EL PAíS › ABANDONO Y FALTA DE PAGOS EN FELICES LOS NIÑOS

Con sueldos que no aparecen

 Por Miguel Jorquera

“La situación dejó de ser sólo laboral, ahora también están en peligro los chicos que asisten a la Fundación. Por eso pedimos la intervención del Estado.” Con ese objetivo, los trabajadores de la Fundación Felices los Niños afiliados a Utedyc y del gremio docente de Sadop realizarán hoy una asamblea frente a la sede de Hurlingham del hogar creado por el sacerdote Julio César Grassi –procesado por abuso deshonesto y perversión de menores–, donde decidirán un “paro y toma del hogar por tiempo indeterminado”, ya no sólo por el reclamo gremial por el pago de los siete meses de atraso en sus sueldos, sino para “proteger a 160 chicos internados, cuya situación sanitaria está en peligro”. Los empleados ya no reconocen ningún interlocutor válido entre las autoridades del hogar: “Antes nos recibía la hermana María Elena Ferracutti, que consulta todo con Grassi, y la única respuesta que nos da es que recemos”, afirmaron los trabajadores a Página/12.

“El cura lo ha dicho más de una vez y toda su gente lo repite: ‘Si yo me hundo, la fundación se hunde conmigo’”, relató a este diario Cristian Colombo, delegado de Utedyc en la Fundación Felices los Niños, como explicación a la crítica situación que atraviesa el hogar. “Por eso vamos a pedir la intervención del Estado. No se trata de la suerte de Grassi, sino de los chicos que viven ahí”, insistió Colombo, que presidirá la asamblea convocada para hoy a las cuatro de la tarde frente a la sede de Hurlingham, donde decidirán la medida de fuerza que pondrían en vigencia a partir del jueves.

“Lo último que cobramos fue enero de este año y con 100 pesos por semana”, contó el delegado, aunque insiste en que la medida que van a adoptar “los pocos trabajadores que todavía concurrimos a la Fundación” dejó de ser gremial para ser “humanitaria”. “Sólo funcionan seis de los siete hogares que había en la sede de Hurlingham; los pozos negros están tapados y los chicos hacen sus necesidades contra la pared; ya cortaron la luz por falta de pago varias veces y casi lo único que comen son verduras que están más para tirar a la basura que para ser consumidas”, explicó el delegado de los trabajadores.

La falta de mantenimiento de los edificios, ubicados en las 67 hectáreas que la Fundación tiene en Hurlingham y que pertenecieron al desmantelado Instituto Forestal de la Nación, también genera graves inconvenientes en su funcionamiento. “Hay cables sueltos, cañerías pinchadas y cielorrasos que se caen a pedazos”, describe Colombo sobre la escuela primaria y el comedor del hogar. La situación también involucra a los docentes del jardín de infantes, la escuela primaria, secundaria y el terciario que funcionan dentro de la fundación. Por eso los docentes, del gremio que aglutina al sector privado (Sadop), adherirán a la medida de fuerza.

Igual que al resto de los trabajadores, a los maestros se les adeuda desde febrero de este año, a pesar de los subsidios que la Fundación recibe del Estado. Un tema en el que también intentaron mediar los propios trabajadores. “Sabemos que el Estado destinó 1,4 millones de pesos a la Fundación para este año, pero la última vez que fuimos a pedir que giraran plata para descomprimir la situación nos dijeron que las partidas estaban frenadas para hacer una auditoría. Sospechan que con esa plata Grassi les pagaba a sus abogados en vez de destinarla al funcionamiento del hogar”, explicó Colombo a Página/12.

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La Fundación está en medio de una crisis financiera.
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