EL PAíS › UN PRIMO DE EVO EN BUENOS AIRES

“Fui su sastre”

 Por Irina Hauser

Cornelio Ayma Tuco vino de Bolivia hace 25 años. Consiguió trabajo en una fábrica de ropa, trajo a su familia y se quedó a vivir en Buenos Aires. Cornelio es “primo carnal” de Evo Morales, con quien compartió casa hasta antes de emigrar. Era el primo compinche del futuro presidente boliviano. Es más, por mucho tiempo fue su sastre privado. “El me pedía que le eligiera la ropa, los modelos y los colores. Yo sé que ahora lo critican por cómo se viste, me gustaría estar a su lado en su visita a la Argentina”, le confía a Página/12. “Acá estamos reunidas treinta familias de Orinoca, nuestro pueblo natal, buscando la forma de encontrarlo, a ver si podemos hablar con él cuando llegue mañana (por hoy)”, dice en su casa del Bajo Flores. Aquí comparte algunos recuerdos del álbum familiar.

“Entre nosotros siempre nos tratamos por el nombre, pero ahora él es una persona importante. No sabría cómo llamarlo. Sólo lo abrazaría y... unas lágrimas”, dice Cornelio. El líder cocalero era primo de sangre de su papá. “En el parentesco conmigo sería un tío, pero para mí siempre fue como un primo, o un hermano”, asegura. De muy chiquito Cornelio quedó huérfano. Durante su infancia, relata, anduvo “deambulando” y se apoyó en sus familiares. Con Morales tuvo el mayor acercamiento a los 13 años. “El me llevaba como diez e iba a la universidad. Yo era sastre”, repasa.

–¿Morales tenía inquietudes políticas de chico? –le pregunta este diario.

–No sé si de muy niño, pero siempre le gustó escuchar las informaciones nacionales e internacionales. Se privó de todos los gastos para comprarse una radio que captara las emisiones del exterior. Eso fue en los setenta. Fue músico, trabajó tocando la trompeta y luego platillos, pero no se consolidó. Venía a conversar conmigo, sobre todo los domingos, y jugábamos al fútbol. En una época fue a sembrar al monte. Traían arroz. Después su padre lo llevó al Trópico de Chapares. Cuando empezó como sindicalista lo hizo como secretario de deporte, organizando campeonatos. Le gustaba mucho el deporte.

Entre 1987 y 1989 Evo Morales y Cornelio vivieron en la misma casa. “Cada uno alquilaba habitaciones diferentes. Yo vivía con mi familia y él estaba solo. A veces venía su hermana menor. Cuando luchaba por la hoja de coca él tenía muchos obstáculos, lo quisieron matar muchas veces. Siempre quiso el bien del pueblo y nos orientaba para que fuéramos abiertos, nos decía que no perdiéramos la esperanza. Era su lema, aprender hasta lograr el objetivo. Yo me vine con mi familia en el 1989, cuando acá todavía había australes”, dice.

–¿Cuándo fue su sastre?

–Empecé en mi adolescencia. Cuando tenía quince años le hice dos trajes. Después él me dejaba plata para que le comprara tela y le hiciera toda la ropa, sobre todo los pantalones, de color gris, pero no las camisas. Yo sé que ahora lo critican por cómo se viste, me gustaría estar a su lado en su visita a la Argentina, pero me cuesta encontrarlo. Tendría que hacer un cambio de ropa aunque sea día por medio. En realidad, yo creo que debe tener varios modelos repetidos, no es que ande siempre con lo mismo.

–¿De qué hablaban Evo y usted en los encuentros de fin de semana que mencionó?

–De deportes más que nada. También él decía que su sueño era ser un personaje heroico, como Pedro Domingo Murillo, un luchador por la paz al que colgaron. No quería casarse por si lo mataban.

–¿Qué esperan de Morales como presidente?

–Que haga mejorar el país para generar trabajo y poder regresar. Sobre todo que puedan ir nuestros hijos. Nosotros sufrimos aquí en Argentina. Siempre fuimos discriminados, especialmente por la policía. Ahora, en cuanto al trabajo, hicieron blanquear los talleres de costura, pero nos exigen condiciones imposibles de cumplir. Mucha gente va tener que cerrar los talleres y se quedará sin trabajo. Nos gustaría que nos reduzcan lasobligaciones. Pero en verdad, a Morales no queremos pedirle nada, queremos conversar y desearle la felicidad, que pueda cumplir su plan.

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Cornelio Ayma Tuco, primo de Morales afincado en el Bajo Flores.
 
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