EL PAíS › EL ARREPENTIDO MARIO PONTAQUARTO

“Ella tiene los mails de Costanzo”

El ex secretario de José Genoud dijo que con la declaración de Sandra Montero se le “va a caer la careta a Fernando de la Rúa”.

 Por Laura Vales

Mario Pontaquarto, el arrepentido en el caso del pago de las coimas en el Senado, dice que el sorpresivo testimonio de Sandra Montero le provocó alivio. “Es una declaración que viene del otro lado: ella estuvo cerca de las personas que durante todo este tiempo dijeron que yo era un fabulador. Por eso me hace sentir bien. Y además, le saca la careta a Fernando de la Rúa.”

–Usted la conocía, ¿no es así?

–Sí, aunque no nos veíamos hace siete años.

–¿De dónde?

–Del Congreso, y del trabajo que Sandra Montero realizó en la sala vip de Aeroparque. Yo conocía la relación que ella tenía con Costanzo, la vi en su despacho, sabía que era allegada al senador.

–Y estuvo con ella el domingo, en un reportaje. ¿Usted tuvo algo que ver con que ella se decidiera a hablar?

–No, yo simplemente presencié el reportaje a pedido de Hugo Wortman, que es mi abogado y también abogado del Diario de Río Negro, que hizo la nota. El medio tenía interés en que yo la escuchara para ver si podía corroborar lo que estaba diciendo.

–De la Rúa dijo que ella y usted son parte de una operación política para perjudicarlo, ¿qué le contesta?

–De la Rúa es un caradura, tiene que dar cuentas a la Justicia y dejarse de hablar pavadas. Ha escrito un libro que según él es “el libro de la verdad”, bueno, que se siga remitiendo a su libro y a todas las mentiras que dice ahí.

–¿Qué le pareció el testimonio de Montero?

–Son las palabras de una testigo que escuchó cosas. Me remito a lo que ella dijo en la entrevista: “yo escuché tal cosa, Remo Costanzo utilizaba en algunas oportunidades un celular que estaba a nombre mío”... Ella contó que él la amenazó con matarla si hablaba, contó reuniones que los senadores justicialistas mantuvieron en el despacho de Costanzo... me pareció un relato creíble. Ahora, ayer y hoy tuvimos oportunidad de conocer la prueba que presentó al juzgado, y creo que es un testimonio contundente, terminante, porque ahora va a empezar a funcionar el tema de los llamados telefónicos, ella tiene mails del senador Costanzo en los que habla de este tema, ella da nombres de personas que están dispuestas a corroborar lo que dice. Y grabó además una cámara oculta donde habla una persona que corrobora todo lo que pasó, no sólo de los senadores que están involucrados sino de algún otro más.

–¿Quién habla en esa cámara oculta?

–No sé. Lo dijo el abogado de ella: que hay una cámara hecha.

–¿Hay más personas que, igual que Montero, fueron testigos y podrían aportar pruebas del pago de las coimas?

–No tenga dudas. Creo que de acá al juicio oral se van a presentar algunas personas más que seguramente van a hablar.

–¿Por qué después de tanto tiempo aparecen nuevos testigos?

–En el caso de esta chica me remito a lo que ella manifestó: que el juez anterior, Carlos Liporaci, no le daba garantías. Que ella escuchaba de boca de Costanzo y de senadores justicialistas que al juez lo estaban arreglando. Después, ella dice que la causa tuvo un parate, cosa que es cierto, que cuando me vio a mi tuvo la intención de presentarse a declarar pero estaba amenazada por Costanzo, ahí hace mención de los famosos mails, “que cada tanto (Costanzo) me decía que ojo con lo que iba a decir”. Tenía temor, y yo la entiendo.

–Ella dijo que el asistente de Costanzo, Fraga Mancini, en un momento quiso hablar y que llegó a contactarse con usted.

–Empecemos desde el comienzo: una vez que sucedieron los hechos y apareció el famoso anónimo (yo no había hecho todavía la denuncia ni mucho menos, era el 2000) Remo Costanzo me llamó y me dijo “¿por qué no hablás con Fraga, Mario? Lo noto muy nervioso”. Yo hasta ese momento no sabía qué participación podía haber tenido Fraga Mancini en todo esto, ni tampoco se lo pregunté a Costanzo. El era un muchacho de mi edad, de unos treinta y pico de años; conversamos y me dijo que estaba preocupado porque un día “esto se iba a saber” y entonces iban a caer los que no tuvieron nada que ver ni se llevaron un mango. Bueno, a Fraga lo sacaron del país, se fue dos semanas afuera y ahí quedó el tema. Ya por el año 2002, 2003, él me llama y me dice “mirá Mario, hay que hacer un gran kilombo, nosotros no cobramos un mango, estos tipos se llevaron toda la guita y al final terminamos perseguidos por la Justicia”. Yo en ese momento no estaba dispuesto a presentarme a la Justicia, no le di bolilla, pensé que estaba buscando alguna salida económica y nada más. Bueno, cuando yo me decidí a hablar conté esto, el juez encontró algunas pruebas y lo procesó, pero al no detectar ninguna situación que lo pueda involucrar seriamente como sospechoso decidió dictarle el sobreseimiento. Ahora, esta chica a él lo compromete mucho, tendrá que ver el tribunal oral si lo cita a declarar. Lo mismo pasa con Pardo.

–Volviendo a De la Rúa, él señaló una contradicción entre su testimonio y el de Sandra Montero, quien dijo que usted vio a Remo Costanzo en la Casa Rosada.

–Yo no vi la declaración de ella, así que no sé si lo dijo. Pero si lo dijo no es cierto. No vi a Costanzo en la Rosada ni hablé con Sandra de ese tema, jamás.

–De la Rúa también dijo que Sandra Montero apareció para cubrir sus baches.

–Le juro que escucho todo esto horrorizado ¿de qué baches habla? La causa está para elevarse a juicio oral, con o sin el testimonio de Sandra Montero. Esta causa se elevaba el martes o miércoles. Acá hay un juez federal que dijo que existieron los sobornos, que procesó a nueve imputados, la Cámara Federal confirmó el fallo de Rafecas, por lo tanto lo único que quedaba después de la indagatoria de De la Rúa era cerrar la etapa de instrucción y elevar la causa a juicio. Apareció este testimonio... bueno, no creo que demore la elevación a juicio oral por eso.

–En el juicio oral usted va a estar entre los acusados.

–Sí. Yo también necesito que la Justicia establezca mi grado de responsabilidad.

–Así que no lo pone nervioso.

–No, no. Me parece que es lo lógico, que debe ser así. Y que en el juicio el testimonio de ella le va a sacar la careta a De la Rúa y todos esos cararrotas que publicaron un libro diciendo que contaban la verdad, cuando lo único que hicieron fue repetir la defensa de De Santibañes y apoyarla con un montón de pruebas falsas.

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