera enunciación de deseos. Ayer comenzó a poner en práctica esa modalidad al aprobar una ayuda de 65 millones de dólares para los afectados por el huracán Stan en Centromérica, muchos de cuyos presidentes no asistieron al encuentro. Un gran ausente, el cubano Fidel Castro, se robó parte del protagonismo al colar dos enunciados en la declaración final que se dará a conocer hoy y que ya provocaron la reacción de Estados Unidos.
Cuba insistió para que la habitual condena al “embargo económico” norteamericano a la isla se modificara por un más enérgico y concreto “bloqueo”. La posibilidad, con un socialista como Rodríguez Zapatero de anfitrión, tenía una oportunidad histórica. Y sucedió. En la declaración de la Cumbre se instará a Estados Unidos a poner fin “al bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba” y a acatar 13 resoluciones de la ONU en ese sentido.
El otro punto que Fidel logró colar fue un pedido para que el gobierno de George Bush entregue al terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, quien mató a 73 personas al atentar contra un avión de Cubana de Aviación en 1976, actualmente detenido en una cárcel de El Paso, en Texas.
Lo que está fuera de toda polémica es la iniciativa de canjear deuda por educación, una idea muy a la medida de Rodríguez Zapatero. Uno de los mentores de la iniciativa es el ministro de Educación, Daniel Filmus, pero la administración española tan contenta está con esta alternativa para ayudar a los países más endeudados de la región favoreciendo la inversión en escuelas que ya la presenta como propia. Será uno de los logros del encuentro.
Fuera de la declaración final, habrá una docena de declaraciones a propuestas de diversos países que se siguen discutiendo. Allí Argentina presentó la reivindicación de los derechos soberanos sobre las Islas Malvinas. Según se comentaba, había controversia en torno de la propuesta de Colombia, que proponía una condena al “terrorismo” de las FARC, un término con el que no coincidían ni cubanos ni venezolanos.
Otras expectativas importantes, que anoche no sabían si se concretarían, son las declaraciones respecto de la deuda externa –que castiga de la mayoría de los países iberoamericanos, puntualmente a todos los que están en el Nuevo Mundo–, y la referida a las migraciones. En este último punto las ansiedades argentinas están puestas en la situación de los compatriotas que viven en España. Para España, en cambio, son los efectos que puede ejercer la migración masiva desde América a las puertas de la Unión Europea.